El Cartagena no pudo con el Villanovense en el Cartagonova y vio cómo los dos primeros puntos se le escapaban en su casa. La máxima del entrenador que dice que si son capaces de dejar la portería a cero tienen muchas posibilidades de sumar los tres puntos no se cumplió esta vez. Y es que el conjunto albinegro se atascó contra un rival que si bien ofensivamente era muy endeble, planteó a la perfección un entramado defensivo que desarboló a los locales y exasperó a sus atacantes.

El equipo no conseguía morder en la yugular a la nutrida defensa visitante; ni por dentro ni por los costados; ni en acción a balón parado, ni a la contra; ni de triangulación ni de rebote. Nada de nada. Dice Monteagudo que el partido no era determinante a estas alturas de temporada y de ahí que hubieran novedades respecto al último encuentro. La cosa no salió bien y el público se marchó con la sensación de que el preparador pensaba más en el miércoles que en esta jornada, aunque el de Valdeganga insista en que todos sus jugadores son igual de válidos para salir de inicio.

Y es que con la alineación inicial que puso sobre el tapete verde el entrenador albinegro, muchos nos dio por pensar que la Copa estaba presente también en los prolegómenos. Podemos llegar debatir si Moisés podría ser de la partida -no estuvo ni convocado- o si Sergio Jiménez ha encontrado repuestos en medio campo por fin esta temporada que le pueden hacer sombra, pero que además Cristo Martín, un inamovible en las alineaciones de Alberto Monteagudo siempre en este Cartagena, se sentara en el banquillo sí que dejó a muchos con la mosca tras la oreja.

Además se produjo el debut en el once inicial de Kuki Zalazar, un joven delantero que hasta el momento apenas se había dejado ver ni en Liga ni en Copa.

La premisa imprescindible en este Cartagena es que el balón siempre salga controlado desde atrás. No hay concesiones ni pueden haber dudas: el patadón está prohibido por ley. El técnico quiere que el esférico siempre llegue a medio campo con muchas opciones para ser movido. Claro, todo depende de qué centro del campo tengas en ese momento, de los movimientos de ruptura de los atacantes y de cómo te presione el oponente. No siempre sale la triangulación, el pase filtrado o la pared rápida. El Villanovense plantó dos líneas de cuatro muy pegadas que provocaban que el Cartagena tuviera que mover el balón de un lado a otro del campo sin verticalidad ninguna.

Aunque es cierto que se podían ver movimientos tratando de hacer aclarados en medio del campo, los locales se encontraban con una nutrida defensa que repelía cualquier acción y suponía perder el balón en un pase precipitado o en una anticipación del rival.

Así pues, el equipo de Monteagudo se veía impotente una y otra vez que lo intentaba. Álvaro andaba con el freno de mano echado y Ramírez no daba una a derechas, por lo que las opciones de abrir el campo y encontrar un centro al área para que la cazase Aketxe eran más bien escasas.

Zalazar trataba de pivotar y caer a los costados casi siempre demasiado presionado y Chavero jugaba más para atrás que hacia adelante.

El Villanovense había ajustado al máximo y trataba de aprovechar algunas salidas que encontraba en la zaga local. Es por eso que mientras que el Cartagena se exasperaba sin poder acercarse a la portería de Leandro, los extremeños tuvieron en los primeros 20 minutos de dos ocasiones claras, al menos hasta ese momento, para ponerse por delante. La primera de ellas de Andújar, que tras marcharse de tres defensores locales disparó raso pero no colocado, lo que facilitó a Pau Torres que pudiera despejar con los pies el balón. Cinco minutos más tarde era Dieguito quien quiso ajustar el balón a la escuadra contraria donde estaba, pero el esférico se marchó demasiado alto.

A partir del minuto 28 el Cartagena encadenó sus opciones para poner en aprietos al meta del Villanovense. Las ocasiones llegaron en tres libres directos, lanzados, por este orden, por Hugo Rodríguez, Aketxe y Poley. Ninguno de ellos tuvo la fuerza, colocación o suerte de ir para adentro. Zalazar lo intentó desde lejos en el minuto 32 y Aketxe remató con el tacón un centro desde la derecha de Ramírez, que se fue alto.

Al Cartagena no le salían las cosas y así fue al descanso, a la espera de que el bloque rival empezara a perder fuelle en la segunda parte y dejara los huecos que fue imposible encontrar en la primera.

El Villanovense no aflojó tras pasar por el vestuario, o quizá fue el Cartagena el que no fue capaz de encontrar el camino a la portería del rival. El partido fue un ir y venir del balón sin opciones para uno ni otro. Si bien los locales tocaban y tocaban, la clarividencia en sus ocasiones era más bien poca. Monteagudo trató de dar más criterio y pausa con la entrada de Cristo Martín primero y Abalo después, pero el conjunto local andaba atascado.

Tres opciones mínimas para captar la atención del público. Un disparo de Cristo Martín que se marchó alto en el minuto 70; un chut de Hugo Rodríguez tras marcharse de un rival que detuvo Leandro en dos tiempos y un libre directo de Aketxe, algo escorado, que se marchó fuera por poco. Lo demás no fue más que frustración e impotencia en un partido para olvidar, porque puede que estuvieran con la cabeza en otro sitio, aunque nieguen reconocerlo.