La última visita del Real Murcia al campo del Cartagena fue el 19 de marzo y la próxima, según anunció ayer el club albinegro y correspondiente a la jornada 14 del campeonato liguero en el Grupo IV de Segunda B, será el sábado 11 de noviembre a las 18.00 horas en el Cartagonova. Hasta aquí todo normal en su sentido más estricto, pero algunas de las decisiones de la directiva albinegra es muy probable que causen un revuelo a corto plazo, teniendo en cuenta los antecedentes más recientes.

Aunque el precio de las entradas no se conoce para la afición del Real Murcia, lo que sí confirmó ayer el Cartagena es que el Murcia dispondrá solo de las 998 localidades que tiene el fondo norte bajo, un lugar donde los seguidores murcianistas no tienen buenos recuerdos y motivo más que suficiente para alimentar la polémica ya que, por este mismo motivo, la Federación de Peñas Murcianistas (FEPEMUR) ya decidió suspender el viaje organizado a la ciudad portuaria el curso pasado, a finales de marzo, en un choque al que acudieron finalmente muy pocos seguidores granas, pero en el que los pupilos de Vicente Mir se llevaron una rotunda victoria por 1-3 en pleno subidón murcianista y en pleno declive de un Cartagena que en la recta final de Liga casi se queda fuera del play off.

El ambiente entre la directiva grana y la albinegra se enrareció antes de la llegada de Raúl Moro a la presidencia de la centenaria entidad en diciembre, ya que el hecho de que la directiva que presidía el abogado Guillermo Martínez Abarca en plena transición grana decidió ubicar en el derbi de la primera vuelta a la afición del Cartagena en la tribuna lateral superior, algo que sentó como un tiro a unos dirigentes albinegros que montaron en cólera hasta el punto de que su presidente, Paco Belmonte; su mánager general, Manolo Sánchez Breis; e incluso el ya exalcalde de Cartagena José López, decidieron no acudir al palco de Nueva Condomina y se sentaron en la grada junto a la afición en señal de protesta.

En el derbi de la segunda vuelta del curso anterior, ya con la nueva directiva grana a los mandos de la nave y con Deseado Flores como director deportivo, quien un año antes ejercía el cargo de presidente del Cartagena, las relaciones no mejoraron y aunque se respetaron los 15 euros de precio que estableció el Murcia como local, en la segunda vuelta el desplazamiento se quedó en algo simbólico después de que los peñistas del Murcia no entendieran que el Cartagena los destinase a la zona con peor visibilidad del estadio cuando un año antes, con la misma directiva, optaron por mover a sus abonados de la zona de fondo norte alto para darle al Real Murcia un total de 1.816 asientos en dicha ubicación, aunque no todas las entradas se vendieron y fueron 1.500 los seguidores granas que se desplazaron hasta Cartagena. Además, las localidades tuvieron un precio de 12 euros hace dos cursos, ya que en la última temporada el derbi costó 15 euros en ambos casos.

Según explicó ayer el FC Cartagena, ya se han producido los primeros contactos con los dirigentes murcianistas, aunque todavía no hay nada oficial. Lo único claro, además de la fecha y la hora, es que las dos entidades quieren que se respete el precio para los dos derbis del curso, es decir, que el precio del Cartagonova sea el mismo que dentro de unos meses en la Nueva Condomina. El propio Raúl Moro dijo hace poco que había que «volver a tener buena relación con el Cartagena», pero queda por saber este curso si las directivas irán a los respectivos palcos como suele ser habitual o si ocurrirá como hace un año, cuando todo se hizo mal.