«El cargo de entrenador de la primera plantilla lo ocupará Víctor Basadre de forma interina. David Karanka por su parte, seguirá ejerciendo labores de segundo entrenador en la plantilla», así confirmó el Real Murcia a las tres y media de la tarde la noticia que el lunes anunciaba este periódico. Tras conocerse desde 24 horas antes que el gallego Víctor Basadre era la persona escogida por Deseado Flores, el director deportivo grana, para relevar a Manolo Sanlúcar en el banquillo grana, solo había que esperar al anuncio oficial de la entidad que preside Raúl Moro, que llegó ayer, pero con un matiz importante, la palabra «interino» en el nombramiento de Basadre como nuevo jefe del banquillo murcianista. En el fondo, tras el fracaso de apostar por un técnico sin casi experiencia como Manolo Sanlúcar, la dirección deportiva grana quiere cubrirse las espaldas con esa ´interinidad´ por si, las cosas salen bien, perfecto, pero si no hay reacción, tener la excusa de que en este tiempo se estaba buscando otro entrenador con un perfil más adecuado.

Aunque Basadre no ha estado nunca en la primera línea de fuego en un banquillo como el del Real Murcia, su amistad con Deseado Flores le va a brindar una oportunidad por la que muchos entrenadores suspiran. Según algunos especialistas consultados por esta redacción para saber más cosas sobre el técnico de Lugo, se trata de un entrenador que se define así mismo como un «psicólogo alineador», una expresión con la que hace un poco referencia a que es un perfil de técnico que se englobaría en el grupo de los dialogantes y motivadores. Al gallego le gusta que sus equipos jueguen con un 4-4-2 y en sus preferencias personales está el fútbol vertical que aproveche las bandas para generarle peligro al rival, una característica que se ajusta a la perfección a un Murcia que tiene una súper población de extremos en la primera plantilla. Algunos compañeros de profesión lo definen como un entrenador «que no asume riesgos en defensa y una persona muy táctica». En lo que se refiere al Murcia tendrá trabajo extra en el capítulo defensivo, donde los constantes desajustes y fallos semana tras semana han ido condenando al equipo.

Se trata de una persona muy relacionada con el fútbol base y el trabajo de cantera, pero en la Región, además del Cartagena y el Caravaca, se dio a conocer con más notoriedad primero en el Lorca Fútbol Base y luego en Segunda en el Lorca Deportiva, el primer club donde entrenó Unai Emery, formando un tándem con Leo Jiménez en la siguiente campaña que terminó descendiendo a Segunda B por otra parte. Después ha trabajado como analista de rivales en el Valencia cuando lo dirigía el actual entrenador del Paris Saint Germain y después su trabajo se ha desarrollado en Tercera y en Preferente, por lo que realmente el cambio, en este sentido, está poco justificado ya que Basadre tampoco es un hombre con una gran experiencia en los banquillos, más si cabe en plazas de Primera como la Nueva Condomina.

Ahora bien, por mucho que el club haya querido darle el adjetivo de interino a Basadre conviene que en las oficinas se repase bien el reglamento federativo, que en este caso aporta una peculiaridad al tratarse de un técnico del filial que sube al primer equipo. Si Basadre dirige dos partidos del Real Murcia sí podría volver a ocupar su puesto en el Imperial si el club lo estima oportuno, pero si el gallego dirige tres encuentros, el propio reglamento es claro y no permitiría que Basadre regresa al filial de Tercera, aunque se le podría buscar otra ubicación en el organigrama del club, pero nunca regresar a su anterior puesto si dirige a la primera plantilla las tres próximas jornadas. Por eso Basadre llega con mucha confianza y amistad por parte de Deseado Flores, pero con el tiempo apremiando porque el Murcia tiene tres semanas como máximo para decidir si Basadre se queda de interino o si consigue su plaza hasta final de curso.