Noticia maravillosa la del pasado miércoles, al menos para los que ansiamos una Copa del Rey con formato inglés, a partido único y en el que no sea inhabitual que un favorito acabe eliminado, cuando un épico Leganés apeaba del torneo del KO a todo un Real Madrid, y debiendo remontar el 0-1 de la ida. Un episodio histórico, que no vergonzoso, ya que en cualquier biografía balompédica existen derrapes de similar magnitud al que vivió el equipo blanco el otro día. Y de esos, cómo no, en la historia del Efesé también tenemos, así que vamos a recordar uno parecido.

Nos tenemos que remontar a la temporada 1993-1994. Es decir, que en unos meses se cumplen las bodas de plata del susodicho patinazo y, evidentemente, por fechas, hablamos refiriéndonos al Cartagena FC. Por entonces, los albinegros venían de rozar el ascenso a Segunda en campañas anteriores con Voltaire García y en el predecesor ejercicio 1992-1993 se había cosechado la quinta posición en el Grupo III de Segunda B. Después habría cambio en la presidencia, de José Luis Belda a Antonio Inglés, pero pese a ello el equipo volvía a afrontar la temporada con el único objetivo de subir a la LFP.

Aquel año, antes de iniciar la citada liga, debía disputarse la primera ronda de la Copa del Rey, competición que últimamente se le venía dando sumamente bien a los albinegros. Recordemos que se alcanzaban las eliminatorias contra la Real Sociedad en 1987, Barcelona en 1989, Valladolid en 1990 y 1993 o Athletic en 1991. Por criterio de proximidad, al Cartagena el cruce le deparó un rival a 25 kilómetros de distancia, la extinta AD Mar Menor, que competía en el Grupo XIII de Tercera y en la que se encontraban viejos conocidos como Juan Huertas o José Ramón Egea. La ida se iba a disputar el 18 de agosto (miércoles), la vuelta el domingo de esa misma semana y el campeonato regular se iniciaría casi quince días después.

Llegada la primera cita, cerca de 1.000 espectadores acudían al recinto sanjaviereño de El Pitín para ver vencer al Cartagena por 0-1, gracias a un tempranero gol de Pino. Una victoria por la mínima que era bien recibida por todos, incluido el técnico Antonio Pedreño. La vuelta no debía deparar mayores problemas para el Efesé. De hecho, hasta la presentación oficial de la plantilla tendría lugar en ese intervalo de fechas, de miércoles a domingo. Pero nada más lejos de la realidad, estaba escrito que ya nos tocaba descalabro copero y, al igual que le hiciera el Leganés al Madrid, el Marme fue capaz de remontar el 0-1 del primer partido. Aunque nosotros tenemos la excusa del árbitro, eso sí.

La vuelta, como hemos dicho, se jugó el 22 de agosto. Ante poco más de 500 personas, para que nos hagamos una idea de la sensación de trámite que tenía el choque. No obstante, Antonio Pedreño no dispondría precisamente un once plagado de suplentes y prácticamente alineaba a todo lo que tenía. Durante el primer tiempo el Cartagena fue ampliamente superior, gozando de hasta cuatro ocasiones claras de gol, sin premio. Así, con buena imagen y sin moverse el marcador, se alcanzaba el descanso. La fiesta empezaría después.

Nada más reanudarse el segundo tiempo el local Zapatera veía la segunda amarilla y dejaba a los albinegros con un jugador menos, pero, lejos de amilanarse, Rafa Bono lograría anotar el gol de la tranquilidad para los locales. Al menos durante unos segundos. Tras las protestas visitantes el tanto era invalidado por el juez de línea, por supuesta mano, y crispaba el ambiente del Estadio. Aunque aún era el Cartagena el que pasaba la eliminatoria. Desafortunadamente, cuatro minutos más tarde del gol anulado Paco Sánchez se marcaba en propia puerta el 0-1, que establecía la igualdad en el cómputo global.

La guinda del desastre aparecería en los minutos finales, tras una jugada inexplicable, con una ley de la ventaja mal aplicada, en la que un futbolista azul se quedaba mano a mano frente a Marcos. Su tiro daba en el poste y rebotaba en la espalda del propio cancerbero albinegro para introducirse en la portería y subir el definitivo 0-2 al marcador. Tras el gol, como colofón, Sagarduy y Paco Sánchez eran expulsados por sus protestas, dejando al Cartagena finalmente con ocho jugadores sobre el césped. La eliminación se consumó y el colegiado del encuentro Velázquez Carrillo tuvo que salir escoltado, pese al escaso público. Y, como curiosidad final, recordar que en aquel Cartagena estaba, y jugó ambos partidos, Asier Garitano, el estos días técnico héroe del Leganés.