El FC Cartagena pone el suspense en cada encuentro que disputa esta temporada. Ganó en los minutos finales del partido ante el Recre y contra el UCAM en Copa -este en la prórroga- y empató contra El Ejido tras los cinco minutos de prolongación. Ayer lo volvía a repetir al anotar Zabaco en el minuto 86 de partido y tras, como ocurría en anteriores encuentros, haber anotado instantes antes el rival.

Visto así, parece que el FC Cartagena no para de tentar a la suerte y que la moneda siempre cae a su favor. Podría decirse que a Monteagudo le ha salido una flor en el culo, al menos de momento. Sin embargo, pienso que el Cartagena ganó ayer porque hizo más y mejores ocasiones que el Melilla. Marcó en el 86, pero pudo hacerlo antes en el 27´, 59´, 68 y 79´, todas ellas claras ocasiones para haber puesto el 2-0 y, probablemente, no haber tenido que tirar de épica como las otras veces.

Eso sí, sabe Monteagudo que tienen que vérselo, porque su mejor fútbol ante el oponente no es refrendado cuando deben, y luego las pasan canutas. No hay que olvidar que el rival también juega.

Tal y como anunció el propio entrenador unos días antes del encuentro, el once que saltó de inicio sufrió algunas variaciones con respecto a las dos primeras jornadas. Alberto Aguilar apareció para sustituir a Moisés en el eje de la defensa, mientras que Poley hizo lo propio con Álvaro González y Moussa lideró el ataque del Cartagena por un Aketxe que vio la primera parte desde el banco.

El Melilla no vino a verlas venir, si bien es un equipo al que le falta punch y picardía cuando llega al área rival, por otro lado es un bloque compacto, que bascula perfectamente, presiona con intensidad en la salida del rival con el balón y toca con calidad. Claro, esto está muy bien si luego tienes gol, algo que denota como su principal hándicap, de momento.

Al conjunto local le costó dominar y tocar con fluidez. Estuvo más cómodo en las acciones a la contra, donde fue cuando más peligro generó al menos en la primera parte.

El calor, por otro lado, jugó en contra de todos. La hora para disputar el choque con el sofoco que aún se mantiene en el ambiente, unido a la humedad que ofrecía el día, obligó al colegiado a detener el encuentro a la media hora del mismo para que los futbolistas se hidratasen y cogieran oxígeno al menos dos minutos.

La opción de jugar con Moussa arriba es diametralmente diferente a la apuesta por Aketxe. El joven jugador, fuerte y rápido, es más un futbolista que necesita espacios para hacerse notar. Sin embargo, el gol que anotó en la primera parte fue dentro del área, al aprovechar un medido servicio de Hugo Rodríguez. El centrocampista se aprovechó de un mal despeje del lateral derecho melillense Ibarbia para recoger el balón escorado en el área rival y mandarlo a Moussa, que solo tuvo que empujarlo al fondo de las mallas.

Con el 1-0 a favor a los 18 minutos, el FC Cartagena volvía a ponerse por delante en el marcador por cuarta vez esta temporada. Ahora debía tratar de no volver a cometer las incongruencias defensivas que le han provocado más de un susto en este arranque de la competición oficial.

El Melilla necesitaba tener más balón y presencia en el área de Pau Torres, lo que beneficiaba las salidas a la contra de los locales. En una de ellas Moussa, puro coraje y pundonor, se llevó el balón en medio campo en una gran galopada en la que conseguía marear al central que le tapaba con recorte y dribling. En el último, el balón se queda largo, perfecto para Hugo Rodríguez quien acompañaba la carrera. El derechazo del albinegro lo repelía con dificultades Barrio, hasta el punto de que el esférico impactó en el palo antes de irse a córner.

Los últimos coletazos de la primera parte fueron de dominio melillense y contras locales. Ambos equipos pedían con insistencia el final del primer tiempo, agotados en una primera parte calurosa. Antes de pasar por el vestuario Cristo lo intentó con un centro chut envenenado que a punto estuvo de colarse si el meta visitante no lo evita con la palma de la mano en el último instante.

Sin completar un partido brillante, el equipo entrenado por Monteagudo gozó en la segunda parte de opciones claras para ponerse con un 2-0 que le hubiera hecho asistir a los últimos minutos con relativa comodidad, no como le ocurrió otra vez más.

El Melilla no ofrecía sensaciones nunca de ser un equipo capaz de anotar en jugada a no ser de que llegara una acción desafortunada por error en la marca o cualquier tipo de incidente propio del cansancio. Los de Manolo Herrero provocaron con los cambios dotar a su medio campo de más fuerza y tener más y mejor llegada al área de Pau Torres. Pero ni con esas parecía que lo iban a conseguir, hasta que en el minuto 84, con todos los cambios hechos, el equipo ya pidiendo la hora y demasiados problemas en las marcas por el agotamiento, llegó una acción por banda izquierda en la que el balón cruzó todo el área para caer en los pies de Janma Espinosa, que pausó y colocó el balón al fondo de las mallas. A seis minutos para el final se ponía otra vez todo negro para los locales, que en esta ocasión, otra más, supieron resolver dos minutos más tarde gracias a un balón que remató Zabaco de espuela y a la red tras un saque de esquina con botes y rebotes.

Tras el gol, el Cartagena paró el partido con interrupciones continuadas y los cinco minutos de prolongación no tuvieron efecto. Con siete puntos, este Cartagena ya empieza a rodar, aunque no hay que despistarse, que la Copa puede dejar tocado al bloque.