El Lorca FC perdió ayer con estrépito y rozando el ridículo ante el Rayo Vallecano (5-1). El conjunto lorquino sufrió su octava derrota consecutiva y, sin duda, la más dura de la campaña. Los de Fabri González, entrenador del Lorca, fueron un juguete en manos de un Rayo que fue muy superior, pero que tampoco necesitó demasiado esfuerzo para doblegar a un equipo derrotado antes de empezar.

Situación complicada la que tenía el Lorca FC en el estadio de Vallecas, ya que los problemas institucionales han estado prevaleciendo sobre los deportivos durante los últimos días. El entrenador lorquinista decidió dar entrada al argentino Nasuti en el centro de la defensa en detrimento deFran Cruz, hasta ahora intocable. Las ausencias de Carlos Peña y Apeh las suplieron Pomares, con su regreso al lateral izquierdo, y Tropi en el centro del campo junto a Abel Gómez. Aunque eso no pudo evitar la imagen de pena que ofreció el equipo al término de los noventa minutos.

Y es que la primera parte fue para que algunos jugadores lorquinistas la vean varias veces. Una cosa es que el club esté descabezado y otra es que los jugadores, quienes están al día en sus emolumentos, no tengan actitud. El equipo fue un juguete en manos del Rayo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Ni defendían, ni corrían y ni atacaban. Nada más sacar de centro, Onwu sorprendió con un disparo que salió cerca del poste de Alberto García, pero poquito más se pudo ver en ataque de los lorquinistas. En el minuto cuatro, Nando, un jugador de mentira, no metió la pierna como se supone y le dejó en bandeja a Baiano un disparo que sacó Dorronsoro. Dos minutos después la defensa y el medio campo del Lorca, muy blanditas ambas líneas, permitieron a De Tomás disparar desde la frontal y el cuero se estrelló en el larguero.

Era tanta la facilidad que tenían los de casa para llegar al área lorquina, que los jugadores locales se gustaban y se atrevían a todo. En el minuto once, Beltrán se atrevió con una vaselina muy lejana que salvó Dorronsoro in extremis y fue otro aviso de que el gol local solo era cuestión de tiempo ante un Lorca ramplón, sin intensidad, sin orden y sin nada.

Con muy poquito el Rayo hizo el primer tanto en una falta que ejecutó Domínguez y De Tomás cazó un rechace que nadie logró despejar para enviar el balón al fondo de la red. No había noticias del Lorca en ataque mientras que el Rayo tocaba y tocaba sin prisa.

En el minuto veintitrés llegó el segundo en otra falta absurda de Holgersson en la frontal, donde en esta ocasión esta De Tomás ejecutó a la perfección para lograr su segundo tanto desde el libre directo tras tocar el balón en el poste. Ahí se acabó el partido ante la increíble pasividad de algunos jugadores del equipo lorquino.

Intentó despertar el cuadro visitante con la mejor ocasión del primer tiempo en la que Onwu le puso un balón de oro a Nando, quien no pudo batir al portero del Rayo Vallecano. Quien perdona lo paga y cuatro minutos después pudo llegar el tercero. Una mano de Javi Muñoz dentro de su área fue vista por el colegiado y señaló el penalti. Sin embargo, Trejo envió el balón al larguero y se comenzó a oler a goleada, ya que los jugadores del Lorca no mostraban una ni una pizca de amor propio ante un asedio que llegó al descanso con 2-0 aunque pudo caer alguno más.

Con un talante parecido empezó el segundo tiempo. El tercer gol era cuestión de tiempo y llegó a los cuatro minutos del segundo capítulo. Un centro al área lorquina volvió a cazarlo De Tomás para batir por tercera vez a Dorronsoro y firmar su 'hattrick'. A los defensores del Lorca solo les faltó aplaudir al jugador cedido por el Real Madrid. Otro futbolista cedido por el club merengue, pero este al Lorca, Javi Muñoz, estaba dejando mucho que desear. Fabri lo vio, no solo a él sino a alguno más, y decidió hacer los tres cambios de golpe en el minuto cincuenta y tres; y en esa 'revolución' lo más novedoso fue la presencia de Albisua, quien disfrutó de los primeros minutos de la temporada. Noguera también saltó al campo con la misma desgana que sus compañeros. Ya ha expresado que se quiere marchar y por su parte Ojeda reivindica minutos. Pudo marcar de penalti, pero no se puede lanzar peor una pena máxima.

El centro del campo fue un coladero, muy blando y con un Abel Gómez que solo está para el balón parado y no puede seguir el ritmo que exige esta categoría. El técnico local, Míchel, no quiso hacer sangre y retiró a Domínguez, que estaba haciendo lo que quería sobre el césped, para darle descanso. Los cambios tampoco dieron otro aire al equipo lorquino, que dio la impresión de estar deseando de que acabara el partido.

El Rayo Vallecano estaba jugando una pachanga, con toques de calidad, desbordando una y otra vez. Y quince del final llegó el cuarto cuando en un centro sin aparente peligro, Nasuti introdujo el balón en su portería. A falta de siete minutos un centro de Nando acabó con un otro autogol, en este caso del Rayo, de Abdoulaye. Ojeda pudo maquillar con un pelanti que lo mandó por encima del larguero y en el descuento Embarba hizo el quinto.