Si hay dos equipos que llegan en forma tras el último mes de competición en el Grupo IV de Segunda B son, sin lugar a dudas, albinegros y granas. A pesar de que en el último partido disputado en el Cartagonova el plantel cartagenerista fue despedido con pitos, tan sólo tres días más tarde se alzaba con la primera posición por vez primera esta temporada y tras doblegar al Jumilla por 0-1. El conjunto entrenado por Alberto Monteagudo ha ganado tres encuentros y empatado dos en los encuentros que van desde la novena hasta la decimotercera jornada. También ha coincidido esta situación con el hecho de que todo ese vendaval que llegó durante los meses de septiembre y octubre con la disputa de la Copa del Rey haya desaparecido.

Es cierto que hace tan sólo dos semanas el Cartagena jugó la eliminatoria en su partido de ida ante el Sevilla, pero Alberto Monteagudo puso sobre el césped a jugadores poco habituales, por lo que la plantilla apenas notó ese esfuerzo extra. En este tramo de competición, que va desde la victoria por 3-1 ante el San Fernando -con remontada incluida-, al empate a uno ante el Extremadura de este último domingo, el equipo albinegro ha recibido en cinco encuentros tres goles -todos ellos de penalti- y ha anotado siete tantos. Ha visto portería en todos los enfrentamientos, lo que vuelve a tranquilizar las aguas tras una fase anterior con un gol en cuatro partidos.

La defensa ha recuperado el tono. Y es que el FC Cartagena está por vez primera entre los mejores, gracias a su buen hacer sobre todo lejos de casa. Ganó al Granada B por 0-1, idéntico resultado que el que cosechó ante el Jumilla. Además, ha puntuado en Almendralejo frente al segundo clasificado y empató contra Las Palmas Atlético en el peor encuentro de este tramo de competición. La defensa se ha convertido en uno de los motivos por los que el club albinegro recupera sus mejores sensaciones. Monteagudo siempre ha mostrado un discurso basado en la seguridad defensiva como primer paso para sumar puntos.

Es más, el año pasado consiguió que el equipo ofreciese un vigor en la zaga fuera de toda dudas. Solo 13 goles recibidos en la primera vuelta de la competición y dejó sin encajar un tanto en al menos ocho encuentros. Ahora, con doce goles en 14 jornadas las estadísticas están lejos de la primera vuelta anterior, pero sí que se ha notado cierta mejoría desde la séptima jornada, ya que el Cartagena ha encajado cuatro goles en siete partidos, frente a los ocho de los seis primeros encuentros.

No hay que olvidar, por otro lado, que poco a poco el técnico ha ido recuperando efectivos después de un par de meses repletos de lesiones y sanciones. Jugadores con mucho peso dentro de la plantilla como Álvaro González, Chavero, Aketxe o Cordero no han jugado todo lo que se esperaba, unos por forzar la máquina en exceso en partidos de miércoles y domingo y otros por sanciones no esperadas, que dilataron su reincorporación al equipo.

Toque de atención

El traspié ante Las Palmas Atlético de hace ahora justo nueve días marcó un antes y un después en lo que ha llegado a continuación. Pese a que el equipo estaba bien colocado y que todavía queda mucho por jugar y por decidir, a nadie le gustó cómo afrontó aquel encuentro el FC Cartagena en su estadio y contra el colista de la tabla clasificatoria. Tanto es así, que además de los pitos de los aficionados al término del encuentro, los dirigentes cartageneristas decidieron que era el momento de reunirse con futbolistas y técnicos para analizar lo que había pasado, dar un pequeño tirón de orejas y comprometer a todos para que esto no volviera a ocurrir. Tal y como se planteó el asunto, parece que todos salieron más que reforzados de aquel encuentro con el presidente Paco Belmonte y el director general Manolo Sánchez Breis y la respuesta fue la victoria ante el Jumilla por 0-1 y el empate contra el Extremadura de este domingo. Pero no solo eso, la imagen de un equipo más implicado, más solidario y mucho más intenso fue lo que más ha podido agradar primero a su entrenador, que reclamaba la complicidad de sus jugadores, y luego a dirigentes y aficionados, que no entendían la complacencia exhibida en ese partido ante el colista.

Despertar murcianista

Por parte del equipo visitante, el Real Murcia, la realidad es que llega en el mejor momento de la temporada en las trece jornadas celebradas tras un arranque liguero muy pobre que se ha enmendado en estos momentos con la llegada de José María Salmerón al banquillo murcianista. Cuando Salmerón llegó hace apenas veinte días, el Murcia llevaba una solitaria victoria en su casillero y no sabía lo que era celebrar tres puntos lejos de Nueva Condomina. Sin brillo, pero con mucha eficacia después de haber encontrado cierta seguridad defensiva que el equipo no tenía, el equipo se impuso al Granada B (2-0), en la jornada de entre semana superó a domicilio al filial de Las Palmas (0-1) y hace dos días se quedó con la victoria en el duelo regional ante el Jumilla (1-0) gracias a un tanto de Elady a diez minutos del final cuando el partido parecía abocado al empate sin goles. Nueve puntos conseguidos de forma consecutiva que, como primer efecto, van a provocar que los jugadores no lleguen con la presión que ha tenido la plantilla desde el arranque liguero.

Los nueve puntos han conseguido que los granas pasen de estar a un punto del descenso a tres de meterse en las posiciones de play off, algo difícil de pensar con los números tan malos que se han firmado en el primer tramo de la temporada. Y es que la entidad grana ya se ha 'devorado' a dos técnicos en trece jornadas. Manolo Sanlúcar comenzó el campeonato, pero los malos resultados y la poca implicación de los jugadores llevó al gaditano a ser despedido para que durante dos jornadas se encargara del primer equipo Víctor Basadre, entrenador del Imperial de Tercera. Tras romperse las negociaciones con un Claudio Barragán que presenció el triunfo ante el Granada B y con el que ya existía acuerdo, finalmente el club optó por otra persona con experiencia, un José María Salmerón que, a pesar de que no se cansa de repetir que queda mucho trabajo por delante, ha conseguido lo que no hizo ninguno de sus predecesores, ganar fuera de casa y encadenar tres triunfos seguidos.

El conjunto grana no ha sufrido ninguna revolución, pero Salmerón ya ha comenzado a implantar su idea, la de que hacerle un gol al Murcia sea casi imposible, lo que hizo con el UCAM hace dos campañas y llevó a los universitarios al fútbol profesional. Sin embargo el calendario ha querido que la reacción murcianista llegue ante equipos en teoría bastante asequibles en todos los sentidos si los comparamos con el Murcia. Ahora la cita del sábado en el Cartagonova y la siguiente semana el Extremadura, ambos lejos de Nueva Condomina, se convierten en exámenes de cierto nivel tras un tramo del calendario que los granas han solventado con mucho éxito. La mala noticia en el bando murcianista es que la expulsión de Elady contra el Jumilla tras un encontronazo con un rival en el descuento supone una pérdida considerable al tratarse del jugador más en forma de la plantilla. El jienense marcó los dos goles ante el Granada B y el domingo fue al autor del tanto que se tradujo en tres puntos ante los jumillanos.

El Murcia, sin haber enseñado todavía nada de otro mundo, ya ha ganado la confianza que no tenía cuando los resultados no acompañaban, por lo que visitar al líder llega en el momento que habría elegido la afición de ambos bandos. El Cartagena de Alberto Monteagudo se ha ganado el derecho de ser calificado como un equipo fiable, lo que a priori garantiza una buena batalla táctica para dos rivales que se conocen a la perfección y que saben que el sábado, sobre el recién estrenado césped del Cartagonova, habrá en juego algo más que tres puntos.