El FC Cartagena volvía a pinchar por segunda salida consecutiva y esta vez era el Marbella el que ponía en evidencia a un equipo que parece tener más superioridad que los rivales sobre el papel que sobre el terreno de juego. La derrota por 1-0 en el Municipal marbellí coloca al equipo entrenado por Alberto Monteagudo en la mitad de la tabla clasificatoria con ocho encuentros jugados. Pero lo que es peor, el bloque cartagenero se está mostrando como un conjunto muy acomodado, pues no ofrece sensación tanto como debiera, no solo ser mejor en el campo sino anotar más goles que el rival.

Un gol de Chus Hevia -la maldición de los exalbinegros le persigue al Cartagena- daba de bruces con cualquier aspiración de puntuar en el campo de un rival que hasta el momento no había perdido en casa. Los de Alberto Monteagudo suman dos puntos en las últimas cuatro jornadas. Dos de doce o poco más de un 15% de los puntos que se han disputado en el último mes, que han dado un giro espectacular a este bloque que arrancó como un cohete y al que a estas alturas de la temporada se le ve desarbolado.

Con tres centrales, la primera vez esta temporada, el FC Cartagena dio sensación de que los problemas defensivos llegarían circunstancialmente, por un error individual, una falta directa o un rebote, porque con Zabaco, Moisés y Mejías sobre el terreno de juego, el conjunto albinegro fue solvente y contundente.

El rival marbellí protagonizaba principalmente sus acciones de peligro con disparos desde la frontal del área, lo que ayudaba mucho a que el gol merodease solo de puntillas en el área defendida por Marcos en esta oportunidad -Pau Torres está lesionado-.

El preparador decidió que Sergio Jiménez y Poley ocuparan el medio campo y que dos jugadores como Hugo Rodríguez y Cristo Martín se convirtieran en los falsos carrileros que acumulaban jugadores por el centro para que sus compañeros laterales Óscar Ramírez y Jesús Álvaro se incorporaran por las bandas. Y fueron ellos los que originaron mayor peligro por sus carriles. El Cartagena ganaba velocidad por ahí y trataba de llegar con más jugadores al ataque en esas circunstancias.

Los albinegros dominaron el balón y el partido el primer periodo. Se anticipaban bien a los balones que desde la defensa mandaban los zagueros del Marbella, por lo que el control era enorme. Eso sí, no fueron demasiadas las opciones en las que pusieron en apuros al guardameta local. Un cabezazo de Josua Mejías tras un medido centro desde la izquierda de Jesús Álvaro fue la primera. El testarazo, que botó antes de salir del campo, se marchó fuera por poco. Tras esta acción en el minuto 16 de partido, llegó la respuesta del Marbella con un ajustado disparo de un atacante andaluz que se desvió fuera por poco, aunque Marcos había cubierto bien la portería para evitar un susto.

La mejor ocasión llegó en el minuto 35 con un pase elevado de Jesús Álvaro, uno de los mejores en la primera parte, que Hugo Rodríguez controló con el pecho y orientó para golpear con la zurda. El chut fue seco y duro, pero el meta marbellí estaba bien situado y lo despejó con el puño.

Los albinegros estaban mejor que el oponente, sin apenas apuros de medio campo hacia atrás, gracias a la anticipación de Sergio Jiménez, Poley o el propio Mejías, que evitaban así que el Marbella tuviera más profundidad, pero aún faltaba la gran oportunidad para que Aketxe, activo y muy incisivo, pudiera mandar a la red el primero.

En la segunda parte el Marbella decidió quitarle el balón al FC Cartagena para poder contar también con alguna oportunidad de cara a la portería de Marcos. A los albinegros se les vio entonces dubitativos, con mucha menos seguridad que hasta entonces, sin un plan para frenar a un rival que si bien no estaba generando peligro, sí que empezaba a merodear la portería albinegra.

Aún así, Aketxe remató al lateral de la red un buen servicio de Óscar Ramírez en el minuto 55, mientras que Moisés mandó alto de cabeza en el 60' y Hugo Rodríguez voleó también alto en el 64'.

La primera aproximación digna de destacar del Marbella fue un disparo de Rioja en el 67 que Marcos mandó a línea de fondo. Cuatro minutos más tarde el Marbella hacía patente ese dominio con un libre directo que Razvan enviaba flojo y Marcos detenía sin dificultad.

Si el Cartagena no estaba fino ofensivamente -algo que ocurre desde hace ya seis jornadas-, defensivamente había sido hasta ese instante un bloque sólido y sin fisuras.

Ya decíamos unas líneas más atrás que la derrota podría venir, entre otras cosas, por un error individual. Y este llegó en el minuto 73 cuando Hugo Rodríguez trató de jugar el balón demasiado cerca de su área, con mala fortuna porque le robaron el esférico cuando lo más normal es que lo hubiera mandado arriba. El balón lo recogía Corpas en el borde del área y enviaba raso a la meta de Marcos.

El portero albinegro despejó con apuros el balón, pero no lo pudo mandar a un lado y éste se quedó botando cerca del área pequeña. Chus Hevia, más listo que Zabaco, se adelantó a su excompañero para empujar a placer el balón al fondo de las mallas.

El gol, sin valorar si era más o menos merecido, fue el que dictó sentencia, porque el Cartagena, a pesar de que sacó a toda su artillería con la entrada de Moussa, Zalazar y Abalo, fue incapaz en los últimos 17 minutos de generar ni una sola ocasión de gol para empatar la contienda.

El resultado no solo es malo sino que deja secuelas en un Cartagena indolente por momentos, impotente en otros y con un serio problema con el gol, algo que parecía resuelto en las primeras jornadas pero que tan sólo era un espejismo.

Algunos hablan de crisis, pero esto este tramo es demasiado corto como para sacar conclusiones precipitadas.