Hay que remontarse a febrero de 2016 para encontrar una racha similar a la que está padeciendo el FC Cartagena en estos momentos. En aquella etapa, el equipo entonces ya dirigido por Alberto Monteagudo estuvo entre la jornada vigésimo sexta y la vigésimo novena con un solo gol en su casillero. Aquello fueron tres empates y un triunfo para sumar seis puntos de doce, o lo que es lo mismo el 50% de los puntos en disputa. Desde esa racha, el conjunto albinegro no había anotado tan poco en un periodo de al menos cuatro jornadas.

El equipo actual ha conseguido un único gol, el que convertía Hugo Rodríguez en Mérida en la jornada sexta, pero que poco sirvió al acabar perdiendo el equipo en territorio emeritense.

La etapa por la que atraviesa el FC Cartagena es similar a la del tramo final de la temporada pasada -dos empates y dos derrotas-, que tan cerca dejaron al equipo de quedarse fuera de la fase por el ascenso.En esta ocasión el problema no es tan grave porque la competición camina por la octava jornada y quedan muchos partidos aún por disputarse.

Sin embargo, este Cartagena ha pasado del cielo al infierno en un solo mes. Desde que el equipo albinegro derrotó al UCAM Murcia por 0-2 el pasado 10 de septiembre lo que ha pasado es que ha descendido de la segunda posición en aquel momento -diez puntos, fruto de tres victorias y un empate, a la décima plaza con doce puntos -tres victorias, tres empates y dos derrotas-, que han provocado cierto revuelo entre la afición albinegra, incapaz de entender cómo se puede dar un vuelco tan grande de un día para otro.

La falta de gol se ha convertido en un lastre muy duro de digerir y el propio entrenador reconoce que les falta llegada, sobre todo cuando el equipo está jugando a domicilio. Con el mismo bloque de futbolistas, excepción hecha de alguna lesión o sanción, los futbolistas han pasado de anotar diez goles en cuatro jornadas a tan sólo uno en las cuatro siguientes.

Aketxe no ve portería desde la jornada cuarta y Moussa desde la tercera. Sus dos principales estiletes han dejado de producir y el equipo se resiente, y mucho.

Tras disputar tres rondas de Copa del Rey el rendimiento del equipo en la competición regular ha acabado resintiéndose y los resultados son un fiel reflejo del esfuerzo entre semana. El preparador ha tratado de rotar a la plantilla para dosificar esfuerzos y que el grupo no se resintiera. Sin embargo, estas rotaciones no han terminado de cuajar. El propio técnico decía tras el encuentro ante el Marbella que hay jugadores que no han asumido aún que son titulares, lo que supone que de momento no todos los integrantes de la plantilla están capacitados para jugar en el once de forma habitual.

Además, no hay semana en la que Monteagudo tenga que lidiar con al menos una o dos bajas por problemas físicos. Quizá demasiado desgaste entre Liga y Copa ha acabado por lastrar el rendimiento físico de determinados futbolistas, que están pagando ese sobreesfuerzo en las últimas jornadas.