El amistoso del pasado miércoles contra el Meizhou Meixian no ofreció grandes satisfacciones para los aficionados albinegros sobre el verde. El Cartagena perdió por 1-2 ante el conjunto chino dirigido por Juan Ignacio Martínez, pero nada comparable a ver de corto de nuevo a Adama Fofana, Mauro Lucero y, sobre todo, Isaac Aketxe. El delantero vasco, a vueltas con su lesión de tobillo durante todo el mes de enero, ya está preparado para ser de nuevo la punta de lanza del ataque cartagenerista. En la primera vuelta anotó nueve tantos y fue el segundo máximo goleador del grupo IV, solo por detrás del bético Loren Morón, que el sábado debutó con el primer equipo verdiblanco marcando un doblete.

Pero a Aketxe le ha salido competencia. Rubén Cruz era una incógnita cuando firmó por el club de la ciudad portuaria. Todos sabían de su potencial, el que demostró con la camiseta del Albacete. Pero llevaba dos años sin ver puerta en el Cádiz. Por las lesiones de Moussa y Aketxe tuvo la oportunidad de debutar apenas unas horas después de firmar como albinegro y en Melilla se defendió como pudo, pero era una isla en el ataque de un Cartagena a la deriva en el Álvarez Claro. Siete días después debutó en el Cartagonova, con los pocos del estadio puestos sobre su figura. Y ahí no defraudo. Marcó dos goles sensacionales demostrando su buen remate al primer toque y su capacidad para moverse en el ataque como pez en el agua.

El próximo domingo, contra el Mérida (17.00 horas), Monteagudo tendrá por primera vez a los dos delanteros disponibles para jugar. Y se le avecina una disyuntiva muy seria que cualquier otro entrenador de la categoría desearía tener. No solo para esta jornada, sino para toda la temporada. Los credenciales de Aketxe le colocan en la 'pole position'. El bilbaíno es una pesadilla para cualquier defensa: no para moverse, de trazar desmarques, de pelear en el cuerpo a cuerpo en cualquier salto?

Además, tiene un magnífico disparo a balón parado y, sobre todo, un gran remate de cabeza. Sin sus goles, probablemente el Cartagena estaría muy lejos de donde está ahora. Pero está por ver como vuelve de su lesión. En la segunda vuelta solo ha disputado 41 minutos: salió contra El Ejido sustituyendo a Moussa, que se había lesionado también, y en una acción previa al segundo gol de su equipo se volvió a lastimar. Y vuelta a las andadas.

Rubén Cruz comparte con Aketxe su envergadura, aunque es otro tipo de delantero: más fino, más elegante y más dinámico. Su asociación con Owusu descosió a la zaga del UCAM Murcia en el duelo regional de hace un par de semanas. La incógnita que se cierne sobre él es si es capaz de mantener su rendimiento, de ser constante y de asentarse como delantero albinegro.

En la recámara, por si ninguna de las dos balas funciona, Monteagudo guarda a Moussa Camara. El guineano no es un nueve muy certero de cara a puerta, pero es muy útil ante diversas circunstancias. Con su velocidad y su pelea puede ser un incordio para cualquier defensa cuando el partido se tuerce y, además, es un peligro al contragolpe si hay espacios. Sin embargo, Rubén Cruz y Aketxe están más asentados en la categoría, y todo indica a que el africano va a tener problemas para contar con minutos durante la segunda vuelta.

Contra el Villanovense, a Monteagudo no le tembló el pulso para formar una dupla en el ataque, con Rubén Cruz y Moussa. El Cartagena merecía el gol ante un Villanovense atrincherado en su área propia. La estrategia no salió bien, aunque el gol de los extremeños en el último suspiro debe considerarse un accidente. Es una solución para momentos puntuales, pero el de Valdeganga prefiere normalmente jugar con un solo nueve. El domingo se verá cuál es su elección.