El UCAM Murcia-Iberostar Tenerife de mañana (12.30 horas) no es un partido cualquiera. Tiene muchos alicientes a su alrededor. Al margen de la buena trayectoria de los murcianistas está el regreso de un técnico, Fotis Katsikaris, que dejó huella pese a que hasta en dos ocasiones dijo no a una oferta de renovación.

El preparador griego se deshizo ayer en elogios hacia su ex club, admitiendo que es un partido especial para él «porque tengo muy buenos recuerdos del equipo, el club, la afición? Volver después de unos meses y jugar como rival en esa pista es especial y lo importante va a ser controlar las emociones y enfocar el partido ante un rival directo», dijo el técnico, que ha llevado al Tenerife, al que llegó en diciembre, a meterse en la Copa tras ganar seis de ocho partidos.

Katsikaris explicó por qué el verano pasado, cuando su renovación estaba casi apalabrada, se marchó al Hapoel: «Tuve que tomar una decisión dura. Hablé con el presidente, le expliqué por qué y así finalizamos nuestra vinculación», recordando también que «fue todo muy rápido. Tenía un día y medio o dos para decidir. Me presentaron un proyecto de un equipo en Eurocup y en Murcia sabía lo que había, las limitaciones económicas del club, que es muy humilde pero que está haciendo las cosas muy bien», añadió.

El preparador del Tenerife no slo piropeó al club. También habló del bloque construido esta temporada: «Es un equipo que tiene una química muy buena, con un cuarteto que le da mucho físico con Rojas, Kloof, Tumba y Soko, además de la calidad de los exteriores, con Benite, Hannah, Oleson y Urtasun. Te pueden sacar fuera de la pista defensivamente y cambiar la dinámica de un partido. Con el talento individual que tienen en jugadores como Benite, Oleson y Hannah, aunque sea el equipo con menos asistencias, tiene la capacidad de generar sus propios tiros», destacó.

Katsikaris considera que una de las claves del actual UCAM es el rendimiento de Ovie Soko, a quien tuvo el año pasado a sus órdenes, aunque «fue muy difícil para él, porque sufrió mucho de operación en operación. Ahora está jugando con mucha confianza y tiene una media de 15 puntos en los últimos cinco partidos. Les da algo que no tenían y es muy difícil defenderle porque tiene mucho espacio, pero uno de nuestros objetivos es limitar su juego», advirtió.

De su sucesor en el banquillo, Ibon Navarro, destacó que «el rendimiento que está sacando a todos los jugadores, transmite mucha energía y es algo que va con la idiosincracia de Murcia, de como estaba acostumbrado a jugar el equipo. Está demostrando que es un gran entrenador, que está sacando rendimiento a todos», dijo.

Aunque admitió que el conocimiento que tiene de un buen número de jugadores del UCAM le da una ligera ventaja en este partido «porque conozco su hábitos», precisó que «es un grupo diferente gracias a la incorporación de Oleson y Soko, que es otro jugador, porque el año pasado estuvo lesionado. A la mayoría de los jugadores los conozco, pero cada partido es diferente. Es un rival directo y ellos son muy fuertes en casa, pueden cambiar la dinámica de un partido si va en contra de ellos, y hay que trabajar muy bien los 40 minutos para no perder la concentración porque si nos pasa, lo vamos a pagar caro».

Katsikaris, sin duda, recibirá mañana el calor de la afición, que en su mayoría, pese a la espantada del último verano, reconocerá las dos buenas temporadas que firmó en Murcia. Sin embargo, hay otro sector del público que no olvida que cuando el pasado mes de junio tenía prácticamente pactada su continuidad, dio un volantazo para irse a Israel y dejar plantado al UCAM. Su retorno, sin duda, está cargado de morbo.