Impecable, imparable, arrollador y cualquier calificativo en este sentido es como estuvo en la noche de ayer el Plásticos Romero en su compromiso en casa ante el Levante, que terminó desquiciado ante el tsunami blanquinaranja. El conjunto local dio un recital de fútbol sala convirtiendo los 40 minutos de juego en una fiesta para el aficionado cartagenero. Sin duda es el mejor partido disputado hasta el momento. Si el equipo que entrena Guillamón se entona en esa línea, el techo de objetivos puede estar más alto que lo acontecido en las últimas jornadas.

El Levante comenzó haciéndose dueño de la posesión del balón, combinando jugadas en las que llegaba de forma asidua al marco de Raúl, pero sin mordiente.

El conjunto cartagenero estiraba líneas cuando disfrutaba de la posesión. Cuando el electrónico llegaba a los tres minutos de juego, Drahovsky daba el primer susto a la escuadra levantina con un disparo que estuvo a punto de entrar. A partir de esta jugada y a pesar de que el Plásticos sufrió dos contras peligrosas, el partido se fue convirtiendo en un ir y venir en ambas porterías.

Eran momentos en los que Pelé o José Carlos pudieron adelantar a los locales que iban despertando conforme avanzaban los minutos. Esta circunstancia se dio a los siete minutos donde una genialidad de Pelé hizo que fuese el autor de uno de los tantos más bonitos que se han podido ver en el pabellón Central. Un minuto más tarde el tesón de Fernández, al luchar un balón en ataque, materializó el 2-0 para los locales. Con este tanteo a favor del Plásticos Romero, los jugadores de Guillamón seguían poniendo en práctica una defensa muy férrea en toda la pista, anulando así al visitante aunque con el hándicap de que acumularon las cinco faltas a los doce minutos. De todas formas era la noche en la que el Plásticos Romero estaba más entonado, por lo menos era la mejor primera parte de la liga en pista propia.

El buen hacer del conjunto cartagenero provocó que en un saque de falta en el centro del campo Casas ejecutó de forma magistral un disparo anotando el 3-0 para la parroquia local.

El recital iba a más porque cuatro minutos más tarde una jugada guiada perfectamente por Juanpi terminó en otro testarazo que sirvió para que José Carlos anotara el cuarto tanto.

Ni un solo error defensivo, siendo letal en ataque. Ese era el deseo de Guillamón quería plasmar sobre la pista. La primera parte, el mito lo cumplió a la perfección.

La segunda mitad comenzó con un Levante que trataba de dominar la pelota ante un Plásticos que seguía enchufado y con chispa en las acciones iniciales.

En cuanto los locales hacían el campo más grande, los visitantes sufrían, pero el primero en golpear en esta segunda parte fue el Levante cuando Márquez acortó distancias en el electrónico.

La réplica de Plásticos fue la de seguir presionando en la zona de ataque. Los albinaranjas insistían en hacer el quinto tanto tirando de argumentos, como los lanzamientos potentes de Casas o las genialidades de Pelé, entre otros. En el minuto 28 Ique marcó ese quinto tanto que aún le daba más alas al Plásticos.

Sobre el minuto 29 el Levante comenzó a jugar de cinco, pero la buena defensa cartagenera impidió que los visitantes inquietaran lo más mínimo a Raúl.

Los minutos pasaban y aunque la intensidad arrolladora en ataque disminuyó, era un partido donde los locales lograban apretar desde la zona defensiva. Tal fue el efecto que Raúl anotó su tanto a los 34 minutos, con un disparo desde su área, subiendo así el sexto tanto.

El partido estaba sentenciado y era cuestión de aprovechar el estado desesperado del Levante para sumar goles a portería vacía. Drahovsky hizo el séptimo para cerrar el marcador.