Los aficionados del UCAM CB Murcia abandonaron ayer sus asientos resignados al contemplar cómo se volvía a repetir la misma historia. Por segunda temporada consecutiva el Obradoiro se llevó la victoria del Palacio con una canasta sobre la bocina (60-62) y de nuevo dejó al equipo murciano con la moral por los suelos en un partido que fue muy intenso desde el inicio hasta el final, pero en el que el UCAM pagó muy caros sus constantes errores en ataque.

Y es que los universitarios contaron con ocasiones de sobra para haber sumado un triunfo que les hubiera afianzado en la zona noble de la clasificación con vistas a la Copa tras vencer hace unos días en el Palau, sin embargo, los continuos errores en lanzamientos de larga y media distancia, en canastas -a priori- fáciles bajo el aro o alguna que otra mala decisión con el balón en su poder, echaron por tierra sus posibilidades de victoria.

Atrás el equipo murciano volvió a ser un muro. Supo anular los puntos fuertes del Obradoiro en todo momento, secando al pívot Pustovyi o al escolta Matt Thomas, quien solo hizo daño a ráfagas. Pero en el aro contrario, por contra, el UCAM dejó la impresión de que si salta a un escenario en el que Urtasun o Benite no brillen, apenas cuenta con margen de improvisación para superar los obstáculos que aparecen sobre la marcha. Desde el inicio, cada error en la parcela ofensiva pesó el doble en las cabezas de los jugadores e hizo que lanzamientos completamente liberados no encontrasen a su objetivo. A veces eso fue lo provocó dudas a la hora de tomar decisiones, pero lo cierto es que el UCAM no se guardó nada. Agotó todas sus balas, sus lanzas y sus flechas; lanzó más que su rival, pero lo hizo peor.

Esa es la respuesta para que los universitarios se marchasen con un 26% en tiros de campo (18 tiros convertidos por 70 intentados) y tampoco pudieron aprovechar los 16 rebotes ofensivos -más del doble que su rival- para cambiar el trágico final.

Un partido feo, aguerrido, pero que, a pesar de todo eso, estuvo a punto de caer a su favor gracias a su rocosa defensa. Cada punto conseguido ayer, por parte de ambos equipos, tuvo valor doble y faltó poco para que se decidiera en la prórroga. Pero un mate de David Navarro, tras superar en la defensa a Brad Oleson, hizo que la alegría fuera para el conjunto gallego.

Nemanja Radovic, quien ayer regresaba al Palacio tras su marcha este verano, fue el encargado de sumar los primeros puntos de un encuentro en el que ya se veía que el UCAM no las iba a tener todas consigo en ataque. Y es que el equipo murciano tuvo muchos problemas en el arranque de partido, con tres tiros de campo convertidos y tan solo uno de ellos de dos puntos en una entrada del base Charlon Kloof (5-5). Con las rotaciones los universitarios no mostraron mejoría y el Obradoiro lo aprovechó para tomar la primera ventaja en el marcador con las canastas de Bendzius y Laksa, además de sus visitas al tiro libre (7-14). Aunque un triple de Benite maquilló el resultado al término del primer cuarto (10-16).

Con Alberto Martín, Benite, Urtasun, Soko y Delía llegaron los mejores minutos del UCAM en el partido. El ‘quinteto bajo’ fue otra vez el arma más rentable para los de Ibon Navarro, técnico universitario, pero también la única para hacerle daño al Obradoiro. Ayudó a que el equipo mantuviera su amenaza exterior, pero, sobre todo, sirvió para que el pívot Marcos Delía pudiera sacar petróleo en el uno para uno en la zona (19-20). Con la reacción por parte del UCAM se volvió a ver un juego más fluido por parte de ambos equipos. Con menos interrupciones, pero con la misma intensidad y dificultades para pelear por cada punto. Clevin Hannah y Sadiel Rojas, los dos desde el triple, adelantaron a los murcianos en el marcador (25-22), sin embargo, un nuevo arreón del equipo gallego liderado por Thomas hizo que los visitantes dominasen al descanso (27-30).

Con el paso por vestuarios, el guión cambió muy poco. El UCAM solo contaba con un plan ofensivo que funcionase para impedir que el Obradoiro se escapara (31-37) y de nuevo llegó con otro quinteto abierto -Hannah, Benite, Urtasun, Lukovic y Tumba- que funcionó en otras ocasiones, pero que ayer no sirvió para que Urtasun o Benite desatascasen a los suyos.

Lukovic, en una contra, se colgó del aro para empatar de nuevo el partido (37-37), pero Pozas, otra vez Matt Thomas, y una antideportiva señalada a Kloof, volvieron a darle ventaja al Obradoiro ( 37-44). Todavía así, el UCAM se recuperó de nuevo, a pesar de sus fallos en ataque, con un triple de Lukovic y dos tiros libres del base holandés (42-44).

En los últimos minutos fue cuando se vieron más canastas por ambos lados. Pero eso no impidió que la tensión siguiera siendo máxima. El UCAM volvió a dominar en el luminoso (53-52) y levantó a la grada con tres tapones prácticamente consecutivos -uno de Kloof y dos de Oleson a Laksa-, aunque no impidieron que los gallegos siguieran sacando petróleo. Un palmeo de Delía volvió a igualar el partido (55-55) y el cuadro universitario contó con varias posesiones para adelantarse, pero no logró elegir la opción correcta hasta que Hannah se sacó de la chistera una canasta con tiro adicional a falta de un minuto y 20 segundos para el final (58-55).

El exterior visitante Thomas respondió de la misma forma, con otro dos más uno, y fue entonces cuando David Navarro decidió. Primero anotando dos tiros libres que igualó Delía , en un uno contra uno, a 6 segundos del final (60-60), pero el escolta entró hasta la cocina en la última jugada del partido para que la victoria se marchase al casillero del Obradoiro (60-62).