Alejandro Valverde se despidió de su brillante reaparición en la XXVII Challenge Volta a Mallorca con un cuarto puesto en la prueba de ayer con final en Andratx. Especialmente cuando su nombre no aparece en la lista oficial de participantes en la carrera definitiva de mañana, con final en el Passeig Marítim de Palma.

El murciano, por segunda jornada consecutiva, dio muestras de su buena recuperación de las lesiones de rodilla que le dejó su grave caída del 2 de julio en el prólogo del Tour de Francia.

Por segundo día, fue uno de los hombres más activos y ofensivos en carrera. Especialmente en la parte final de la prueba. Sin embargo, al jefe de filas del Movistar Team se le escapó por segunda jornada la posibilidad de luchar por el triunfo en el último tramo de los 166 kilómetros de recorrido, entre Lloseta y Andratx, superados a una velocidad media de 38.37 kilómetros por hora.

Una carrera loca, sin control de ningún equipo, y pasada nuevamente por agua. Con los ciclistas debiendo hacer frente al viento y siendo espectadores al final del triunfo en solitario del letón Toms Skujins, que conquistó el segundo triunfo en Mallorca en tres días para el equipo Trek-Segafredo.

El vencedor, de 26 años y en su sexta temporada como profesional, se aprovechó de la exigencia y falta de equipos fuertes en el tramo final del trofeo para neutralizar el ataque que decidió el desenlace de la prueba.

Skujins se quedó solo en cabeza con un ataque a 8 kilómetros de meta. Una iniciativa que le permitió presentarse en meta como vencedor, con una ventaja de 25 segundos sobre Lukas Pöstlberger, del Bora-Hansgrohe, y de 31 sobre el holandés Elmar Reinders, del Roompot. Valverde, al frente de un grupo de once hombres importantes, se presentó en meta cediendo 42 segundos al vencedor e imponiendo su punta se velocidad a Pim Ligthart y Eduard Prades, quinto y sexto.

Las ascensiones continuas desde la salida -que impidieron que ninguna fuga fructficase hasta el kilómetro 80-, sumadas al sube y baja constante en los últimos 50 kilómetros, desgastaron y limitaron progresivamente las unidades del pelotón principal.

De esta forma, apenas una docena de corredores resistieron hasta la fase final al frente de la carrera. Un grupo de hombres importantes en el que estaban los tres primeros el viernes en la meta de Deià, caso del belga Tim Wellens, el italiano Gianni Moscon y el gran Alejandro Valverde. Un corredor que ayer se vio apoyado por tras compañeros -Jaime Rosón, Jorge Arcas y Carlos Barbero- hasta el tramo decisivo.

El importante desgaste que sufrió el pelotón ayer en su tránsito montañoso entre la salida de Lloseta y la meta de Andratx provocó una auténtica escabechina. Y es que apenas 62 de los 126 ciclistas que tomaron la salida cmpletaron el recorrido.