Sumando al reciente óbito de Rivilla -no confundir con el cántabro Revilla, que también fue lateral derecho del Real Murcia y que afortunadamente vive-, se añade la muerte de Pedro Calatayud Ares (18-10-34), acontecido en su pueblo natal, Puerto de Santa María (Cádiz). Posiblemente si no le unimos el apodo de Pedrusco, casi nadie lo relaciona. Extremo con preferencia en la izquierda, pero también interior, con un metro sesenta, pequeño de estatura, blanco de color, extremidades delgadas, llamaba su cabello rojizo zanahoria que adornaba a una cara pecosa, con un aire infantil y travieso (que se parecía, como demostraba las portadas de los libros de la época a Guillermo el travieso), el portuense hiló dos excelentes temporadas (1959-61) en el Cádiz, Grupo Sur de la Segunda División, que le hizo jugador apetecible, gracias a sus 50 partidos, tres de ellos de Copa, y sus 12 goles, 10 de ellos la última campaña (60-61). Al Murcia viene en julio del 61 tras un traspaso por el que se pagaron 350.000 pesetas de las de entonces. No sería el único trasvase porque el presidente Andrés Pintado, después de la anterior campaña donde se clasificó octavo, y con Ignacio Eizaguirre, que continuaba de entrenador, tiró la casa por la ventana. Se pagaron 600.000 pesetas a la Real Sociedad por Paz, un medio de contención; además vinieron del Condal, filial del Barça, y como compensación del traspaso de Ramón Marañón a los azulgranas, el trío Blanqueras, que se había adelantado el año pasado para jugar La Copa , Cartañá y Ángel de la Fuente; por su parte Antonio Rincón llegó cedido por el Real Madrid; Abiétar y Ciaúrriz de Las Palmas, el buen meta Ramírez, del Hércules, y en otros aspectos nombres tan recordados como Tatono, del Cartagena, y Oliva, del Imperial.

El gaditano juega 14 partidos de liga, con 4 goles (dos de ellos al Valladolid, uno al Cordoba y otro al Hércules, este último en La Viña), y dos de Copa. Y en general con un discurrir baldío de la costosa plantilla: la misma octava posición del año pasado. Al siguiente año (62-63), con un nuevo presidente, Ángel Fernández Picón, y nuevo preparador, LLopis, Pedrusco juega solo un partido de Copa frente al Orense y en enero es cedido al Plus Ultras, también del Grupo Sur, que por cierto pierde la categoría, mientras el Murcia asciende a Primera en el año de Lalo, el día que se jugó en La Condomina dicho ascenso con el Levante (1-1).

El del Puerto Santa María cumple su última temporada (63-64) que había firmado con el Murcia, cedido al Atlético de Ceuta, que por cierto elimina en la promoción de permanencia al Cartagena FC; y a partir de ahí llegó su declive con apariciones en el Jerez Industrial y Rota, como últimos clubes. Descanse en paz, el ejemplo más claro de cómo un traspaso puede ser el ejemplo de una mala operación financiera y como dicho trasvase no asegura una alineación fija.