ElPozo volvió a sucumbir ante el Inter por 5-2, idéntico resultado al del partido de ida, y dice adiós a la Supercopa, primer título de la temporada. Si hay algo que no se le puede reprochar al cuadro murciano, aunque el 10-4 global sea bastante contundente, son las ganas que le ha puesto en los dos partidos. Con hasta cinco jugadores del filial en juego y con dos lesionados en cada choque de la final, el conjunto de la capital del Segura plantó cara al todopoderoso equipo madrileño. Sin embargo, su rival tiene un mayor fondo de armario, un jugador que él solo gana partidos -Ricardinho- y no ha tenido ningún momento de desconexión, como sucedió en el encuentro de ida.

El arranque del partido fue espectacular, como si la final fuese a partido único, y esperanzador para los intereses de ElPozo pues a los once segundos Marinovic puso por delante al cuadro de la capital del Segura. La distancia del partido de ida ya no se antojaba definitiva y el milagro que necesitaban los murcianistas parecía más factible. Inter se percató de ello y comenzó a presionar a su rival, teniendo incluso un lanzamiento de Gadeia al palo.

La intensidad fue la protagonista de los siguientes minutos, ninguna escuadra daba un paso atrás y las ocasiones se sucedían. Si bien la mayor parte tenían el sello del Inter, las más peligrosas eran las de ElPozo. Entonces, empató Ricardinho. Los ánimos se enfriaron y los de Duda empezaron a pasar apuros, Gadeia tuvo otro lanzamiento al poste y el técnico hispanobrasileño tuvo que pedir tiempo muerto. Los suyos habían perdido poder ofensivo con el transcurrir de los minutos, el actual campeón de liga mandaba en el choque y la esperanza de remontada parecía diluirse. ElPozo entonces apretó los dientes y forzó a su contrario a quedarse en su campo. La defensa del Inter, muy bien armada y sin fisuras, obligaba al cuadro murciano a inquietar con los lanzamientos lejanos. Poner a prueba a Jesús Herrero otorgó el plus de confianza perdido y los visitantes se hicieron dueños del choque, aunque el gol les era esquivo. Uno de los protagonistas, como casi siempre, fue Rafael. El brasileño, que es habitual que esté donde hay bronca, propinó una patada sin balón a Fernando y otra a Pito. Fueron las únicas acciones que empañaron una primera parte espectacular donde se vivió una oda al fútbol sala de ataque.

ElPozo salió en la segunda parte sabiendo que necesitaba mantener su portería a cero y marcar cuatro goles para alzarse con el trofeo. En un calco del inicio, el conjunto murciano volvió a adelantarse en el choque en el primer minuto gracias a un gol de Darío. Sin embargo, poco duraría la alegría pues en la jugada siguiente Ricardinho, nuevamente, llevó el empate al luminoso al transformar un penalti. Le tocaba entonces a los de Duda tirar de heroica, remar contra las circustancias y, como mínimo, lograr un parcial de tres cero para llevar el choque a la prórroga. En cambio, el tanto que llegó fue obra del Inter por medio de Borja, dejando sentenciada la final. Con el partido ya roto, llegaron momentos de tensión entre ambas escuadras -nada sorprendente- y dos nuevos goles del Inter, esta vez obra de Solano y Elisandro, certificando el triunfo del cuadro madrileño y dejando a ElPozo sin el primer título de la temporada.