Scott Bamforth fue el primero y Nemanja Radovic el segundo. Esperemos que no haya un tercero, porque el miércoles llega Scott Wood y después vendrá Óscar Quintana... En definitiva, dos de dos para los ex del UCAM Murcia esta temporada en el Palacio de los Deportes después de ese ´pasillo´ triunfal a David Navarro entre Brad Oleson, Kloof y Lukovic que acabó con un mate que supuso un jarro de agua fría para una afición que estaba muy ilusionada después de la victoria del pasado domingo ante el Barcelona. De un plumazo, en un partido ofensivo para olvidar de los locales, el subidón de hace siete días se fue a los pies, quedándose todos con la misma cara que ese niño eufórico que abre el regalo que estaba esperando desde hace mucho tiempo y que rompe nada más caer en sus manos. Esa última canasta, sin embargo, no pilló por sorpresa a casi nadie después de un partido con 54 tiros errados de los locales entre canastas de dos, triples y tiros libres. Vamos, una barbaridad en un choque donde los colegiados sintieron desde el primer minuto la presión de la grada, que no entendió el excesivo castigo a sus jugadores con las personales en el cuarto inicial, que duró 25 minutos de reloj corrido.

Radovic no hizo como Bamforth, que martilleó con el Dinamo Sassari el aro del UCAM en el partido de la Champions League, pero sí que se llevó todo ese cariño que él transmitió durante los tres años que estuvo en Murcia. El montenegrino se quedó en 7 puntos -anotó los 5 primeros del partido para su equipo- y 7 rebotes, además de perder 4 balones. No estuvo brillante, pero se llevó la victoria, que al final es lo que queda. Y encima, esa canasta de su compañero David Navarro trajo a la memoria de muchos la que logró Luka Bogdanovic en el choque de los murcianistas la pasada temporada en el Olímpico de Badalona contra el Joventut, en la que Radovic falló en defensa.

Marko Lukovic, su sustituto en la plantilla del club murciano esta temporada y del que es amigo Radovic, estuvo en la línea del UCAM, muy gris en ataque, pero demostrando que no se ´corta´ a la hora de lanzar pese a que haya acumulado errores con anterioridad. El runrún de la grada del Palacio con el serbio aumenta cada jornada, y cada vez que se dispone a lanzar, a muchos se les encoge el estómago.

En el lado contrario está un jugador que poco a poco se está ganando el respeto de la afición, Marcos Delía, quien ayer recibió una gran ovación cuando fue sustituito en el segundo cuarto mientras que su equipo sigue esperando a un Vítor Faverani, que ayer solo estuvo minuto y medio en pista. De momento, el deseo de Ibon Navarro que gane ´peso´ en el juego no se está cumpliedo cuando ya estamos metidos en el mes de noviembre.