Los dos partidos que el Cartagena ha disputado en el estreno de la competición han servido para extraer dos conclusiones: el equipo ha recuperado la pólvora que tanto añoró durante meses el curso pasado, pero, como contrapartida, el engranaje defensivo hace aguas. Solo así se explica que lo que podía haber sido una victoria cómoda ante el Recreativo se convirtiera en un triunfo in extremis. Y así se entiende que el conjunto albinegro saliera de El Ejido aliviado por haber salvado un punto cuando se pudo incluso golear en el Municipal de Santo Domingo. Aún es pronto para fijarse en las estadísticas, pero el Cartagena es a día de hoy el equipo más goleador del grupo IV, con seis dianas a favor, y a la vez el que más encaja. Pau Torres ha recibido cinco tantos, los mismos que el filial del Betis y el Lorca Deportiva, que es el actual colista con un solo punto en su casillero. Los números hablan por sí solos.

El Ejido ya se había acercado a la meta cartagenerista en los primeros minutos del choque del domingo, y las sensaciones de la zaga no eran las mejores. La exhibición en ataque ocultó durante sesenta minutos ese problema, hasta que en tres llegadas similares de los locales se vieron las costuras de la defensa blanquinegra.

Cierto es que el primer tanto es un disparo inapelable del lateral izquierdo de El Ejido, ante el que nada puede hacer Pau ni ningún defensor. Pero en el segundo tanto el central Arregi remata completamente solo en el área. Acompañándole había otros tres futbolistas celestes libres de marca dispuestos a finalizar la jugada.

El tercer gol fue obra de un magnífico disparo de Javilillo, pero la defensa albinegra tampoco puso demasiada oposición a la internada del futbolista de El Ejido, que golpeó al esférico cómodamente en la frontal del área. El tanto de Moussa Camara que significaba el empate en el descuento no escondía las debilidades que habían mostrado los de Monteagudo sobre el césped. El propio técnico manchego dio un toque de atención a la conclusión del partido: «Si vamos a encajar dos goles todos los domingos, mal vamos».

Curiosamente, no se trata de una zaga nueva, compuesta por futbolistas que acaban de llegar. Los cuatro integrantes de la retaguardia albinegra ya estaban el año pasado a las órdenes del técnico de Valdeganga, se conocen perfectamente entre ellos y tienen adquiridos los automatismos necesarios para que funcione una línea defensiva. De hecho, fueron los primeros en firmar su renovación antes de que finalizara el curso, y el año pasado ofrecieron un rendimiento sensacional, exceptuando algún fallo puntual. Óscar Ramírez y Jesús Álvaro son dos futbolistas que suelen cumplir tanto en ataque como en defensa, mientras que la pareja Moisés-Zabaco se asentó en el once inicial hace más de un año.

Gonzalo, la única baja

Al único al que se le echa de menos en esas posiciones es a Gonzalo Verdú, una pieza fundamental para desbaratar los ataques rivales y todo un símbolo en el Cartagonova. Sin embargo, el defensor cartagenero, que podía actuar tanto de central como de pivote defensivo, viste ahora los colores del Elche. Con el objetivo de reforzar la zaga, Monteagudo le ubicó en play-off en un sistema de tres centrales y dos carrileros. Para sustituirle, el club firmó a Alberto Aguilar, que también puede rendir en la línea defensiva o por delante de ella, pero el ex de Málaga y Getafe entre otros aún no se ha vestido de corto en partido oficial por los problemas en su rodilla que le han tenido apartado durante casi todo el verano.

Respecto a la portería, en ninguno de los tantos se le puede achacar responsabilidad alguna al guardameta Pau Torres. El portero catalán apenas ha intervenido en los dos partidos, pero ninguno de los cinco goles encajados es un fallo suyo.

El conjunto cartagenerista tiene por delante la ardua tarea de ajustar esos problemas en la zaga para poder aspirar a los puestos de honor en la categoría. Ahora que la llegada de Aketxe ha solventado la ausencia de gol y la verticalidad de Hugo y Álvaro han imprimido una marcha más al juego, la línea más consolidada del equipo es la que está desubicada. Si lo solucionan, el Cartagena tiene mimbres para alcanzar las cotas más altas, y no tendrá que sufrir en partidos que por calidad y por peligro ofensivo tienen atados.