El cambio de actitud -o de suerte, según se mire- ha sido el detonante que ha permitido al UCAM Murcia afrontar el parón navideño en puestos de play off de ascenso a Segunda División. Pero hay victorias, que por mucho que se quiera, se clavan como puñales en el corazón por las piezas que se sacrifican en el camino. El equipo universitario, que superó con la mejor de sus pólvoras a un San Fernando que encierra un especial mérito en esta categoría, vio como su portero titular, el guardameta Germán Parreño, se fracturaba la tibia y el peroné en un choque fortuito justo antes del descanso del choque entre universitarios e isleños. Un peaje especialmente caro para conseguir los tres puntos más amargos de la temporada.

No solo se volvió a ver la versión más práctica del UCAM desde la llegada de José Miguel Campos, sino que además, por pleno reconocimiento del técnico mazarronero, el conjunto universitario renunció al balón y al control con tal de conseguir un nuevo triunfo. Pese a ello, el entrenador azulón disentió de las fases del partido en las que sus jugadores se dejaron llevar en exceso, una premisa del juego que permitió al San Fernando creer, con sus humildes armas, en el empate o en la victoria.

Ha dejado patente el UCAM en las últimas cinco jornadas, las mismas que lleva Campos al frente del equipo, que se siente más cómodo sin llevar la iniciativa en el juego que dominando la posesión. Probablemente, se deba a la imposibilidad de sus jugadores para lograrlo, pese a la inferior entidad de muchos de sus rivales en este competido Grupo IV. El trabajo se acumula para Pedro Reverte, director deportivo universitario, de cara al mercado de invierno. En todo caso, en este pozo que es la categoría de bronce solo cuentan los puntos, las victorias y los empates que se consiguen, con mayores o menores alardes. Y en eso, el UCAM Murcia puede convertirse en el pez grande de este Grupo IV.

La tónica más habitual del partido erigió al San Fernando como el equipo que más intentó proponer en ataques estáticos, aunque la falta de profundidad y combinación quedó neutralizada por el buen trabajo defensivo de un UCAM que, en esa faceta, sigue creciendo cada semana. Fue así como, pese a no controlar el partido con el balón en los pies, los universitarios neutralizaron en gran medida la electricidad que circula por las botas de los hombres de ataque del San Fernando. Y una vez cumplida la parte más complicada, llegó el turno de la velocidad de los Arturo, Isi Ros y Marc Fernández: con espacio y aprovechando su movilidad, llegaron los mejores momentos en ataque del UCAM en el partido.

Isi Ros y Marc se echaron el equipo a la espalda en esa tarea, provocando que la afición de La Condomina contara los minutos que tardarían ambos extremos en conectar con Arturo, referencia ofensiva en el día de ayer. El San Fernando, entre tanto, se probó a partir del balón parado, pero ni Gabi Ramos ni Lolo pudieron aprovechar los buenos servicios a balón parado de Bruno Herrero.

Fue entonces cuando Arturo apareció. En la primera se topó con un seguro Toni Doblas; en la segunda se quedó sin fuelle; y en la tercera, obtuvo su recompensa. En el 38´, el meta universitario Germán sacó largo con su mano hacia Isi Ros. El torreño luchó por la pelota entre dos defensores, se quedó con el cuero, y sirvió al espacio para que Arturo, de disparo cruzado pisando el área, superara a un Toni Doblas que rozó el esférico sin fortuna. Sin embargo, con el UCAM crecido por el gol, se pasó de la alegría a la tristeza. El guardameta Germán salió del área para cortar un envío largo destinado hacia Chris Ramos. El portero ilicitano impactó contra el atacante y su compañero Fran Pérez, llevándose la peor parte y cumpliendo los pronósticos más duros: fractura de tibia y peroné y adiós a gran parte de la temporada. Debutó el portero del filial Esteve, quién entró en la convocatoria al sufrir el meta suplente Pol Ballesté una gripe durante esta semana. El joven canterano, todo sea dicho, cumplió con seguridad.

Justo antes del descanso, el asistente invalidó un gol en dudoso fuera de juego al San Fernando, avivando así la polémica y llegando al hemisferio con el partido muy vivo. Ya en el segundo tiempo, el UCAM dio un pequeño paso hacia atrás, y pese a ello, se siguió encontrando cómodo y tranquilo. Sin embargo, en el minuto 65, tuvo lugar otra jugada para la moviola. Góngora frenó un contragolpe que comandaba Bruno Herrero, capitán isleño, con numerosos agarrones. Enfurecido por la acción, el centrocampista visitante soltó su brazo impactando en la cara de Góngora, lo que el colegiado interpretó como agresión y la consecuente expulsión de Herrero.

Pese al duro revés que supuso para el San Fernando, el guión del partido varió en una premisa que sería definitiva a la larga: los visitantes siguieron controlando el balón, carecieron de pegada, y el UCAM aprovechó su superioridad numérica para dejar el partido visto para sentencia. Isi Ros, por partida doble, gozó de las mejores para firmar el segundo tanto, siendo la última un gol anulado por fuera de juego. Lo intentó Javi Casares de falta, pero su lanzamiento, envenenado hacia la escuadra, fue magistralmente detenido por Esteve. Justo después, en el 88´, Quiles cazó un buen servicio de Urko Arroyo desde la derecha para dejar sentado a Guerrero dentro del área y batir a Doblas. El San Fernando prosiguió con su insistencia, recortó distancias gracias a un gran gol que firmó Óscar Martín en el 93´ con un buen golpeo lejano, y rozó la machada en la última jugada careciendo, una vez más, de su mayor defecto: la falta de pegada. En resumen, lo que pudo convertirse en una Navidad apacible en la casa del UCAM, llega con la más triste de las noticias. La lesión de Germán nos hizo olvidar el fútbol y ensució una importante victoria.