El mal arranque liguero del Real Murcia se puede relacionar con diferentes aspectos, pero la realidad de las primeras cinco jornadas es que, además de una fragilidad defensiva que nadie esperaba con la fuerte inversión económica realizada, algunos rivales como el Écija, el Melilla y el UCAM ya sabían de antemano cómo se le descosían las costuras a los pupilos de Manolo Sanlúcar. Curiosamente dos que han sobrevivido a la operación limpieza del pasado verano, los centrocampistas Armando y David Sánchez, dos jugadores que resultaron claves en el despertar grana de la segunda vuelta de hace poco más de un año, no han arrancado igual de bien que terminaron y lo que es peor, los adversarios les prestan mucha más atención de la que le gustaría a los propios protagonistas, lo que está provocando una inestabilidad a la hora de ver quién manda en los partidos que por ahora está perjudicando mucho a los intereses granas.

Pero claro, el rendimiento de dos jugadores concretos no puede ser tampoco la razón fundamental de que la orquesta grana todavía no haya sido capaz de tocar alguna melodía que le guste a la afición, y en este capítulo es donde aparecen los fallos de una mala planificación deportiva que al final ha dado como resultado una plantilla cargada de extremos que solo tienen vocación ofensiva, mientras que Armando y David Sánchez se han quedado sin un sustituto de garantías para ambos. En la plantilla hay otro mediocentro con capacidad creativa, el canterano Juanma Bravo, pero hasta el momento suele ser uno de los que se quedan fuera de las convocatorias.

De hecho, la titularidad de David Sánchez y Armando no es algo que estuviera tan claro, ya que en la primera jornada el murciano sí fue titular, pero al sevillano le tocó empezar desde el banquillo. Tras la pretemporada, resultó patente que la primera idea de Manolo Sanlúcar era la de prescindir en el once titular de un David Sánchez al que el cuerpo técnico sabe que hay que dosificar, ya que su veteranía le aporta muchas cosas al equipo, aunque físicamente no esté al nivel de los más jóvenes.

Deseado Flores, la persona que hace las funciones de director deportivo en el Real Murcia, tenía tan claro que con Armando y David Sánchez para este curso era suficiente que ahora los rivales lo primero que hacen es bloquear sea como sea el trabajo de estos dos jugadores, lo que se ha traducido en el campo en dos partidos muy concretos que sirven como ejemplos. En el empate sin goles en casa del Melilla y la derrota por 2-1 de la última jornada ante el UCAM, dos adversarios a los que le bastó con no dejar pensar a estos dos futbolistas para ganarle la batalla en el centro del campo a los granas y así comenzar a decantar así la balanza a su favor.

En el apartado defensivo es casi imposible que los aficionados no se acuerden de Golobart y Josema en el centro de la defensa después de que los nuevos zagueros que han llegado a la entidad este verano no estén cumpliendo las expectativas. Y en la retaguardia sucede exactamente lo mismo que en el doble pivote, de nuevo la planificación deportiva dejó corta la parcela donde a los entrenadores les gusta tener más efectivos para escoger. La defensa del Murcia tienen tan pocas alternativas que al lesionarse Fede Vega no hay otro lateral derecho específico, aunque Orfila y Juanra puedan desempeñar esta función.

El Real Murcia ha pasado en un año de tener a dos de los mejores laterales derechos de la categoría, José Ruiz y Juanjo, a tener ahora mismo a un solo especialista para correr la banda derecha en una revolución de fichajes que, después de cinco jornadas, todavía no han sido capaces de justificar que el Murcia tenga uno de los presupuestos más altos del Grupo IV, a pesar de que lleve cinco puntos de los quince que se han disputado, números pobres para una plantilla confeccionada a golpe de talonario pensando solo en quedar primeros. El entrenador, Manolo Sanlúcar, tiene parte de culpa en el mal arranque y sigue tratando de dar con la tecla, pero tampoco le ha ayudado la confección de una plantilla que no tiene la solidez defensiva del último curso.