Raúl Moro es desde el 28 de junio el dueño del 88% de las acciones del Real Murcia. Fue ese día cuando el extremeño y Gonzalo Samper, apoderado de la sociedad (Gestora Deportiva Murciana) que poseía la mayoría de los títulos del club grana, acudían a una notaría para sellar el acuerdo de compraventa que habían alcanzado una semana antes y por el que el madrileño recibiría una cantidad próxima a los 150.000 euros. Aunque todo estaba firmado, ninguna de las partes podía hacer oficial el traspaso de poderes hasta que el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Murcia diese el visto bueno a la operación, y es que desde el mes de marzo Gestora Deportiva Murciana estaba en concurso de acreedores.

Fue ayer cuando los tribunales dieron validez a la compra por parte de Raúl Moro del paquete accionarial que estaba en manos de Gonzalo y Patricia Samper, hijos del fallecido Jesús Samper. Así, el extremeño, que en noviembre de 2016 aterrizaba en el Real Murcia para comprar 400.000 euros en acciones (un 11% de la totalidad), pasa a tomar el control absoluto del club, dejando de depender, como ha hecho hasta el momento, del voto de Gestora Deportiva Murciana.

Con las acciones que ya poseía y las que ahora incorpora, Raúl moro pasa a controlar el 88% del club grana. El porcentaje que resta para el 100% está en manos de pequeños accionistas.

A partir de ahora, el presidente del Real Murcia se convierte también en dueño de un club que gestiona desde el 28 de diciembre de 2016, cuando, gracias al voto de Gestora Deportiva Murciana, entraba en un consejo de administración del que dimitía Guillermo Martínez Abarca y sus consejeros de confianza. Posteriormente, el 23 de junio, se celebraba una nueva junta de accionistas en la que el grupo del extremeño quería pasar a controlar la mayoría de las acciones, aunque a bajo coste. Por ello, desde el primer momento ofrecieron dinero a los herederos de Jesús Samper para lograr sus acciones.

Todo parecía indicar que ese acuerdo se cerraría en la junta del 23 de junio, pero el administrador concursal, al recibir otra oferta mejor, frenó la operación para estudiar la situación. Unos días después, al descartar la credibilidad del otro posible comprador, ambas partes se citaron en una notaría en la que se firmó el traspaso de poderes a la espera de que el Juzgado de lo Mercantil de Murcia, que una vez más se convierte en el mejor aliado del club grana, aprobase el cambio de titularidad de las acciones que pertenecían a Jesús Samper y que tras su muerte quedaron en manos de sus dos hijos, pese a que estos todavía no han decidido si aceptar o no la herencia de su padre. La entrada de GDM en concurso ha facilitado que esas acciones puedan ser vendidas, en este caso a Raúl Moro.