José María Salmerón Morales (Almería/23-10-1966) se ha convertido en el nonagésimo (91º) primer entrenador en el larguísimo discurrir del Real Murcia por todas las divisiones que la RFEF ha implantado. Hay fecha de caducidad para el cuarto entrenador, contratado solo hasta final de campaña, si no alcanza el tan anhelado ascenso. Futbolista en sus años mozos, formado en la pedrera del Real Madrid, lugar al que el siempre volvería, tuvo mala suerte cuando una funesta lesión, la de la triada, le corto de raíz los felices augurios que le pronosticaron -jugó el famoso partido de la huelga de futbolistas (84-85) con el Sporting en Gijón-. Seis años en el Castilla, tres en el Tenerife, con la mitad del último año en el Levante, para ir organizando la retirada compitiendo en Segunda B con el San Andrés y el Poli de Almería, club en el que colgó las botas (94-95, a los 28 años) para ser entrenador.

El almeriense, fuera de su trayectoria en equipos de Tercera (Mármol Macael, San Sebastián de los Reyes, Real Madrid C y Almería B), es un especialista en acudir a las llamada de urgencia. Salvo en las temporadas 2000-01, 2008-09 y 2010-11, así como sus dos campañas en el UCAM (2015-17), nunca inició las temporadas con la pretemporada diseñada, ni las plantillas estuvieron conformadas a su gusto personal.

Ha sustituido a muchos compañeros y también ha sufrido en sus carnes el recibir el boleto de despedida. En ese carrusel de reemplazos y adioses no lucen sus logros la consecución de los objetivos exigidos: casi siempre salvar la categoría. En la primera ocasión que se sentó como responsable fue en el Almería FC (1998-99), banquillo por el que pasaron Lucas Alcaraz (11 partidos), Floro, Garrido (4) y Ramón Blanco, a quien en los últimos 3 partidos suplió Salmerón. No se pudo evitar el descenso a Tercera, aunque volvió un año después y tomó el nombre de Almería UD, con el técnico almeriense en el inicio. Transcurrieron 21 partidos hasta que lo supliera el lorquino Juan Martínez 'Casuco'.

Tras un ascenso a Segunda B, que logra con el San Sebastián de Los Reyes (02-03), Salmerón comienza a desarrollar su periplo de salvador. En dos ocasiones con el Polideportivo Ejido. En la 2000-01, donde ejercía de director deportivo, primero dirigió un partido entre el cese de Quique Setién y la llegada de Julián Rubio; y luego sustituiría al manchego cuando solo quedaban tres encuentros. Lo salva casi de milagro situándolo en el puesto décimo octavo. Y 30 partidos al año siguiente reemplazando a Pepe Mel y dejándolo en un cómodo puesto 15. No hubo tanta suerte al año siguiente cuando el Lorca Deportiva, en Segunda A, lo llama para suplir a Jose Aurelio Gay. Solo aguanta 8 partidos, y los 15 últimos encuentros es Víctor Basadre quien culmina el descenso.

Míchel, encargado de la cantera madridista, lo contrata para dirigir al Real Madrid C, pero a media temporada la llamada del Alavés puede más que otra cosa. Reemplaza a Yosu Uribe (2008-09) y lleva al equipo al puesto 17. Al año siguiente aguanta los primeros 17 partidos. Mandiola (5 partidos) y Javi López (19) llevarían a los vitorianos al puesto 19, y consiguiente descenso. Despedir al andaluz no parece, por tanto, una medida acertada como acontecería en el UCAM, donde fue sustituido por Francisco. En club universitario, al que llegó tras pasar por Almería B y Fuenlabrada, vivió la temporada más esplendorosa de su carrera, la 2015-16, gracias al ascenso al fútbol profesional.

Jose María Salmerón aterriza ahora en el Real Murcia con el objetivo de apagar varios puntos calientes que tienen al conjunto grana contra las cuerdas.

Primero tendrá que corregir la fragilidad defensiva, donde nadie contaba que jugadores como Orfila, Álex Ortiz, Mateos, Vega..., todos provenientes de categoría superior, presenten las vías de aguas, que han originado. Errores de bulto, despistes caros, que debe Salmerón - especialista consagrado- minimizar.

Por otro lado aparece la falta de control de los partidos del centro del campo, línea crucial en donde estallan la mayoría de las alarmas, pese a que en ella figuren tres de los hombres -Armando, David Sánchez y Juanma Bravo- que sobreviven del anterior equipo. Zona, donde la capacidad de ser tanto escudo como lanza no funciona; y es más desde que retiraron a Acciari no ha tenido el Murcia el volante tapón que subsana los errores tanto en la zaga como en el ataque. Tanto los 'veteranos' como los fichados para esa parcela -Fran Carnicer- parecen pasar una etapa dubitativa en la que no parecen interpretar el ABC del fútbol, amén de que físicamente, o la ansiedad que se ha instalado en el mismo, no es la más óptima.

Curiosamente el ataque es el único que se salva, por ahora, de tan descorazonadora situación, pero donde la lesión de Curto, corazón y alma de esta línea, hará mucho daño.

Por último, los rivales que encabezan la tabla van como tiros, aunque UCAM parece ser el único fiable. Estar a 8 puntos del Écija, que no ha sido confeccionado para ascender, puede servir de acicate. Pero otros que si fueron hechos para eso -Cartagena, Mérida, Extremadura...-, que están a cinco, pueden generar ansiedad si no se acorta la distancia.