Conforme va avanzando la investigación sobre Quique Pina se van conociendo más irregularidades de las que cometió el agente de jugadores murciano. De hecho, tal y como informaba ayer el diario El Mundo en su edición digital, el yate de Pina, de nombre Duende, también ha servido de pista a los agentes para terminar desmontando una presunta trama de blanqueo de capitales. «El Granada ingresó 300.000 euros a la fundación y posteriormente ésta transfirió esos fondos al vendedor de la embarcación. De la caja del club granadino también salió el dinero con el que Pina pagó los sueldos a la tripulación del barco. El agente de futbolistas usó su empresa instrumental Calambur Intermediaciones para comprar el yate», explicaba ayer la edición digital del mencionado diario. Pina, por cierto, ya tenía un barco de un tamaño considerable cuando era el mandamás del Ciudad de Murcia entre 2003 y 2006, las tres campañas consecutivas en las que el desaparecido Ciudad de Murcia militó en el fútbol profesional y donde casi consigue el salto a Primera.