Muchas sonrisas y algunas lágrimas se vieron ayer en Nueva Condomina. El Murcia despachó con autoridad a un Racing de Ferrol que se jugó sus cartas con un planteamiento ultradefensivo ante el que los granas tiraron de efectividad para meterse en la tercera ronda de la Copa del Rey, cuyo sorteo se celebra mañana viernes. Además de los goles y las sonrisas, las lágrimas y preocupaciones que dejó el partido fueron las lesiones de los defensas granas Fede Vega y David Mateos, un problema que va a trastocar la línea más débil del equipo, la retaguardia. Sin embargo, once goles en los tres últimos partidos de los murcianistas evidencian que los pupilos de Sanlúcar se van a agarrar a la pegada de sus hombres de ataque para paliar las carencias defensivas y que el equipo no termine de ser capaz de terminar con la portería a cero.

Aunque los dirigentes de la entidad grana habían manifestado que llegar lo más lejos en el torneo copero es la consigna establecida, la realidad es que Manolo Sanlúcar tiene esta competición como un auténtico banco de pruebas, lo que quedó patente al conocerse que solo dos jugadores de los que ganaron el domingo ante El Ejido eran ayer de la partida, el lateral Fede Vega y el central Álex Ortiz eran los únicos que repetían titularidad.

Los granas saltaron al campo con el ímpetu que debe poner un equipo que se supone favorito, pero las peligrosas internadas de Jordan por la banda derecha no terminaban de encontrar la fórmula para perforar la portería del adversario. El Murcia tenía el control a los quince minutos del choque, pero sorprendían los gallegos con un equipo muy firme que tenía muy claras sus opciones salir victorioso. Las dos líneas de cuatro hombres que dispuso el Ferrol fueron un muro de ladrillo que, a los veinte minutos, se había convertido en hormigón armado para un conjunto grana que se permitió el lujo de darle entonces el balón a los visitantes para presionarles en su propio campo.

Después de que el susto en el cuerpo lo llevara el visitante Mikel a la salida de un córner que casi supone un problema serio, acto seguido el Murcia sí aprovechó esos robos de balón en campo contrario y Llorente sirvió un balón de oro a un Elady que no estuvo acertado delante de Franco para haber encarrilado la eliminatoria copera. La lesión de Fede Vega en el minuto catorce provocó la primera sustitución grana, ya que Sanlúcar decidió cambiar al lateral derecho por Juanra. El carrilero diestro titular, no estaba en la convocatoria, al igual que Forniés, Armando, Santi Jara, Molinero y Pedro Martín, nombres todos que casi con toda seguridad serán titulares el domingo por la mañana en la importante visita al complicado campo del Melilla.

A los treinta minutos de partido, a pesar de que los granas no se habían hecho con el control del balón, sí que se emplearon al máximo para inutilizar al adversario, lo que le dio al partido cierto trote lento que por momentos parecía venirle mejor a los gallegos. Cuando Fernando Llorente daba un paso atrás y Fran Carnicer se adelantaba unos metros era peligro automático sobre la portería rival, pero sin la precisión necesaria como para que se hubieran adelantado en el marcador. El pasito atrás de Llorente le dio seguridad al resto de compañeros y el Murcia tuvo dos córner seguidos que fueron claves. En el segundo saque de esquina, varias imprecisiones de los visitantes terminaron dejando el balón muerto en los pies de un Álex Ortiz que solo tuvo que empujar el balón para sacarle la primera sonrisa a la grada de Nueva Condomina.

En este momento, el Ferrol tomó la peor decisión posible. En lugar de irse con rabia a buscar la relajación del tanto local como aliado para tratar de sorprender, los gallegos se encerraron como una almeja con un 5-4-1 que si bien le cubría las espaldas para evitar el segundo, dejaba a los granas moviéndose a placer sin que el marcador fuera ninguna preocupación.

Al volver del paso por vestuarios el Murcia se encontró con una mala noticia, otra más. Si Fede Vega caía lesionado en los primeros minutos, en el 48 se tuvo que retirar el central David Mateos, quien de confirmarse su lesión estaríamos hablando de un problema serio en una defensa que podría quedarse cogida con pinzas ante la falta de efectivos.

Incluso con las lesiones de jugadores importantes en el Murcia, el Racing de Ferrol decidió seguir apostando por un sistema ultradefensivo que terminó convirtiéndose en el claro ejemplo de que, quien juega con fuego, lo normal es que acabe quemándose. Así en el 54, un saque de banda y un balón abierto al área visitante terminó con el balón en los pies de un Elady que, tras recortar al defensa, no tuvo piedad para fusilar a Franco. Con el 2-0 no hacía falta ser un especialista para saber que los gallegos lo tenían ya casi imposible, mientras que en el Murcia la única decepción eran las lesiones de dos defensas, justo la parcela que peor se ha reforzado este curso respecto a la anterior campaña.

A los cinco minutos, en el 60, una triangulación perfecta de los atacantes granas terminó con Salva Chamorro con el balón en sus pies y, a puerta vacía, el nueve grana hizo que la afición se llevara las manos a la cabeza al ver fallar una ocasión tan clamorosa.

Como por juego no iban a llevar los goles, los gallegos tiraron de la inspiración de sus hombres y de qué manera. El visitante Gonzalo, desde el centro del campo en el minuto 70, no se lo pensó al ver a Santomé adelantado y anotó uno de esos goles muy difíciles de ver entre equipos de Segunda B. El fallo del cancerbero grana fue adelantarse demasiado, pero no todos se atreven a hacer lo que consiguió un Ferrol que, cuando peor estaba, se metía de lleno en busca de un empate que podría poner nervioso tanto a los jugadores como al público de Nueva Condomina.

Pero por si alguien no quería que su corazón se disparase, apareció el de siempre, Víctor Curto, quien aprovechó un balón en profundidad de Chamorro para batir con sangre fría al portero visitante y ya de paso seguir aumentando su cuenta goleadora. El siguiente gol de Curto fue una obra de arte, poco propia de esta categoría. Si el catalán no baja el pistón, el Murcia ya tiene algo a lo que agarrarse para permitirse el lujo de soñar.