­ElPozo derribó la puerta del Palau Blaugrana para coger los tres puntos, dejar al Barça sin el liderato y acabar con su imbatilibilidad al vencer a los de Andreu Plaza por 2-3 en un encuentro muy igualado y con numerosas ocasiones. La victoria, además del golpe de moral que conlleva, supone que los de Duda queden empatados con los blaugranas en la cuarta plaza y se encuentren a tan solo tres puntos de un liderato que ahora ostenta el Inter.

Todo el triunfalismo derivado del resultado ante el Barça se sustenta en el buen criterio empleado para conseguirlo, y es que los de la capital del Segura jugaron con claridad, pausa y calma frente a un rival que apostaba por las transiciones rápidas y quería finalizar las jugadas casi antes de empezarlas. Así, mientras el Barça disfrutó a lo largo del choque de numerosas ocasiones, muchas más que el conjunto murciano, y hubo momentos en los que pareció ahogarse con su propia ansiedad, ElPozo mantuvo la cabeza fría y la concentración incluso cuando el escenario quedaba lejos de ser favorable para sus intereses y logró reconducir el choque hacia un lugar donde se encontrase más cómodo. Y no solo lo hizo sino que, además, se encontró jugando en superioridad en los últimos minutos y supo gestionar el tempo del encuentro para anotar el gol decisivo y alzarse con la victoria.

El partido iría de más a menos en el primer tiempo. Con un arranque espectacular, ElPozo se adelantó gracias a Andresito en su primera llegada a puerta e instantes después Aicardo devolvió la igualdad al luminoso. Podrían haber apostado a que habría más goles, era lo que indicaba un duelo donde las oportunidades se sucedían, pero la efectividad cara a portería se disolvió a la vez que el ritmo del encuentro. ElPozo supo contener las embestidas de su rival, muy activo, y aletargar su ímpetu hasta hacer que jugase a la velocidad que planteó sobre la pista. Viendo que no habría un nuevo giro, los técnicos pidieron tiempo muerto para reordenar a los suyos e intentar adelantarse, incluso Duda sacó unos instantes a Marinovic de portero jugador, pero en las jugadas de ataque restantes faltó convicción por parte de ambas escuadras y pareció que guardasen las fuerzas para el segundo acto.

Tras el paso por vestuarios, Elías tuvo la ocasión de adelantar a los suyos en la primera jugada y el Barça respondió con varios lanzamientos a puerta. Tan abierto seguía el choque que resultaba imposible saber qué equipo lograría adelantarse. Entonces Matteus tomó el protagonismo, se vistió de ángel para anotar un golazo con un disparo imparable y cambió su disfraz por el de demonio al cometer un penalti y ser expulsado por doble cartulina tras aplaudir la decisión del colegiado. Empató Dyego al transformar la pena máxima y llegó el momento del Barça. Comenzó entonces un asedio azulgrana que ElPozo contuvo con más corazón que otra cosa. Con un fondo de armario limitado ante un rival con una plantilla espectacular, los de Duda no se dejaron someter aunque guardaron mucho las espaldas en cada ataque. El choque se volvió más físico, más directo, todo lo que el Barça buscaba. El gol parecía querer irse para el bando de los de Andreu Plaza, volcados sobre la meta de Fede e intentando encontrar un resquicio en una defensa muy bien plantada y casi sin fisuras. El poste evitó el gol de Esquerdinha y el Barça se desesperaba mientras que ElPozo sufría.

Restando menos de cinco minutos para la conclusión y con la escuadra murciana con cinco faltas cometidas, llegaban los momentos decisivos. Los de Duda, tímidos en las facetas ofensivas, parecían dar por bueno el empate mientras que su rival, que era el que más lo intentaba, seguía golpeando la puerta. Entonces todo cambió. Dyego fue expulsado y ElPozo se quedo en superioridad. Siguiendo el guion preestablecido, movió el balón sin prisa pero sin pausa, acercándose a la meta contraria con constancia, y asestó el golpe definitivo en el último minuto por medio de Andresito. Ya casi sin tiempo, el Barça lo intentó a la desesperada pero no fue suficiente y el cuadro murciano certificó un triunfo valiosísimo que permite dar un giro a un inicio de campeonato algo dubitativo.