¿Cómo llegó a su vida el deporte?

Mi padre fue deportista de joven, hacía maratones y a mí desde pequeña me llevaba a la pista de atletismo en el carricoche, cosas que ahora están de moda pero que antes no se veían, y me dejaba hacer trastadas en el foso de arena.

¿Y cómo la engañaron para ser presidenta del Club Atletismo Murcia?

Porque llevaba muchos años entrenando con Jaime Pardo, desde los 13, y siempre he sido alumna suya. Aparte de que siempre he sido muy activa y me he involucrado en la organización de carreras, un día Jaime me dijo si quería ser presidenta. Además, mi prima Mari Ángeles Pérez cogió la secretaría y dije que si todos íbamos adelante, yo también.

¿Ser presidenta de un club es complicado?

Sí, son muchas gestiones y papeleos los que hay que hacer. Hay que organizar pruebas y campeonatos, pero gran parte de ese trabajo lo hace Jaime, que tiene más experiencia.

¿Fue buena atleta?

Hacía, sobre todo, pruebas combinadas. Llegué a Campeonatos de España y en mi época estaba en la media, pero si comparo mis marcas con las de las niñas de ahora, te das cuenta que vienen arrasando. Cuando yo era cadete, saltar 5 metros estaba muy bien en longitud, pero ahora no es nada.

¿Ha crecido la competencia?

Cuando yo tenía 13 años iba con la mentalidad de pasármelo bien, pero las chicas de ahora están mucho más centradas.

Y eso de jugar al fútbol americano, ¿por qué?

Vino porque hace dos años el Murcia Cobras creó el equipo femenino y mi hermana Eva fue de las primeras que participó en el club. Se tiró mucho tiempo diciéndome que probara, que me iba a gustar, que era de correr, de velocidad, no de placar, porque como no hay suficientes chicas, nosotros hacemos flag y no contacto.

Pero la convenció.

Sí, fui a probar un día y me gustó tanto que he dejado a un lado el atletismo y estoy solo con el fútbol americano.

E incluso ha ido ya a la selección española.

En mi primer año, ha sido algo totalmente inesperado. Participé en la liga regional, donde nos fue bastante bien y me dieron el MVP a mí. Después salieron las pruebas para los entrenamientos de la selección española y fui para acompañar a mi hermana a Madrid. Pero hay una posición que es pura velocidad, en la que solo se ataca al

Quarterback, y ahí es donde sobresalía.

¿Y se quedó en la selección?

Me quedé entre las 15 seleccionadas pese a que no había podido ir a la concentración anterior porque tenía un viaje. Pero los entrenadores hicieron un esfuerzo muy grande y me realizaron un entrenamiento individual. Pensaba que no me iban a coger, pero sacaron las listas y estaba en ellas.

¿Qué vieron en usted?

La velocidad. Me cogieron para la posición de blitzer, que consiste en hacer un esprint para quitar el flag al quarterback.

Veo que le ha enganchado.

La verdad es que sí. Además, la experiencia en la selección ha sido espectacular, porque conoces a mucha gente y aprendes una barbaridad. Nos hacían estudiar a los rivales, las tácticas y a leer el juego.

¿Piensa seguir?

Sí, por supuesto, estoy muy motivada, tengo muchas ganas de jugar y entrenar. El año que viene hay Mundial, pero va a ser muy difícil ir porque es en Panamá y tendríamos que pagarnos las jugadoras el viaje. Necesitamos patrocinadores.

¿Juegan muchas mujeres?

En el norte más que en el sur. En Cataluña, por ejemplo, hay 14 equipos, al igual que en Asturias. En la Región solo tenemos dos, Murcia Cobras y Pretorianas Cartagenas. Las chicas, cuando les hablas de fútbol americano, piensan que se van a llevar muchos golpes, que es un deporte muy masculino, pero no es así, acepta muchos físicos.

¿Y qué le dice la familia de que juege al fútbol americano?

Mi madre siempre me está animando a que me vaya a torneos.

¿No será porque le quieren echar de casa?

No porque ya estoy independizada. Vivo cerca de casa, pero fuera. A ella le encanta vernos evolucionar y mejorar a todos.