Desde la llegada de José María Salmerón al banquillo del Real Murcia, el conjunto grana empezó un proceso de conversión en el que el equipo, poco a poco, ha conseguido aprender a bailar a su propio ritmo, sin importarle que a veces lo haga como el típico familiar que se pasa con las copas en la celebración y pierde algo de coordinación en sus movimientos. Y es que el Murcia, a pesar de que a veces su ritmo y sus melodías no suenan a música celestial, superó ayer al Badajoz por la mínima en lo que supone la quinta victoria en los últimos seis partidos, lo que ha llevado a los murcianistas, por primera vez en dieciséis jornadas, a despestarse hoy ocupando uno de los puestos del play off de ascenso.

Con la llegada de las victorias todos los defectos pasan a minimizarse, para lo bueno y para lo malo, ya que el Murcia de los primeros cuarenta y cinco minutos y el de los últimos veinte minutos no podría estar inmerso en una racha tan positiva como la que atraviesan los jugadores de Salmerón. A pesar de que los granas salieron hilando un par de jugadas que presagiaban otra cosa, la realidad es que el Badajoz hizo también muy bien los deberes para frenar a los locales. Los pacenses se aferraron a una máxima que a veces funciona, presionar la salida del balón de los locales para provocar nerviosismo y tratar de hacer daño. Y lo curioso es que las aproximaciones más peligrosas de los primeros compases llevaron firma visitante. En el minuto nueve, Biel Ribas tuvo que emplearse con rapidez para despejar un buen disparo de Ruano. Los locales no podían consentir más de lo mismo y las tímidas acometidas de los granas se limitaron por entonces a una internada de Fede Vega que no encontró rematador y un disparo lejano de Santi Jara sin mucha puntería (18'). A partir de los veinte minutos solo hizo falta mirar a la delantera grana para saber que el Murcia lo estaba pasando realmente mal. El ejemplo más claro fue ver cómo Salva Chamorro, el delantero del equipo, desbarataba un peligroso acercamiento de Chechu ayudando en tareas defensivas y pisando su propia área en una maniobra que hizo darse cuenta a la grada de que la historia no tenía buena pinta.

Pero el Murcia de Salmerón, un equipo que se abraza a la efectividad dentro del camino de ir mejorando muchas aspectos del juego, también ha puesto en marcha otra de las máximas de este deporte, contar con todos los jugadores para aumentar la competitividad. Lo primero que hizo Salmerón fue premiar a los once jugadores, salvo el lesionado Juanra, que fueron capaces de doblegar hace una jornada al Extremadura en su casa. Uno de ellos, Jordan Domínguez, fue el auténtico protagonista de que el Murcia se adelantara en el marcador y, entonces sí, los granas asumen una peligrosa tendencia de encerrarse tras marcar que habrá que modificar por una actitud mucho más valiente.

A punto de cumplirse la media hora de partido, el exjugador del Toledo, un centrocampista que tiene vocación ofensiva, realizó una carrera como Dios manda por la banda izquierda y cuando llegó el momento de tomar una decisión final y teniendo opciones de haber finalizado la jugada, el de Pontevedra tiró de compañerismo para regalarle el gol a un Santi Jara que, tras el golazo que marcó hace una semana en casa del Extremadura, repitió ayer con otro gol que se traduce en otros tres puntos muy valiosos.

Todo el público sabía que la tendencia de los granas entonces iba a ser la de replegarse, ya que a este equipo le falta todavía un punto de confianza para tratar de cerrar mucho antes los partidos y evitar sufrimientos innecesarios. De hecho a tres minutos del descanso el Badajoz no empató de milagro, ya que Álex Rubio estuvo muy cerca de llevar el miedo a la grada en una jugada que, hasta con tres remates de los visitantes, no perforó la portería de Biel Ribas porque las definiciones de los pacenses no fueron las más acertadas. Lo mejor para el Murcia es que el árbitro mostrara lo más rápido posible el camino de los vestuarios.

La segunda parte del encuentro fue muy distinta a la primera, ya que el Murcia salió con la idea de sentenciar, aunque en este capítulo el Murcia sí que tiene problemas. Sin embargo, el juego de los granas tras la reanudación cambió sustancialmente, a pesar de no gozar ni de una ocasión clara de gol en este acto. Y es que Salmerón también ha sido el primero en darse cuenta que el físico de David Dánchez no le permite aguantar al cien por cien los noventa minutos, pero que cuando el sevillano entró en el minuto 50 para relevar a un desafortunado Llorente, el equipo fue capaz de respirar aliviado, entre otras cosas, porque Armando pudo olvidarse un poco de ayudar a los defensas y los pases del centrocampista murciano volvieron a ser precisos y le dieron tranquilidad al equipo.

El último tramo del partido sí que puso de relieve uno de los puntos débiles del Murcia. El equipo tiene tanto miedo a perder tras un pésimo arranque de Liga que, con un gol a favor, se cree que ya tiene hechos los deberes y no es verdad. El equipo de Salmerón ya se ha metido en los puestos de play off gracias una racha de cinco victorias en las últimas seis semanas, pero además de seguir obteniendo victorias, hará falta más picardía y menos temores para tratar de que el Murcia consiga convertirse en ese gran equipo que se le prometió a la afición en Verano.