No sé si Raúl Moro ha elaborado ya su carta a los Reyes Magos. Por si anda en ello, me voy a permitir el lujo de hacerle una recomendación. Se trata de un librito de apenas 72 páginas que seguro que le ayuda si se anima a alargar su gira por los medios. Se titula Vamos a aprender a sumar y a restar y lo mejor de todo es que solo cuesta 6 euros, por lo que no habrá excusa de falta de liquidez.
Con echarle un vistazo, el todavía presidente del Real Murcia podrá evitar hacer declaraciones sin sentido como las que le he escuchado estos días y que me han llevado a pensar que nos estaba brindando una inocentada. La última de un año que analizado detenidamente parece que no se ha movido del Día de los Inocentes. Señalaba Raúl Moro que si Guillermo Martínez Abarca le hubiera permitido acceder al cargo un mes y medio antes, el equipo podría haber acabado la liga como primero de grupo. Algo que hubiese significado poder ascender en una sola eliminatoria.
Por más vueltas que le he dado no sé qué cuentas ha hecho Raúl Moro. Posiblemente sean las mismas que le tienen en el punto de mira de toda la Agencia Tributaria, porque se analice por dónde se analice, el ataque del extremeño a Abarca más que miedo provoca risa.
Por si no lee Vamos a aprender a sumar y a restar, le haré unas sumas rápidas. Empecemos, pues. Moro se convirtió en accionista del Murcia el 15 de noviembre de 2016 y accedió al Consejo el 28 de diciembre. En ese periodo, en el que el mercado estaba cerrado y por tanto no se podía fichar, los granas jugaron 5 partidos, ganando cuatro (3+3+3+3) y perdiendo uno (+0). Es decir, se sumaron 12 puntos. Imaginen, ahora, que Abarca hubiese dado el poder a Moro el 15 de noviembre. Lo único que deportivamente se hubiera podido mejorar es sumar los 15 puntos en juego (3+3+3+3+3). Solo tres más de los que se consiguieron. Una victoria que no hubiera sido suficiente para al final de liga desplazar al Lorca FC de la primera posición.
Lo detallo, por si alguien se despista. Los lorquinistas cerraron el campeonato con 73 puntos. Los murcianistas, por su parte, alcanzaron los 67. Si a esos 67 le sumamos los tres que, según Moro, no se lograron porque Abarca se aferró al sillón de mando, el total sería 70. Y se ponga como se ponga el todavía presidente del Real Murcia, utilice las calculadoras que utilice, 67+3 jamás dará como resultado 73.
Ya que le está pillando el gusto a las entrevistas, a ver si en vez de acordarse tanto de Abarca, quien lleva un año en el más absoluto silencio, se señala a sí mismo y, a la vez que se autoelogia por apartarse en el momento oportuno, aprende a sumar y a trabajar, y deja de ir acumulando deudas y destrozando empresas por allá donde pasa. Por cierto, ¿incumplir los estatutos del club y la ley de sociedades al no convocar junta de accionistas también es culpa de Abarca? ¿Y a quién acusamos de no mostrar las cuentas del ejercicio anterior? ¿Y llamamos al abogado murciano para hablar de la primera vuelta que se ha marcado la plantilla de lujo 'made in Moro'?
Parece que al final los Reyes van a tener que regalar al extremeño un manual más complejo que el librito de aprender a sumar y a restar.