Apertura del curso baloncestístico 2017-2018 en el Palacio de los Deportes, como le gustaba decir al gran Andrés Montes. Sobre la pista, un AVE llamado Unicaja Málaga, reforzado hasta los dientes esta campaña y manejando un presupuesto de 12 millones de euros para su regreso a la Euroliga. Enfrente, el 'Altaria UCAM Murcia', que después de una pretemporada cargada de sobresaltos -lesión de Antelo y Alberto Martín entre otros variados contratiempos-, llegaba también al arranque sin Vítor Faverani, en el banquillo aún sin poder vestirse de corto por la lesión que le hizo salir la pasada campaña del Barcelona.

Mientras que Murcia entera -¡por fin nos ponemos en algo de acuerdo en esta tierra tan desapegada de lo suyo!- clama por un ferrocarril digno, en el Palacio, sobre un nuevo parqué que no agrada a todos los jugadores porque dicen que hay zonas donde el bote es irregular, el conjunto malagueño, subido en un precioso y rápido tren de alta velocidad, superaba desde el primer minuto a los murcianistas, demasiado estresados en ataque para ser el primer día de clase. Cegados ante el aro rival y también con una pizca de mala suerte en algunos lanzamientos, los de Ibon Navarro suspendieron en el juego ofensivo aunque aprobaron en defensa, donde mostraron su principal seña de identidad. Pero con solo defender no vale en este deporte y tendrá mucho que madurar en el juego ofensivo para firmar un buen curso. Pero el problema no es que el UCAM, que por presupuesto no puede viajar en un AVE, sí debe tener una velocidad de crucero mayor que el Altaria de nuestras pesadillas para ganar partidos cuando ya estamos en un mes de octubre frenético, con carrusel de partidos entre ACB -el miércoles el equipo vuelve a tener una cita de alto voltaje, en la pista del Iberostar Tenerife, y el domingo recibirá al Andorra-, y la Champions League, que se abrirá el 11 de octubre también en Murcia.

Ayer, para abrir boca, también vimos los nuevos números del excelente grupo de animadoras del club, entre las que hay dos componentes nuevas esta temporada, y dos homenajes, uno al principio y otro en el descanso. Antes del encuentro, la árbitro murciana Susana Gómez -mujer de Luismi Castillo, el único colegiado ACB de esta tierra-, acompañada de su niño, recibió un homenaje del club y el colectivo arbitral por su adiós al baloncesto cuando era internacional. Y en el descanso se vivió otro agasajo, en este caso del club hacia la Policía Nacional con motivo de su patrón. Incluso llegó a sonar, el mismo día en el que Cataluña pedía la independencia, el himno nacional, con todo el público en pie y con el presidente del club, José Luis Mendoza, agradeciendo a la peña Sufridores del CB Murcia sus aplausos.