Juan Carlos Navarro puso ayer fin a una espectacular trayectoria con la selección española de baloncesto. El capitán fue manteado por su compañeros, que se habían conjurado para ganar la medalla de bronce tras la decepción sufrida en las semifinales ante Eslovenia. El escolta catalán anotó una canasta en el día de su adiós. La emoción no impidió que derramara lágrimas con el bronce colgado del cuello.