El UCAM Murcia está intratable. Resulta curioso, no obstante, que los universitarios hayan conectado su mejor racha de victorias de la temporada justo cuando el juego del equipo no es ni el más vistoso ni el más dominador. Pero la realidad es que, en Segunda División B, y más aún con la dificultad que acarrea este Grupo IV, un equipo batallador y correoso como es este UCAM se puede convertir en el momento de la verdad en un conjunto especialmente difícil de superar. Ayer, frente al Granada B, y al igual que hiciera frente a rivales como San Fernando o Córdoba B, el equipo que dirige José Miguel Campos se replegó con seguridad atrás, no sufrió durante las fases de dominio del filial nazarí, y estuvo letal en ataque, tal y como venía acostumbrando.

El partido, también como en otros casos, volvió a elevar a Marc Fernández como el nombre propio del partido. Pura entrega es lo que derrocha el extremo barcelonés, que en el choque de ayer, se convirtió en protagonista en ambas mitades: en la primera, por marrar una pena máxima, o mejor dicho, por ver como Lejárraga detenía su lanzamiento de forma magistral; y en la segunda, por materializar un doblete de puro delantero centro que brindó tres nuevos puntos a su equipo. Volvió Marc Fernández a justificar su importancia en el conjunto universitario, convirtiéndose ahora, junto con Alberto Quiles, en el máximo artillero universitario con cinco dianas.

En todo caso, hasta que Marc Fernández consiguió tirar la puerta abajo, el partido se convirtió en un tiroteo casi constante, especialmente en un primer tiempo en el que ninguno de los dos equipos salió damnificado de forma sorprendente. Les costaba a ambos equipos en el arranque mantener el control de la pelota. Tanto UCAM como Granada B luchaban por mantener el balón lejos de sus áreas, pero, de igual manera, ninguno conseguía controlar la posesión con sobriedad y temple. Pero, entre tanto vaivén, se generaron las mejores ocasiones en lo que se convirtió en un intercambio constante de golpes, un carrusel de acercamientos que bien podría parecer un combate de boxeo. En el minuto 3, Pablo González de cabeza rubricaba la primera ocasión de peligro. Su testarazo en el primer palo se marchó por encima del travesaño por muy poco. Apenas dos minutos después, David López cazó dentro del área un mal despeje de la zaga del Granada B: la conectó con la zurda de primeras y estampó la pelota en el travesaño.

El UCAM, a partir del primer cuarto de hora de partido, empezó a ceder algo de terreno a un filial nazarí que comandado por José Antonio e Isi Gómez en el medio dotaba de un mayor control el juego visitante. Pero, una vez más, el UCAM de Campos dejó claro que no necesita tener el balón demasiado tiempo en sus pies para arreciar con peligro. Entre Arturo e Isi Ros pincharon el balón dentro del área, y el segundo sirvió en bandeja a Marc Fernández una ocasión clamorosa. No obstante, aún no llegaría el momento del catalán, que en el mano a mano ante Aarón, se topó con el cuerpo del meta visitante.

Casualmente, el portero del Granada B cayó lesionado en el ecuador del primer tiempo, dejando su puesto a Lejárraga. Y para que el arquero del filial nazarí entrase rápidamente en calor, el colegiado señaló un dudoso penalti a favor del UCAM. Marc Fernández, que se adentró en el área por la izquierda, fue derribado por Marín tras un leve forcejeo que derribó al universitario. Era justo el minuto 30, Marc Fernández se adueñó del lanzamiento, y Lejárraga le adivinó la intención al extremo de los murcianos con una soberbia estirada arriba a su derecha. Fue gracias a esa intervención que el Granada B cosechó sus mejores minutos en el partido. El UCAM decayó moralmente, y los visitantes lo aprovecharon para dar un paso al frente.

Pablo González, en el 34´, pegó mordido dentro del área viéndose beneficiado del leve rechace de Fran Pérez para disparar al palo con un disparo rocambolesco. Los rojiblancos dominaban, y el UCAM, más centrado en defender, abrazó con fuerza el descanso. En el segundo tiempo, el partido perdió toda su chispa, aunque para alegría local, la balanza se inclinó del lado universitario.

Lo intentaron por arriba los dos equipos, pero ni Fran Pérez ni José Antonio consiguieron que sus testarazos vieran puerta. En mitad del segundo tiempo, Esteve, guardameta del filial del UCAM que ayer sorprendentemente ganó el puesto a Pol Ballesté ante la lesión de Germán, justificó su presencia en el once con una gran intervención. En el mano a mano ante José Antonio, atajó el disparo cruzado con mucha seguridad cuando se cantaba el gol visitante. Y justo entonces, con el partido atascado y tomando un claro aroma a empate sin goles, apareció Marc Fernández para otorgar a su equipo un importante triunfo.

Aprovechando la lucha incansable de Arturo, quién peleó en banda derecha un balón casi perdido, Dani Pérez sirvió al área para que Marc controlase y, a la media vuelta, se revolviese para batir por bajo Lejárraga. Era el minuto 75, y pese a los minutos que aún restaban, el UCAM se creció e insistió en certificar la victoria con el gol de la sentencia. Lo intentarían Quiles, con una gran vaselina, y de nuevo Marc con un buen centro-chut, pero no fue justo hasta el minuto 90 cuando el extremo del UCAM volvió a aparecer para marcar. Recuperaron los locales en medio campo, y Marc, dentro del área, materializó por bajo para firmar la sentencia. Una vez más, Marc Fernández para desatascar un partido. En esta ocasión, el doblete del futbolista catalán sirvió para instalar al UCAM en el tercer puesto. Aunque ese trabajo, tras llegar desde la novena plaza, se le puede adjudicar con mayor justificación al técnico universitario, José Miguel Campos.