Una de las premisas más famosas de la teoría de la evolución de Darwin es la de que solo sobreviven los que se adaptan al medio. Y el UCAM CB Murcia se ajustó casi a la perfección a las condiciones para hacerle daño al Unicaja en el Martín Carpena, pero tan solo duró veinte minutos (78-67). El paso por vestuarios desconectó al equipo universitario y encajó un mal tercer cuarto en el que estuvo siete minutos sin anotar una canasta en juego, además de perder a Ovie Soko, eliminado, tras cometer su cuarta falta y después llevarse una técnica por protestar a los colegiados.

El UCAM cortó su excelente progresión en la liga ACB, donde acumulaba tres victorias consecutivas, y al cansancio de las últimas semanas después de completar la mejor primera vuelta de su historia en la Liga Endesa, se sumó la falta de recursos para plantarle cara a un equipo de Euroliga que contaba con las bajas de Nedovic y Brooks, dos de sus jugadores más importantes. Cierto es que el UCAM llevaba días mostrando signos de falta de energía en su juego, aunque a eso se sumó ayer a la necesidad de que aparezcan más actores en una película que casi siempre cuenta con los mismos protagonistas en su reparto.

El plan del equipo murciano funcionó en los primeros compases del choque y se limitó a administrar sus recursos para después temporizar sus ataques con el objetivo de que el Unicaja acusara el viaje a Rusia del viernes en la Euroliga. Al contrario que en otros encuentros, el UCAM movió más el balón en lugar de fabricar tiros -como en otras ocasiones- y eso abrió huecos en la defensa universitaria para conseguir la primera ventaja en el marcador y contar con cinco asistencias en los primeros diez minutos. Eso provocó que la anotación estuviese más repartida en el inicio, pero, conforme avanzó el reloj, el juego del UCAM empezó a nublarse y nunca más volvió a salir el sol. De vez en cuando aparecían algunos rayos, en el segundo y el último cuarto con un arreón liderado por Charlon Kloof, aunque la tormenta que cayó en el tercer cuarto fue lo que terminó condenando a los de Ibon Navarro.

El equipo universitario echó en falta más aportación desde el perímetro y también en su juego interior, donde perdió a Ovie Soko muy pronto y Kevin Tumba dos faltas en el arranque marcaron el partido del pívot belga. Además, el malo porcentaje desde el tiro libre (63%), de nuevo, y en el triple, borraron la forma en la que el UCAM se recuperó en la lucha por el rebote. No obstante, la sensación con la que se marchó el equipo universitario fue que el Unicaja tampoco tuvo uno de sus mejores días. Pero, todavía así, fue suficiente para llevarse el triunfo con cierta comodidad.

Quizá eso fue lo que más dolió a Ibon Navarro, que por segunda vez esta temporada, el equipo andaluz impidió que su plantilla compitiera hasta los últimos minutos y se convierte así en el único que ha conseguido sacar de quicio a la ambición y el carácter que se ha ganado el UCAM en estos meses. Rojas y Soko fueron los que abrieron los primeros huecos de la defensa local (6-9) aunque Shermadini hizo mucho daño en la pintura en el arranque y Delía tuvo que saltar antes a la pista ante las dos faltas de Tumba. Hannah cogió las riendas y, con cuatro puntos consecutivos, adelantó al UCAM pese a que el Unicaja supo responder pronto (17-17). Aún así, dos triples consecutivos de Kloof permitieron al cuadro murciano dar el primer aviso (20-25).

Sin embargo, un parcial de 9-0 provocó que Ibon Navarro tuviera que pedir tiempo muerto para cortar la reacción del Unicaja. Los visitantes perdieron su poderío en el rebote y el entrenador vitoriano dio entrada de nuevo a Soko. Pero el UCAM estuvo mucho tiempo sin anotar tras unos tiros libres del británico, y fue Hannah quien rompió la mala racha con un triple (37-32). Pese a eso, seguía faltando más fluidez y fue Tumba quien sacó petróleo en varias visitas al tiro libre para que Hannah cerrase la primera mitad con un brillante maniobra en el poste bajo (40-39).

El tercer cuarto fue lo que condenó al UCAM. Siete minutos sin anotar una canasta en juego fue el peaje de un equipo sin concentración, justo de fuerzas y falta de profundidad. Lo mejor de todo fue que el marcador estuvo abierto (50-42) pese a las pérdidas y la eliminación de Soko. Aunque el Unicaja gozó de once puntos de renta tras un parcial de 25-10 en estos minutos (65-47).

Los universitarios se agarraron a un clavo ardiendo, algo que ya va en sus genes, con una reacción liderada por Charlon Kloof, que hizo despertar la esperanza en el bando murciano (72-63). Sin embargo, un triple de Waczynski enfrió de nuevo los ánimos y el cuadro malagueño se dedicó a controlar el ritmo hasta que finalmente pudo cerrar el triunfo (78-67).