El Lorca FC volvió a caer derrotado ante su público. Esta vez ante el Real Oviedo por 0-2. Los ovetenses fueron superiores sobre todo en la primera parte donde lograron lo dos goles. El primero tras un córner inexistente y el segundo, una vez más, impropio de un equipo profesional. Con este resultado, el equipo lorquino sigue en la zona de descenso. Al igual que ocurrió ante el Lugo, el cuadro local no supo jugar ante un equipo muy bien trabajado tácticamente, con mucha actitud, que siempre salía ganador en los balones divididos. El conjunto de casa se atasca y no tiene plan B cuando el rival no muestra fisuras.

El Lorca ya no volverá a jugar en casa hasta el miércoles veinte de diciembre, ante Osasuna, a las ocho de la noche. El Lorca FC tendrá que cambiar cosas ya que los números cosechados hasta ahora no invitan al optimismo. El técnico local, Curro Torres, decidió premiar a los mismos que ganaron en Tarragona. Por lo tanto la inédita defensa que puso en liza por circunstancias volvió a repetir. Así, José Carlos y Abel Góméz jugaron su segundo partido como titulares. El primero de ellos, cedido por el Betis, reivindica minutos. Tendrá que hacer más cosas para estar al nivel que exige esta categoría. Ayer no le funcionó igual que hace siete días al entrenador lorquinista.

Por su parte Anquela, entrenador ovetense, hizo lo propio con la excepción del ilicitano Aarón Ñiguez, quien por lesión dejó su sitio a Yeboah. Con seis grados de temperatura dio comienzo un choque donde el Real Oviedo, con siete puntos más que los lorquinos, visitaba la Ciudad del Sol por cuarta vez en la historia, primera en el Artés.

El frío y los partidos importantes televisados de primera disminuyeron algo la afluencia de público. El Oviedo fue el dueño del partido desde el pitido inicial. Anquela ordenó una presión asfixiante muy arriba que puso en serias dificultades la salida del balón de los locales. Saul Berjón hizo lo que quiso por la banda izquierda. Fue letal cada vez que intervenía. Los centrales erraban en las combinaciones. Abel Góméz y Noguera intentaban construir, pero sobre todo el segundo, lo frenaban con faltas. El ex del Oviedo, Nando y Ojeda no tenían posibilidad de participar. Arriba, Apeh se partía el pecho con los centrales, pero estos salian ganadores.

El Lorca volvió a encajar antes del primer cuarto de hora. Corría el minuto trece cuando el colegiado señaló un córner inexistente. Centró con mucha precisión Saul Berjón y remató desde la frontal David Rocha de forma impecable. Una vez más, la estrategia de los contrarios estuvo muy por encima de cómo defienden los lorquinistas. El discutido colegiado mostró tres amonestaciones a los lorquinos en esa acción.

Dos minutos despues, los lorquinos dispusieron hasta tres ocasiones claras en la misma jugada. Apeh y Nando pudieron marcar pero entre la defensa y el meta, Alfonso Herrero, evitaron el empate. Lo que no evitó el equipo lorquino fue el segundo del Real Oviedo. Muy mala defensa local. Pina dejó que Saul Berjón centrara a sus anchas, los centrales no estuvieron a la altura, Dorronsoro se durmió, el balón pegó en el palo y Linares, desde el suelo, remató de cabeza a la red.

El equipo ovetense,mucho mejor que los lorquinos, pero también es cierto que estos marcaron en los dos lanzamientos que intentaron. Terminó el primer tiempo con una clara superioridad del Real Oviedo.

El desafortunado José Carlos se quedó en el vestuario. Curro Torres dio entrada a Pomares, quien jugó en su posición habitual de lateral zurdo y Peña volvió al centro de la zaga. El Oviedo, si ya de por sí lo estaba haciendo perfecto tácticamente, se colocó muy ordenado en la segunda parte. El Lorca tuvo el balón pero no encontraba el camino para llegar al área visitante. Mucha imprecisión en los pases y sensación de impotencia. Curro Torres retiró a Abel Gómez y dio entrada a Onwu, buscando otra alternativa atacante.

Noguera lo intentaba una y otra vez por su cuenta. El madrileño, lo mejorcito del Lorca, pero muy solo.

El partido era un frontón. El Lorca tenía la posesión y el control del partido, pero todo moría en la frontal del área rival. El Oviedo jugaba el partido que le interesaba. En un contragolpe el equipo de Anquela pudo setenciar aún más. En el minuto sesenta y dos, Linares delante de Dorronsoro no lo hizo bien y perdonó el tercero.