Hace siete meses, Deseado Flores, director deportivo del Real Murcia, comparecía en rueda de prensa para corregir su primer error en el cargo. El albaceteño daba la bienvenida al banquillo a Vicente Mir después de tirar dos meses de competición a la basura por su decisión de mantener como técnico a Paco García. Pero en aquella intervención pública, Flores, con un «no voy a reconocer que me he equivocado», prefirió tirar de orgullo antes de admitir que había metido la pata hasta el fondo.

Siete meses después, Deseado Flores se encuentra en una encrucijada incluso mayor que la que afrontó en febrero. Y es que en esta ocasión el despedido (Manolo Sanlúcar) es una apuesta personal suya. Habrá que esperar a la rueda de prensa de presentación del nuevo entrenador para saber si Flores, que lleva casi un año jugando a director deportivo, se deja la chulería en la puerta y es capaz de reconocer esta vez que se ha equivocado, aunque, si no lo hace, tampoco cambiarían mucho las cosas, y es que la hemeroteca -maldita hemeroteca- le vuelve a dejar en una situación complicada.

Como desde hace unas semanas ha desaparecido de la web oficial del Real Murcia el sonido de la rueda de prensa de presentación de Manolo Sanlúcar, en la que Deseado Flores no dudó en elogiar a su recién estrenado amigo, recurriremos a una entrevista que el albaceteño hizo a Onda Regional justo el día en el que se anunciaba la contratación del andaluz. En ella, el DT grana contaba con pelos y señales por qué había optado por el técnico del Villanovense. «Nos ha gustado mucho su atrevimiento, el hambre de un entrenador joven. No es un gran experimentado en el fútbol, pero sí nos gusta mucho su estilo de juego. Quiere jugar en campo contrario, es atrevido, quiere dominar y tener el balón. Todo esto nos hace pensar que con la temporada que ha hecho en el Villanovense puede hacer un gran año aquí. A lo que ha jugado el equipo de Manolo nos ha dicho muchas cosas de lo que puede conseguir aquí». «Si a la afición que tenemos y al estadio en el que jugamos le ponemos el estilo de juego de Sanlúcar, esa forma agresiva y ese hambre, creemos que puede darnos muchísimas cosas».

Si todavía no se han quedado conformes, hay más, porque Deseado Flores, que pese a que lleva un suspiro en esto del fútbol se toma la licencia de hablar como si fuese el decano del balompié mundial, relataba los métodos de estudio llevados a cabo para elegir a Sanlúcar -por si alguien se me despista, el mismo técnico que ha sido despedido tres meses después de ser contratado-: «Nos ha gustado la forma de trabajar, de ordenar al equipo, la metodología que utiliza. Al final tienes que tener información de todos sitios. Hemos visto y seguido mucho al Villanovense, hemos hablado con rivales, con jugadores que han estado a sus órdenes a fin de ver el estado físico de los futbolistas que ha tenido su cuerpo técnico. Tienes que evaluar todo eso». Visto lo visto, ¿a quién consultaría Deseado?

A lo mejor le ocurrió lo mismo que en 2009 a dos de sus maestros en esto del fútbol. Después de escuchar estas declaraciones me ha venido a la cabeza una historia que me contó hace ya algunos años un gran representante de futbolistas al que tengo mucho cariño. Si recuerdan, en el verano de 2009, con García Franco y Paco Zaragoza al frente de la dirección deportiva, uno de los fichajes estrella para esa temporada y para las dos siguientes -firmó por tres años- fue el centrocampista Mario Rosas. No hace falta que les relate sus aventuras como grana ni cómo acabó aquella campaña, ya llevan bastantes disgustos acumulados en las espaldas, pero sí les voy a contar por qué se dio el visto bueno a esa contratación. Al igual que Deseado Flores, Franco y Zaragoza se pusieron a buscar información de un futbolista al que querían sí o sí, el problema es que, al parecer, lo hicieron en el lado menos indicado y el más fácil, porque no tuvieron mejor idea que marcar el teléfono de Abel Resino, que, por si no lo saben, es íntimo amigo y colega de batallas -fuera de los terrenos de juego, claro- del centrocampista catalán. Como comprenderán, el informe del que fuera preparador del Ciudad de Murcia no pudo ser más favorable al jugador, y ahí estaban los expertos granas para felicitarse por la joyica que acababan de conseguir.

Me iba a guardar para mejor ocasión otra frase de Deseado Flores en la entrevista a ORM. ´La Frase´, la calificaría yo, pero ya que estoy en los fogones, pongo un poco más de aceite, y se la cuento. Atentos. «Nosotros entendemos que el objetivo del Murcia para todo lo que sea renovaciones y prolongaciones de contrato tiene que ser el ascenso, porque el Murcia tiene que aspirar al ascenso». Les confieso una cosa, después de escuchar estas palabras, ya me es indiferente si Deseado Flores reconoce o no que se ha equivocado con Sanlúcar, solo quiero saber si, una vez concluida la temporada y si el equipo no da el salto de categoría, será capaz de aplicarse su propia medicina y despedirse de un cargo no apto para aficionados al PC Fútbol. Como todavía quedan unos meses para eso, seguiré los consejos de un muy buen amigo mío: «Paciencia, Ángela, paciencia».