Los seguidores que ayer se dieron cita en la Nueva Condomina se marcharon confusos. Como aquel que se levanta en mitad de la noche sin saber si lo que ha soñado ha ocurrido de verdad o tan solo se trataba de una mala pasada del subconsciente. Los cuatro o cinco mil aficionados que se sentaron en sus butacas, aproximadamente, puesto que el club no ofreció ninguna cifra oficial de asistencia, llegaron con la ilusión de que la última vez que acudieron a esos asientos se quedaron muy cerca de poder pelear por el ascenso a Segunda.

Sin embargo, noventa minutos más tarde, comprobaron como un recién ascendido a Segunda División B noqueó a toda una plantilla confeccionada exclusivamente para pelear por la primera plaza del grupo IV de la categoría de bronce. Algunos seguidores despidieron con unos leves silbidos al equipo cuando levantaron su mirada al marcador y comprobaron el 0-1 en el luminoso.

Otros se retiraron mucho antes hacia sus coches, sin ningún tipo de esperanza de que alguna de las catorce incorporaciones de este verano pudiese enviar el balón al fondo de la red. Deseado Flores, el director deportivo, contempló desde el palco que tendrá que apurar los últimos días del mercado de fichajes en busca de unas 'gangas' que trató de evitar desde el principio y que ahora necesita para tapar algunas carencias de la plantilla; como la defensa. Y, aprovechando la visita a los comercios, el Murcia seguro que ojeará de nuevo por las tiendas algún modelo más de su camiseta a la que prometieron cambiar su cuello y que ayer lució el mismo que el primer día.