La plantilla del Real Murcia hizo ayer las maletas para disfrutar de unos días de vacaciones por el parón navideño. Después de entrenar el lunes, el martes y ayer, en una sesión llevada a cabo en Nueva Condomina, los futbolistas se despidieron por unos días del trabajo para marcharse con sus familias y amigos. José María Salmerón, técnico murcianista, ha fijado la vuelta para el miércoles próximo. Aunque todavía no se conoce el plan exacto, lo normal es que los futbolistas realicen dos o tres sesiones para volver a tener libre el fin de semana de Nochevieja y Año Nuevo. La competición del Grupo IV en Segunda B no volverá hasta el 7 de enero, cuando el Real Murcia tenga que visitar en campo del Écija.

Estos días de descanso no han podido llegar en mejor momento para los jugadores, que, aunque mantienen la calma de puertas para fuera, no pueden evitar alejarse de los rumores y la crisis institucional que se ha abierto en la entidad murcianista al conocerse que Raúl Moro no tiene la capacidad de seguir al frente del consejo de administración.

A ello se une el retraso en el pago de las nóminas que viene repitiéndose desde octubre. Aunque a finales de ese mes, los granas pagaron septiembre y calmaron los ánimos de los jugadores; los retrasos han seguido sucediéndose. El último mes que se ha abonado ha sido octubre, y de momento nadie sabe cuándo se realizará la siguiente transferencia, porque al vestuario ya se le ha comunicado que no hay dinero en caja.

Si los impagos ya habían generado cierto malestar, que también llega a los integrantes del filial grana de Tercera División, la desaparición de Raúl Moro de la escena ha hecho que la alerta llegue al nivel rojo. Además, los futbolistas están pendientes también de conocer si finalmente el mexicano Mauricio García de la Vega toma el control del accionariado para tener información de cuál es su plan y si afectará a sus contratos. Por ahora lo único que saben es que Raúl Moro se ha marchado sin dar explicaciones. El presidente y dueño de la entidad está ausente desde hace una semana. No viajó el pasado domingo a La Línea para presenciar el choque frente al Linense y tampoco estuvo presente en la comida de Navidad del club del lunes, donde Deseado Flores hizo de anfitrión e intentó mostrar tranquilidad ante la plantilla.

Con tantos frentes abiertos dentro del Real Murcia, las vacaciones de Navidad es la mejor medicina para una plantilla que ve como el futuro más inmediato está lleno de incertidumbres. A los impagos y a la posible llegada de un nuevo inversor se une además la apertura del mercado de invierno. Pese a que no hay dinero en caja para pagar a los futbolistas, los responsables técnicos del club llevan varias semanas peinando el mercado para reforzar la plantilla. Para cerrar fichajes, primero habrá que confirmar bajas, y este punto también tiene molestos a algunos jugadores, que saben que tienen muchas posibilidades de ser nominados para abandonar Nueva Condomina en enero.