La afición cartagenerista volvió a ver a su equipo más de un mes después de la última cita en el estadio albinegro, cuando ganaron a la Balompédica Linense por 1-0 en un partido un tanto agridulce. Algunas cosas habían cambiado desde entonces: los de Monteagudo han sumado dos victorias lejos de la ciudad, cuatro futbolistas han abandonado la entidad (entre ellos un baluarte como Juan Carlos Ceballos) y otros dos se han unido al proyecto: Owusu Kwabena y Diego Benito. Otra cuestión que ha cambiado notablemente desde aquel 10 de diciembre es el estado del césped. No tiene nada que ver con ese terreno arenoso en el que se levantaba tierra cada vez que un futbolista golpeaba el balón. Ahora es más bien un tapete ideal para que el Cartagena despliegue su fútbol rápido y asociativo.

En ese escenario casi festivo, los pupilos de Monteagudo se llevaron una victoria abultada, aunque no demasiado espectacular. Aún así, son otros tres puntos que se marchan al zurrón, y sus perseguidores cada vez están más lejos en la tabla clasificatoria.

Los jugadores del Cartagena salieron al césped con una camiseta en la que se leía 'ÁNIMO, PAU'. Así es como la plantilla albinegra muestra su apoyo al meta catalán, que estará alejado de los terrenos de juego, como mínimo, unos dos meses. Pau Torres se fracturó un dedo en el último encuentro liguero en el Nuevo Colombino contra el Recreativo de Huelva.

Por tanto, solo regresaría para el tramo final de la temporada, cuando se decidan los puestos de play-off y los albinegros, en el mejor de los casos, se jueguen el ascenso a Segunda en las eliminatorias finales. Mientras tanto, el meta suplente del filial, Sandoval, entraba en la convocatoria del primer equipo porque el portero titular del Cartagena B también se lesionó en su primer entrenamiento a las órdenes de Alberto Monteagudo. Toda la responsabilidad de la meta albinegra recaía sobre los hombros de Marcos Morales.

El guardameta madrileño salvó al equipo en el primer acto con paradas espectaculares, pero en el segundo asustó a más de uno cuando vio una tarjeta amarilla por perder tiempo. En la grada se temía que fuera la quinta cartulina amarilla (acumulaba una en liga y tres en Copa), pero las tarjetas de la competición copera no se acumulan en la liga. Desde luego, hubiera sido un quebradero de cabeza tremendo recurrir al suplente del filial para jugar el próximo partido ante la plaga de problemas en la portería. Mientras tanto, desde la dirección deportiva buscan un portero en el mercado para evitar disgustos.

Entre tanto, en las gradas del Cartagonova aparecieron unos quince o veinte aficionados del conjunto visitante, El Ejido. Eran pocos, pero ruidosos, y estuvieron animando a los almerienses al grito de 'Mucho, Poli'. Sin embargo, el histórico Poli Ejido desapareció por problemas económicos hace unos años y se refundó en 2012 con el nombre de Club Deportivo El Ejido.

En la segunda parte, la tarde se volvió desapacible. Comenzó a llover en el Cartagonova, aunque al principio no fuese más que un calabobos. Pero poco más pasaba en el feudo albinegro, porque el partido estaba prácticamente sentenciado desde el gol de Óscar Ramírez. Solo había que esperar a que pasaran los minutos.

Entonces la afición encontró un nuevo aliciente para seguir pendientes del choque: el debut, de Owusu. Desde luego, no dejo el mejor sabor de boca. El ghanés, en sus primeras intervenciones, no hacía más que perder balones aunque estuviese completamente solo con un compañero presto y dispuesto para recibir su asistencia.

El debutante era una isla en el ataque mientras Aketxe y Moussa estaban fuera por sus respectivas lesiones de tobillo. Cada balón que recibía lo perdía, hasta que cerca del final le dio una asistencia de gol a Hugo Rodríguez. No sirvió para ganarse un puesto en el equipo, al menos de momento, y el ex del Oviedo tendrá que seguir peleando para exhibir sus credenciales y demostrar que no le fichó un equipo de Segunda División por casualidad.