ElPozo volvió a irse de vacío en su enfrentamiento ante el Inter al caer en el 'clásico' del fútbol sala nacional por 4-1 en un choque en el que cuadro madrileño fue netamente superior al murciano. Los de Jesús Velasco le tienen tomada la medida A la escuadra de la capital del Segura. O al menos, así lo reflejan las estadísticas. Y es que son tres los encuentros que se han producido este curso entre ambas escuadras y tres son las derrotas que se han llevado los murcianistas. Las dos primeras, en la Supercopa, y la de ayer, tras un choque en el que todavía se espera que comparezca ElPozo que todos conocen, ese conjunto combativo y que posee la suficiente clase como para batir a cualquiera. Pero ayer, o no estuvo o no terminó de mostrarse. Solo a veces y en pequeñas pinceladas. Y eso deriva en una derrota que es difícil de endulzar por las sensaciones que dejó el equipo. Más dolorosa, si cabe, por los aplausos y 'olés' de la grada en algunos momentos, en los que los suyos hicieron correr a ElPozo, muy perdido e irreconocible, por la pista. Así, es difícil buscar el lado positivo.

Del primer tiempo, que acabaría con empate en el luminoso, cabría decir que ambos conjuntos se marcharían al descanso con sensaciones muy distintas. El Inter, decepcionado, y ElPozo, saboreando el premio del empate. Si bien es cierto que en los primeros compases no hubo un dominador claro y los equipos se dedicaron a calibrar las fuerzas del contrario, pronto los locales tomaron la iniciativa. Los visitantes, con muchas imprecisiones en el pase, llegaban de forma aislada y, la mayoría de veces, con disparos lejanos. La poca elaboración en las jugadas, quizás por la intensa presión del Inter, pasaban factura. Los de Duda estaban entregados a la labor defensiva, que cumplían con acierto, pero se atascaban cuando debían llegar a la meta contraria. Sin ideas, todo es más difícil. Entonces, llegó el gol del cuadro madrileño al rematar Taffy, solo dentro del área, el saque de una falta. Con el tanto, los de Velasco cogieron impulso en ataque pero ElPozo aguantó la embestida, se rearmó y, en el último minuto, llevó la igualada al marcador al transformar Miguelín un doble penalti. Sin llegar a despuntar en el choque, los de Duda dejaban abierta la puerta a la victoria. Pero la misma se escaparía en tan solo tres minutos. En el comienzo del segundo acto y por el caos defensivo generado en la retaguardia murciana.

No llevaba ni un minuto el balón en juego cuando Taffy ponía por delante a los suyos. Y dos minutos después, Gadeia aumentaba la ventaja. Dos golpes en ciento ochenta segundos que noquearon a un equipo que se mantenía en el encuentro por el corazón que atesora, no por la táctica empleada para conseguir el triunfo.

Con todo en contra, ElPozo se estiró sobre la pista y aceleró las jugadas. No le quedaba otra pues, además de al Inter, tenía también al reloj como adversario. Y aunque lo intentó, incluso con Álex de portero jugador, no lograron volver a perforar la portería contraria. Incluso recibieron otro gol en contra, obra de Pola, al inicio de una jugada en la que tenían superioridad sobre la pista. En definitiva, un encuentro para olvidar. O para recordar y aprender, porque queda tiempo, margen, y la distancia no es insalvable.