José María Salmerón lo ha hecho todo muy fácil. Llegó hace seis semanas al banquillo de un Real Murcia que había completado un pésimo arranque de campeonato y que había 'consumido' a dos técnicos como Manolo Sanlúcar y Víctor Basadre y la realidad que tiene delante ahora mismo la afición murcianista era algo casi impensable hace apenas un mes y medio, cuando el equipo llegó a ocupar el puesto de promoción a Tercera División. Pero la llegada del almeriense al banquillo sí ha conseguido el golpe de efecto que tanto buscaban unos dirigentes asustados al ver que una plantilla confeccionada a golpe de talonario no era capaz de ganar partidos. El nuevo responsable del vestuario murcianista llegó con una idea por encima de todas, había que frenar la sangría de goles que encajaba este Murcia. Y dicho y hecho. Salvo en la derrota de su estreno en San Fernando, sus jugadores solo han encajado dos goles en el último mes de competición, lo que ha sido clave a la hora de rentabilizar mejor los goles a favor y de esta manera poder acumular victorias.

Todo el mundo veía las lagunas defensivas de los granas, pero la llegada de un entrenador con experiencia ha terminado por darle la razón a una grada que empezó la Liga viendo a un equipo demasiado inseguro. Pero el cuento ha cambiado bastante hasta el punto de que, con tres victorias y una derrota, los granas son el equipo con mejores números del último mes de competición en el Grupo IV de Segunda B, algo que pone de relieve el cambio drástico que ha sufrido la plantilla con la mano de un José María Salmerón que también está haciendo otras cosas bien.

La seguridad defensiva que ha adquirido el Murcia ha ido acompañada de algo inevitable. Ahora, con un gol a favor los granas, tienen más opciones de llevarse los tres puntos que antes, lo que ha convertido al conjunto grana en un equipo de marcadores cortos que, a su vez, han sido tan rentables como para dejar al equipo a dos puntos del play off de ascenso. Se le ganó por la mínima a Las Palmas, Jumilla y al líder Extremadura, algo que deja bien a las claras que a este Murcia le sobra con un tanto para desmarcarse como un equipo muy rentable y que tiene muy claro lo que tiene que hacer dependiendo el momento del partido.

Por ejemplo Salmerón se ha quejado mucho del estado del césped hasta que le han arreglado las instalaciones de Cobatillas, pero también ha sabido convivir desde su llegada con bajas muy importantes. Aunque ya llegó con Víctor Curto fuera de combate, Salmerón ha tenido que lidiar semana tras semana sin poder contar, por ejemplo, con un Pedro Martín y un Xiscu que nadie sabe lo que tienen, pero que no están para jugar, mientras que otros jugadores como Fede Vega, David Mateos y Fran Carnicer también han arrastrado problemas que los han dejado fuera de combate en más de una ocasión. La baja del central David Mateos es una de las que más ha trastocado los planes de un Salmerón que encontró en la figura del madrileño una pieza clave para proteger a sus centrales y darle al equipo un plus de seguridad que no tenía. El murciano Armando Ortiz fue el encargado de realizar esta tarea en la meritoria victoria del domingo en casa del Extremadura gracias a un gran gol de Santi Jara en el minuto noventa y dos de partido tras una gran jugada individual.

Y por si no fueran ya buenos motivos de sobra, encima el futuro se presenta muy esperanzador para el Murcia por dos cosas, una porque poco a poco se tiene que ir vaciando la enfermería para alegría de Salmerón, al mismo tiempo que el calendario, por mucha igualdad que haya, se suaviza ahora para los granas en un tramo del campeonato en el que los pupilos de Salmerón deben aprovechar el viento favorable para instalarse con holgura en los puestos de play off de ascenso, algo que parecía inimaginable hace apenas un mes y medio. Salmerón no ha traído espectáculo al campo, pero ha conseguido lo que todos querían, buenos resultados que lleven al equipo lo más alto posible de la clasificación.