Con las desilusiones olvidadas y con muchas caras nuevas que poco tienen que ver con fracasos pasados, el UCAM Murcia retorna a la Segunda División B con la más clara de las convicciones: regresar al fútbol profesional por la vía rápida.

No obstante, vista la calidad y la exigencia que atesora el Grupo IV de la categoría de bronce en este nuevo curso llegar al mes de mayo con posibilidades de ascenso se torna más que complicado. El camino para los universitarios se escribe, desde esta tarde, en la heroica ciudad de Granada.

El filial del Granada B, exequipo del nuevo técnico universitario, Lluís Planagumá, es el rival designado para comenzar la temporada con buen pie. Bajo el aroma imprevisible que los equipos filiales desprenden, la renovada plantilla del UCAM Murcia mide hoy sus fuerzas tras una pretemporada que no ha dejado la mejor de las sensaciones en el cuerpo técnico: la plantilla universitaria, tras lo acontecido este verano, necesita tiempo para terminar de cuajar. Asimismo, la hora de la verdad poco tiene que ver con la preparación estival. La plantilla, aún incompleta, necesita de un par de futbolistas más que conviertan al UCAM en un equipo candidato a todo. La juventud aún necesita aclimatarse a su nuevo rol dentro de un proyecto tan exigente como es el universitario.

La primera convocatoria liguera para medirse al Granada B incluye a dieciocho futbolistas, y de la que se ha caído únicamente un jugador con contrato de la primera plantilla: el centrocampista Chevi. Previsiblemente, el once inicial que Planagumà alinee en el Nuevo Los Cármenes será muy similar al que formó ante el Alcoyano en el último choque de pretemporada. Con Germán asumiendo galones en la portería por delante del exgranadista Pol Ballesté, la línea defensiva no plantea dudas, con los dos Pérez formando en el eje de la zaga junto con el capitán Góngora y Carlos Moreno en los laterales. En el centro del campo, el veterano David López aportará orden junto a Vivi, siendo apoyados por un Kitoko que debe convertirse en un jugador esencial en el esquema de Planagumá. Arriba, las bandas serán para Urko Arroyo y Marc Fernández, sirviendo a Arturo para el gol. En el banquillo quedan los centrales Javi Fernández y Rafa Páez; el centrocampista Santana, también ex del filial nazarí; los extremos Isi Ros y Víctor García; y el atacante Quiles.

Enfrente, un Granada B que tras la marcha de Planagumá erige como líder de este nuevo proyecto de generación de talentos a Pedro Morilla, sevillano que el pasado curso llegaba al filial nazarí como secretario técnico y que ahora se hace cargo del banquillo rojiblanco. Junto a él, prosiguen en el plantel caras conocidas como las de los futbolistas Cobo, Jean Carlos, Emerson y Runze. El papel de Morilla pasa, sin duda, por volver a repetir la buena actuación del Granada B el pasado curso con Planagumá a los mandos: el conjunto filial finalizó la temporada en la octava posición.

Por tanto, para terminar de enganchar a los muchos que aún recuerdan la catástrofe vivida hace poco más de dos meses, una victoria en el estreno redimiría los malos sentimientos que aún conviven en torno al UCAM. El club universitario ya saboreó ese mismo camino hace dos cursos: hoy, en Granada, tierra de conquistas, empieza una nueva era.