Recién llegado desde el banquillo del Lorca FC, y sin debutar siquiera esta temporada con la elástica lorquinista en Segunda División, Jaume Valens decidía convertirse en cabeza de ratón, y abandonar la cola de león, para ayudar al FC Jumilla a salvar la categoría de bronce una campaña más. Y en el mediodía de ayer, en La Condomina, en un duelo regional con gran expectación, recobró la moral y mostró sus grandes virtudes para salvaguardar los tres puntos para su equipo de forma imperial. Y qué tres puntos.

Aún estará el UCAM preguntándose el cómo, el por qué de hacer tanto para no conseguir nada. Le salió cruz al equipo de Campos, un conjunto universitario que había ganado con lo justo semanas atrás y que sufrió un increíble gatillazo de cara a puerta cuando, al fin, consiguió crear ocasiones por dóquier. Ya son dos derrotas consecutivas las que acumulan los universitarios, que, por fortuna, no pierden comba con los puestos de arriba debido a los tropiezos de FC Cartagena, Marbella o Extremadura.

En todo caso, los noventa y seis minutos que duró el encuentro brindaron momentos de dominio para los vinícolas, especialmente en el primer tiempo, y un vendaval universitario en la última media hora de partido. Quizá, si hubiera que resumir el encuentro en pocas líneas, cabría decir que los dos porteros fueron decisivos con su actuación. Javi Jiménez erró en un par de ocasiones de forma trascendental, y Valens brindó todo lo contrario a su equipo: reflejos, colocación, y sobre todo, mera supervivencia.

En todo caso, ambos técnicos, tanto Campos como Pato, hicieron suyo el esquema que venían utilizando su rival en el día de ayer. El UCAM abandonó el trivote para quedarse con David López y Kitoko en el centro, y el Jumilla forzó con Cifu, Miquel y Chupe como enganche para gozar de superioridad por dentro. Conocidas las carencias del UCAM, el Jumilla se fortaleció desde la pausa y explotando el costado diestro, queriendo hacer daño a un Dani Pérez que actuó en el flanco izquierdo, una demarcación que no es la suya y que tuvo que ocupar ante las numerosas bajas de los universitarios en esa demarcación. Reconocidas las debilidades y las fortalezas de uno y otro, los vinícolas encontraron en Titi su activa referencia y en Chupe su principal agitador en ataque.

Trataba el UCAM de dar algo de velocidad a las basculaciones para intentar sorprender con superioridades por la banda, pero solo Urko Arroyo, con su uno contra uno en banda izquierda, conseguía arrojar algo de luz a las llegadas universitarias.

En todo caso, el Jumilla brindó una sensación de mayor tranquilidad y comodidad durante el primer acto. Madurando las jugadas, y encontrando siempre el pase adecuado, los jumillanos fueron dando pasitos hacia delante para inquietar a Javi Jiménez. Lo intentó Fran Moreno, sirviendo al área pero sin encontrar rematador; y Miquel no pudo conectar un buen remate tras centro de Álvaro. Poco a poco, el Jumilla embotelló peligrosamente al UCAM, dando sensación de peligro aunque sin tirar la puerta abajo. Entre tanto, los universitarios consiguieron, a la media hora de partido, efectuar su primer disparo a puerta por medio de Marc Fernández.

Pero, en todo caso, esa llegada no fue más que un leve atisbo de lo que el UCAM no estaba pudiendo hacer con continuidad. El Jumilla, entonces, volvió a imponer su ley pero esta vez de forma definitiva con el tanto de Fran Moreno, que a la postre, sería definitivo. En el minuto 37, Chupe recogió una segunda jugada en la frontal, disparó buscando el poste pero sin potencia, y encontró portería. La pelota botó delante de Javi Jiménez, quién despejó el balón sin seguridad, y Fran Moreno, totalmente solo ante la pasividad de la zaga y del propio meta, remachó a la red por debajo de las piernas del portero firmando el 0-1 en el luminoso. Buscaría el UCAM el empate de forma rápida, pero ni Fran Pérez ni Quiles encontraron puerta en sus ocasiones.

El descanso supuso el punto de inflexión necesario para los universitarios. Se reanudó el choque con un tiroteo en el que todas las balas se perdieron en el cielo, ya que ni Óscar Rico, que no aprovechó otro grave error en la salida de Javi Jiménez, ni el UCAM, que empezó a llegar con más claridad al área en esos cinco minutos que en todo el primer tiempo. En todo caso, tras una fase de calma impuesta por el Jumilla, el UCAM desató la tormenta: lo único que le faltó fue el gol. Dio entrada Campos a Arturo y a su más reciente fichaje, el centrocampista Cristian Bustos, que otorgó más movilidad y organizó con criterio la disposición de sus compañeros sobre el césped. Y desde ahí, en esa media hora de vendaval universitario, una sucesión constante de oportunidades clamorosas para conseguir el empate.

En el 60´, Kitoko la puso en la derecha para que Arturo, con un taconazo sublime, dejara solo a Marc dentro del área. El catalán estrelló la pelota en la cepa del palo, en su parte exterior. Acto seguido, el propio Arturo cazó hasta dos disparos certeros dentro del área, encontrando en ambos casos sendas respuestas de rápidos reflejos de Jaume Valens.

Se creció la figura del meta balear, que en el minuto 75 volvía a aparecer para frustrar un nuevo disparo de Marc Fernández. Se frenó el ritmo del partido debido a la grave lesión sufrida por Manu Miquel, quién fue retirado en camilla y llorando de dolor. En todo caso, ya en la recta final del duelo, volvieron a aparecer el poste y Jaume Valens para desquiciar al UCAM. Marc Fernández lanzó de forma magistral una falta que escupió la madera, y casi de forma consecutiva, Rafa Páez remató de cabeza en el segundo palo un buen centro del catalán que salvó en línea de gol el defensor Andrés Sánchez.

Y tan solo un minuto después, en el 85´, el UCAM brindó la muestra definitiva de que estaba abocado a perder. Marc sufrió penalti, Arturo ejecutó, y Jaume detuvo la pena máxima estirándose abajo y adivinando el lanzamiento del delantero cartagenero. Ya a la desesperada, el FC Jumilla se adjudicó un triunfo que, visto lo visto, no se le podía escapar. El UCAM, que perdió cuando no lo mereció, abandona los puestos de play off.