El UCAM CB Murcia salió ayer con vida de uno de los 'infiernos' por los que tendrá que pasar en las próximas semanas para intentar sellar su billete hacia las rondas eliminatorias de la Champions League. El conjunto univeristario tomó impulso anoche en Isreal al abrir la segunda vuelta de la fase de grupos con una victoria (75-81) y enlazar así la segunda consecutiva tras vencer la pasada semana al Juventus Utena lituano también a domicilio.

El UCAM se impuso al Hapoel Holon en un partido tosco, lento, muy físico y cargado de interrupciones. Un escenario con la afición a escasos metros de los jugadores que subió la temperatura varios grados y que fue el primer obstáculo que tuvo que sortear el cuadro murciano, puesto que era la 'casa' del Maccabi Rishon porque el pabellón del Holon estaba ocupado por un acto festivo. A eso se le sumó, el no poder realizar un entrenamiento de tiro por la mañana, el retraso de los primeros minutos para recoger unos globos que saltaron a la pista, un golpe fortuito que recibió el local Thomas y tuvo que ser atendido, una canasta 'agitada' por la afición cuando Soko se disponía anotar en la recta final y un partido que contó con 63 tiros libres (32 de ellos para el UCAM).

En un mal día desde el triple para ambos equipos, el encuentro se decidió por los puntos en la pintura. Y ahí fue donde destacó Ovie Soko. El jugador británico concluyó el duelo con 21 puntos, 14 rebotes y 6 asistencias para erigirse como el principal estandarte del equipo murciano en un encuentro que se jugó a base de arreones. Al UCAM le costó arrancar en los primeros compases del duelo, donde Vítor Benite y Marko Lukovic se quedaron fuera de la convocatoria por los cupos de formación, y eso fue lo que aprovechó el Hapoel Holon para intentar meter 'miedo'.

El equipo israelí comenzó muy acertado desde la media distancia y también desde la línea de tres para establecer la primera ventaja (6-0), pero fue cuando Soko no se arrugó ante la férrea defensa de Thomas y Rice para anotar 10 puntos en el primer cuarto que se sumaron a su excelente trabajo en el rebote (6). Al UCAM le costó mucho poder atacar de forma fluida, sin embargo, a trancas y barrancas, conseguía su objetivo a base de lucha y carácter en la pintura. Un triple de Pnini hizo daño a los de Ibon Navarro, entrenador universitario, cuando parecían haber tomado el ritmo de juego (17-10), pero de nuevo apareció Soko para maquillar el marcador (21-15).

En el segundo cuarto se mantuvo el mismo guión y el cuadro murciano se vio obligado a recurrir al tiro libre para puntuar ante la cantidad de infracciones cometidas por el Holon. Todavía así, firmó un parcial de 4-10 que le metió de lleno en el partido (25-25) y que confirmó Marcos Delía con un lanzamiento a tabla. Kloof, en otro tiro inverosímil en suspensión, mantenía la inercia positiva para los de Navarro, pero el base holandés no esutvo acertado desde el tiro libre en dos ocasiones para poner más tierra de por medio con el cuadro isrealí. De nuevo llegaron las interrupciones de forma más constante y Soko, con un espectacular mate, puso al UCAM por delante por primera vez en el partido a falta de dos minutos para llegar al descanso (33-34). Sin embargo, una canasta con tiro adicional de Thomas estableció las tablas en la primera mitad (37-37).

El UCAM, para escapar de las numerosas interrupciones, intentó meter una marcha más en su juego y circulando con mayor rapidez el balón para huir de los ataques estáticos. Sin embargo, pese a que funcionó durante unos minutos y ayudó a que aparecieran sus exteriores -Urtasun, Oleson o Hannah- a pesar de que el juego volvió a ser rudo (48-48). Los jugadores de fuera del Holon, como Colman y sobre todo Walden también consigieron aportar a su equipo, pero el UCAM seguía tan firme atrás que el conjunto isrealí tan solo fue capaz de capturar un rebote ofensivo en todo el partido (57-60).

El Holon salió en el tramo final con un parcial de 9-2 que hizo temer lo peor. Hasta que el UCAM volvió a sacar su fuerza física, mental y moral, que empieza a dejar por los suelos a la del Alcoyano, personificada en Rojas y Soko para que Rice cometiera su quinta falta y así ellos poder cerrar el partido (75-81).