La balanza cayó del lado del FC Cartagena en un partido dramática que dio a los albinegros el pase para la segunda ronda de la Copa del Rey en el minuto 120. En un partido disputadísimo pero con los albinegros dominando el juego y las ocasiones, todo parecía encaminado a decidirse desde el punto fatídico cuando un disparo de Jesús Álvaro metió a los suyos en la próxima eliminatoria, en la que se medirán con el Mirandés. El Cartagonova vivió una noche mágica, en lla que Isi Ros, que jugó cedido el año pasado a las órdenes de Monteagudo, se erigió en protagonista inesperado y salió derrotado, expulsado y abucheado de su antiguo estadio.

En el once albinegro había menos rotaciones de las que se esperaban. Tan solo Sergio Jiménez y Hugo Rodríguez se caían del equipo titular, además del guardameta Pau Torres, En los universitarios destacaba por encima de todos el regreso de Arturo, ovacionado por la afición del Cartagonova cuando la megafonía anunció su nombre.

De partida se vio un choque de poder a poder, en el que nadie quería cometer el más mínimo error. El Cartagena armó el centro del campo con tres hombres (Chavero, Cordero y Poley), mientras que Planagumà dispuso un 4-2-3-1 inquebrantable. Por ello a los dos les costaba horrores franquear la zaga rival.

Sin embargo, los locales tuvieron un poco más de iniciativa. La dupla Óscar Ramírez-Álvaro González continúa haciendo estragos por el costado diestro. De allí partió casi todo el fútbol albinegro en el primer acto. El propio Álvaro recibió un esférico a la espalda de la defensa, dribló al guardameta Pol Ballesté y se disponía a perforar la portería cuando el juez de línea levantó la bandera. Primera pitada para el colegiado.

El Cartagonova ha cogido la bonita costumbre de aplaudir en masa durante el minuto 22, en homenaje a Miki Roqué, como ya hacen desde hace años las aficiones de Real Madrid (en el 7), Espanyol (en el 21) o Sevilla (en el 16) para recordar las figuras de Juanito, Jarque y Antonio Puerta respectivamente.

A partir de entonces, los de Monteagudo dieron un paso al frente, aunque tan solo obligaron a intervenir al meta rival en un disparo de Chavero. En cambio el UCAM permanecía agazapado en su campo esperando su momento. La zaga albinegra estaba más sólida que en El Ejido y solo titubeó en una llegada de Quiles en la que rápidamente intervino Óscar Ramírez.

Al borde del descanso, Álvaro González tuvo en sus botas la mejor oportunidad del primer acto. El onubense sorprendió con un disparo seco al primer palo desde la derecha, pero Pol Ballesté reaccionó rápido y sacó una mano providencial. Pero aún daría tiempo para que el Cartagonova cantara el primer gol de su equipo en una jugada de ensueño. Los albinegros sacaron el esférico desde campo propio, lo movieron de un lado a otro huyendo de la presión de los universitarios, hasta que un centro de Óscar Ramírez encontró a Álvaro para que la empujara. Sin embargo, el árbitro señaló de nuevo un fuera de juego muy dudoso. Por tanto, Miralles Selma enfiló el camino a los vestuarios bajo el tremendo abucheo de la grada del Cartagonova.

Un gol para cada uno

En la reanudación, los dos gallos se mantuvieron en sus parcelas, hasta que una jugada a balón parado dio paso al primer tanto de los cartageneristas. Óscar Ramírez, en una falta lateral, sirvió el balón al corazón del área para que el central sevillano Moisés se elevara por encima de toda la zaga universitaria y colocara el balón abajo, a la derecha de un Pol Ballesté cuya estirada fue completamente inútil. En el polo opuesto, el mediocampista Gonzalo Poley abandonaba el terreno de juego con problemas en los gemelos.El resultado obligaba a los de Planagumá a dar un paso al frente. En cambio, el Cartagena casi mata el choque al contragolpe. Cordero inició la jugada al recuperar el esférico en campo propio, y él mismo se encargó de culminarla tras una combinación sensacional en el lado izquierdo. Sin embargo, el mediocampista sevillano se topó con Pol Ballesté cuando entraba solo en el segundo palo.

El técnico del UCAM intentó dar una vuelta de tuerca al partido con la entrada al césped de Isi Ros, otro viejo conocido de la afición cartagenera. Sin embargo, los universitarios eran incapaces de hacer llegar el balón a Arturo ni de desbordar a una defensa albinegra que apenas tuvo que actuar.

Pero cuando todo parecía encarrilado para los locales, que incluso se gustaban en su fútbol, el UCAM puso las tablas en el marcador a cargo del protagonista más inesperado. Isi Ros caracoleó en el área, se zafó de un par de defensores y batió a Marcos con un disparo flojo pero colocado. El extremo celebró ostensiblemente el tanto, ante lo que la afición respondió con un pitos e insultos para el futbolista de Las Torres de Cotillas. Con el partido casi acabado, Góngora golpeó un libre directo desde la frontal, pero su disparo se topó con la estirada de Marcos Morales. De modo que había treinta minutos más para romper el empate.

En el primer tiempo de la prórroga, Cordero, que con Sergio Jiménez cubriéndole las espaldas estaba desatado, sirvió un balón de gol a Zabaco, pero el central estrelló la pelota en el larguero desde la frontal del área pequeña. En los minutos finales, el cansancio hizo mella en los futbolistas de ambos conjuntos, y el partido estuvo plagado de imprecisiones.

En el Cartagonova ya se mordían las uñas esperando a que la eliminatoria se decidiera por penaltis. Entonces el colegiado enseñó la segunda amarilla a Isi Ros, que de nuevo recibió todo tipo de improperios de parte de su antigua afición. Un par de minutos más tarde, casi con el tiempo cumplido, Jesús Álvaro recogió un esférico en la frontal, recortó a un defensor y con su pierna diestra dirigió el esférico hacia el fondo de la red. El estadio entero estalló de alegría justo antes de que el colegiado pitara y el Cartagena se clasificara para la segunda ronda.