Por segunda temporada consecutiva, el FC Cartagena se marcha a comerse el turrón y las doce uvas mirando a todos sus rivales del grupo IV por el retrovisor. Los albinegros no han repetido los 40 puntos de la 2016-17 (se han quedado en 36), y el sabor de boca ha oscilado entre dulce y amargo en demasiadas ocasiones. Ante la marcha de emblemas del club como Gonzalo Verdú o Quique Rivero era difícil creer que el conjunto de la ciudad portuaria se rearmaría una temporada más para ser el candidato número uno al ascenso. Y, a pesar de algún que otro tropiezo inesperado, lo ha conseguido. Desde la entidad albinegra saben que hay que realizar un par de retoques en el mercado invernal para seguir compitiendo por lo más alto, y, sobre todo, para que el equipo no entre en barrena como en la segunda vuelta del curso pasado. En resumen, destacamos cinco motivos por los que la afición albinegra puede creer que el 2018 será un año de muchas alegrías, y cinco motivos para andar con pies de plomo y exigir mejoras al equipo.

Pau Torres, un candado a la portería albinegra

Se acabaron las dudas bajos los palos del Cartagonova. El siempre discutido Limones dejó paso a Pau Torres en el mercado veraniego. El guardameta catalán necesitaba recuperar la confianza de sus años en el Lleida, cuando se erigió en uno de los mejores porteros de la categoría. Tras pasar por Valladolid y Alavés con pocos minutos, se ha convertido en un indiscutible en el Cartagena. En 15 partidos ha encajado solo 13 goles, pero por encima de todo ofrece una seguridad tremenda al equipo desde la portería y ha protagonizado paradas salvadoras e imposibles.

Los nueve goles de Isaac Aketxe valen puntos

En solo la primera vuelta, el bilbaíno Aketxe ha superado los registros de cualquier futbolista de la temporada pasada. Arturo, Cristo, Llorente y Juanlu se estancaron en siete goles. Aketxe, fichaje estrella para la delantera este verano, ha alcanzado los nueve. Es un portento a balón parado y en el juego aéreo, no para de pelear durante los noventa minutos y tiene un olfato goleador que marca las diferencias en partidos tan cerrados como los que se ven en Segunda B.

El desparpajo de la joven hornada del Cartagena

La juventud en la plantilla albinegra lleva el sello de Kuki Zalazar. El mediapunta cedido por el Málaga tardó en adaptarse a su nuevo conjunto, pero desde hace un par de meses es un fijo en once titular. Con apenas 19 años, se ha echado el equipo a las espaldas ante las lesiones de Cristo y Álvaro González. El venezolano Josua Mejías también representa una alternativa fiable para la defensa, y Moussa aporta soluciones en el ataque gracias a su velocidad y su potencia. A partir de febrero se espera la reaparición de Adama, que aspiraba a asentarse definitivamente en el equipo cuando sufrió una grave lesión.

El éxito en la Copa del Rey hasta que llegó el Sevilla

El Cartagena ha conseguido esta temporada alcanzar la ansiada ronda de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Tras unas eliminatorias agónicas en el mes de septiembre contra el UCAM Murcia, el Mirandés y el Talavera, los de Monteagudo recibieron al Sevilla de Eduardo Berizzo. Aunque la superioridad de los hispalenses no permitió a los albinegros competir en la eliminatoria, disfrutaron el premio de enfrentarse a un equipo de Champions League.

Un proyecto asentado con Monteagudo a los mandos

A pesar de las dudas en ciertos momentos de la temporada, Alberto Monteagudo vive su tercera campaña (la segunda de inicio) en el banquillo albinegro, y los resultados le avalan. Por segunda temporada consecutiva, el manchego ha llevado al Cartagena al liderato de grupo a mediados de temporada. Ahora su objetivo será no decaer en la segunda parte del campeonato como el curso anterior.

La irregularidad y la falta de dominio del esférico

Los 36 puntos en el casillero del Cartagena no reflejan la dificultad que tienen para tomar el mando de los partidos. En las últimas fechas, a los de Monteagudo les cuesta crear ocasiones de peligro, tienen menos el balón y fían la victoria a la ferocidad de Aketxe y a la solidez en defensa. Al inicio de temporada, la velocidad de Hugo y Álvaro les permitía llegar más fácilmente al área rival, pero últimamente están echando de menos a jugadores como Quique Rivero, que son capaces de adueñarse del esférico y dominar el partido a través de él. Además, en algunos encuentros se les ha visto perdidos, incapaces de ejecutar el plan inicial.

Demasiados puntos vuelan del Cartagonova

Se repite la tónica del curso pasado. Del feudo albinegro se han escapado puntos ante rivales previsiblemente más débiles: Villanovense, Córdoba B, Las Palmas Atlético, Betis Deportivo, etc. Particularmente el empate ante el filial canario y la goleada encajada contra los verdiblancos dejaron muy tocado a Monteagudo, que recibió la desaprobación de la grada.

Un camino plagado de lesiones y sanciones

Avanzar en Copa del Rey ha tenido un alto precio en forma de bajas. En numerosos partidos Monteagudo ha tenido problemas para formar un once de garantías por la acumulación de lesiones en la plantilla: Adama y Álvaro González han estado largo tiempo en el dique seco, y piezas importantes como Óscar Ramírez, Jesús Álvaro, Cristo o Cordero también se han ausentado en determinadas citas. Además, también han sufrido sanciones por tarjetas rojas o acumulación de amarillas.

El fondo de armario no siempre responde

Cuando los titulares no están, les toca el turno a los suplentes. Y cuando el manchego se ha visto obligado a dar la oportunidad a la segunda unidad, más de uno no ha dado la talla. Alberto Aguilar y Dani Abalo todavía no han ofrecido el nivel esperado, aunque el técnico confía en ellos, y a algunos jóvenes como Farisato o Morros les falta experiencia para competir en esta categoría.

Problemas en el vestuario con agresión incluida

El año acaba con mal sabor de boca en la ciudad portuaria por el famoso enfrentamiento entre Moisés y Chavero en un entrenamiento. En verano salieron algunos pesos pesados del vestuario como Juanlu, Limones o Gonzalo Verdú, mientras que Ceballos permaneció como capitán a pesar de su escasa participación en el equipo. Después de este altercado, el central sevillano está en la rampa de salida para abandonar el equipo en enero.