José María Salmerón fue sincero ayer en su presentación como nuevo entrenador del Real Murcia, el tercero en apenas dos meses de competición, al no prometer ningún tipo de espectáculo con un equipo que solo ha ganado dos partidos en nueve jornadas ligueras, aunque el entrenador almeriense tampoco se escondió a la hora de reconocer que toma las riendas de un equipo que no aspira a otra cosa que no sea ascender a Segunda. «En Segunda B no puedes jugar como el Madrid y el Barcelona, yo quiero un equipo intenso y competitivo que sea capaz de ser generoso y que se adapte bien a todas las fases de un partido», explicó el hombre que hace dos campañas llevó al UCAM al fútbol profesional.

El conjunto universitario que dirigió Salmerón con éxito eliminando al Castilla en el duelo por el ascenso fue todo el curso un bloque tan sólido que solo encajó quince goles en toda la liga regular, un aspecto que necesita 'revitalizar' en la actual plantilla grana, que lleva encajados once tantos en nueve jornadas disputadas y que, sobre todo en defensa, ha generado muchas dudas en este arranque liguero. «En un equipo no defienden solo cuatro jugadores, lo debe de hacer todo el equipo y hay que tener la solidaridad y la intensidad necesaria como para conseguirlo. La clave es ser muy compactos, pero solo se consigue trabajando mucho, unas veces nos interesará apretar arriba y otras tomar otras decisiones», explicó el sustituto de Víctor Basadre en el banquillo de la Nueva Condomina. «Sé perfectamente la exigencia del club al que he venido, no hace falta que estemos hablando todo el rato de la palabra ascenso, todos sabemos a lo que aspiramos a final de temporada y no hace falta estar recordándolo constantemente porque es una pérdida de tiempo. He trabajado en Murcia y sé la disposición y la exigencia que tiene esta entidad, pero por otra parte supone representar y dirigir a un club importante en el ámbito nacional», continuó explicando a preguntas de los periodistas, aunque el nuevo jefe de la plantilla grana no quiso entrar muy en detalle del capítulo deportivo. Será el domingo en el campo del San Fernando el momento en el que se puedan apreciar los primeros cambios de un técnico que, sin caracterizarse por ser un hombre de mano dura, llega a un vestuario que tiene enfadados a sus jefes al entender que muchos jugadores no han estado a la altura de lo que se refleja en sus contratos. «Tenemos una muy buena plantilla, pero no voy a analizarla públicamente porque son muchos factores», dijo el andaluz dando por hecho que confía en los componentes de la actual plantilla murcianista.

Sobre la mala situación en liga y las posibles soluciones que trae el almeriense al banquillo , explicó que «entiendo la ansiedad que produce estar en Segunda B, pero en cuanto dominemos las fases del juego y tengamos la pelota, este equipo va a encajar muchos menos goles, no existe otra fórmula, ya que no existe una varita mágica».

«En el Murcia hay que pensar que partimos de cero. Queda mucha Liga y a mí la presión, lo tengo que decir, no me asusta. He estado en el Alavés, que es un club que tiene toda una ciudad detrás, y lo único que puedo es reconocer que estoy otra vez en un sitio muy importante en el panorama nacional», prosiguió explicando Salmerón.

José María Salmerón aterriza en el conjunto grana y se convierte, desde la llegada del grupo de Raúl Moro a la presidencia en diciembre del año pasado, en lo que supone el quinto entrenador en esta nueva etapa de la entidad centenaria. Así, tras la llegada de Moro y su equipo de trabajo, estaba en el banquillo Paco García, quien sobrevivió a la 'limpieza' llevada a cabo por la dirección deportiva que dirige Deseado Flores. Los buenos resultados no llegaron y los dirigentes despidieron a Paco para traer a un Vicente Mir que sí supuso un acierto, ya que además de aprovechar bien los recursos del equipo logró llevarlo hasta la segunda fase del play off por el ascenso a la categoría de plata.

Con la temporada concluida, el propio Deseado Flores no llegó nunca a concretar ninguna oferta concreta para que renovara el entrenador y al final el valenciano, ante nada seguro, recibió la llamada de un Elche que además se ha reforzado con algunos de los mejores jugadores de la categoría, como dos exgranas, el defensa Golobart y el centrocampista Diego Benito. Al aceptar Mir la propuesta ilicitana ante el desinterés de Deseado, los dirigentes del Real Murcia quieren presentar un entrenador que también genere ilusión. Dos días después de presentar la campaña de abonos, el club anuncia que el gaditano Manolo Sanlúcar va a ser el entrenador del nuevo proyecto. Sin embargo, los malos resultados y una sola victoria en seis jornadas, unidas a las prisas de la directiva la costaron el puesto como mandamás del banquillo grana. Entre tanto, sin tener claro por quién apostar y para ganar tiempo, Deseado Flores escoge a su amigo personal suyo, Víctor Basadre, entrenador del Imperial en Tercera, para asumir las funciones de técnico «interino». Una derrota y una victoria en dos jornadas son los números de un entrenador gallego que tampoco ha tenido tiempo de poner su sello en el equipo, ya que de haber seguido una semana más no podría regresar a dirigir al Imperial.

Tras unas negociaciones muy avanzadas con Claudio Barragán, la decisión del valenciano de irse al Hércules hace que Deseado descuelgue el teléfono y le diga a Salmerón si está preparado para asumir un reto de mucha envergadura. Y desde ayer que firmó su contrato en Nueva Condomina, con una cláusula por la que renovaría de forma automática en caso de ascenso, José María Salmerón será el quinto entrenador que conozca el presidente Raúl Moro y su equipo de trabajo. Lo que esperan todos los aficionados es que a la tercera sea la vencida y que Salmerón consiga dar con la tecla de un equipo al que no le queda otra que resucitar en tiempo récord o dejarse llevar.

Claudio se fue al Hércules porque la oferta económica era superior

El valenciano Claudio Barragán, con quien el Murcia tenía muy avanzadas las negociaciones como para convertirse en nuevo entrenador del equipo, fue presentado ayer por el Hércules de Alicante como el sustituto del argentino Gustavo Siviero, aunque según ha podido saber este diario, Barragán es el que rompe la cuerda en el momento que los alicantinos le presentan una propuesta económica superior a la que ya había pactado con el Murcia, lo que lo lleva al banquillo del Rico Pérez para tratar de enderezar el rumbo de otro equipo que no termina de reaccionar. El propio Claudio reconoció ayer en su puesta de largo como herculano que mantenía una conversación con el Murcia hasta que llegó el Hércules.