El éxito no se le ha subido a la cabeza. Sigue siendo la misma chica humilde con sonrisa inocente que estos días visita en Murcia a su familia y a sus amigos y amigas de toda la vida, los mismos con los que empezó a jugar cuando tenía diez años en el Club Baloncesto Santo Ángel, la pedanía donde residió en su infancia y que pondrá su nombre al pabellón municipal. A diario se 'machaca' en el Palacio de los Deportes para llegar en plena forma al inicio de la pretemporada el próximo 1 de septiembre.

En la selección española han convertido en costumbre los éxitos, pero entiendo que no debe dejar de ser difícil ganar campeonatos.

Bueno, este verano, por ejemplo, nos esperábamos llegar a una final contra Francia. Creo que al final hemos coincidido en la selección un grupo que llevamos muchos años juntas, que nos conocemos y que hay buen feeling fuera de pista, y todo eso, al final, se nota dentro.

Pero nos están mal acostumbrando.

Al final a nosotras lo que nos gusta es ganar y para eso vamos a los campeonatos. Hay un grupo de muy buenas jugadoras, que un montón están fuera de España en equipos muy top, disputando la final four de la Euroliga, y también gente aquí en España en buenos equipos. Al final es el trabajo, no es suerte.

¿Qué ha tenido de especial esta medalla?

Ha sido un torneo muy rápido, porque en seis partidos estábamos jugando la final. Ha sido diferente y especial porque estaba Laia Palau (capitana del equipo con 37 años) por ahí que no sabemos si va a seguir o no. Fuimos ganando partidos y en la final no le dimos opciones a Francia en ningún momento. Lo saboreamos porque pudimos jugar todas, pudimos disfrutar de ese momento todas las jugadoras.

¿Pero hasta cuándo, porque esta esta generación parece no tener fin?

Si hay algo bueno en el equipo es que tanto las veteranas como las jóvenes que se van incorporando hacemos una buena sinergia, por así decirlo. Además, como se ve en las categorías inferiores, hay calidad porque cada verano están optando a medallas todas las selecciones y llegando a los cuartos de final de todos los torneos, que es el partido más difícil, pero de las bases están viniendo chicas que tienen mucha calidad.

¿Se siente ya una de las veteranas de la selección pese a que solo tiene 25 años?

Al final, la gente que está en el equipo hace mucho para que las chicas que vienen nuevas se integren muy bien. Yo ya llevo cuatro veranos con ellas y soy una más, pero las que entran por primera vez terminan siendo una más, no hay mucha diferencia.

¿Recuerda la novatada que le gastaron el día que llegó a la selección?

Sí, por supuesto. Fue la típica novatada. Las tres que entramos nuevas, que éramos Queralt Casas, Leonor Rodríguez y yo, tuvimos que preparar una canción hablando de las compañeras y hacer también un baile. Entonces nos tiraron huevos que llevaban dentro confeti y al final tuvimos que limpiarlo todo, pero estuvo bien, nos reimos mucho.

¿Pero Laia Palau se retira o aún la veremos en la selección?

Eso se lo tienes que preguntar a ella, pero es que yo la veo bien y está rindiendo en cada competición que está jugando. Tiene 37 años y es lo que decida ella.

¿Se ve usted jugando con 37 años?

Ufff, eso me pilla un poco lejos, vamos a centrarnos en los 25 y en los que vienen después; el futuro ya se verá.

¿No le da pena que muchas españolas tengan que emigrar porque aquí no hay equipos de nivel suficiente?

Esto es un trabajo y la gente se va donde le puedan pagar por su trabajo. Ahora mismo la liga española parece que está recibiendo más apoyos. Es cierto que tuvo un boom hace tiempo, que fue muy potente, pero ahora nos estamos recolocando, aunque al final, todo lo que está ocurriendo también supone una oportunidad para que las españolas y la gente joven que viene desde abajo tenga minutos y juegue partidos de calidad.

Hablaba de trabajo y baloncesto

Sí, pero al final es un trabajo; estoy haciendo lo que me gusta, pero me pagan. Pero yo no lo veo como una obligación, porque me levanto todas las mañanas y tengo ganas de entrenar.

Su equipo, el Perfumerías Avenida Salamanca

Bueno, esta temporada tenemos un muy buen equipo, bastante potente, pero nos ha tocado un grupo de Euroliga muy, muy fuerte. Los vamos a intentar, por supuesto, porque el año pasado nos quedamos a ahí, a un paso. Si en el primer partido de cuartos de final hubiéramos dado el susto como estuvimos cerca de hacerlo en la pista del Fenerbahce, en el partido en casa habríamos conseguido la clasificación. Pero al final son cosas de las que se aprenden y esta temporada puede ser muy bonita.

Usted, en su primer año senior, ganó una Euroliga, pero imagino que tendrá ganas de repetir siendo protagonista.

Tenía 18 años y lo recuerdo como lo imaginaba de pequeña. Además, conseguí jugar tres minutos en la final y eso se ha quedado ahí, pero tengo ganas de jugar muchos más de tres minutos y ser campeona.

Empieza a ser una jugadora más determinante en ataque y mantiene su poder defensivo. ¿En qué trabaja ahora?

Sobre todo el ataque, es algo que hay que trabajar. He estado bastante fastidiada con las lesiones en los pies, sobre todo en el tendón de Aquiles, y eso no me ha dejado trabajar mucho. A princios de este mes de agosto empecé a entrenar y el ataque es algo que me planteo para profundizar más. A nivel defensivo me siento muy cómoda, pero me gustaría tomar más protagonismo en ataque y mejores decisiones.

¿Empieza a notar que es una jugadora madura?

Sí, podríamos decir que sí. La temporada pasada, en Salamanca, el hecho de haber jugado minutos a un nivel importante, me ha ayudado mucho. Este verano me he sentido muy bien en la selección y ahora tengo muchas ganas de empezar la pretemporada.

¿No son muy largas las vacaciones en el baloncesto?

Pues por desgracia sí. En el baloncesto femenino y más la gente que juega la liga española, si no te metes en los play off, a principios de abril has terminado y no vuelves hasta septiembre si no tienes la suerte de jugar en la selección. Son muchos meses sin tocar un balón.

¿Este año puede subir el nivel de la liga española?

Hay que respetar a todos los equipos porque cualquiera puede ganar a cualquiera, pero creo que va a haber una diferencia entre los dos o tres primeros y el resto, aunque los que están abajo van a dar también mucha guerra.

¿Y no les cuesta motivarse para enfrentarse a los equipos de abajo?

En realidad no hay tanta diferencia. Nosotras es que tenemos mucho banquillo porque hemos fichado mucha gente, pero siempre hay que respetar al rival porque cuando no lo haces, no estás igual de concentrado, vienen lesiones y te puedes llevar una buena leche.

¿Y como lleva los estudios?

Pues el año pasado empecé con la UCAM y ahora tengo que hablar con ellos para renovar la beca.

Pero con el ritmo que llevan se debe hacer difícil seguir la carrera universitaria.

Pues imagínate. El año pasado, entre diciembre y febrero, estuve solo días en casa porque nos tocaba jugar miércoles en Ekaterimburgo, sábado en País Vasco y así todas las semanas. De hecho, se notó en los estudios, pero la cosa es saber los calendarios y organizarte, aunque es muy fácil decirlo, pero luego es complicado llevarlo a la práctica.

Dice que ha tenido problemas físicos en el tendón de Aquiles. ¿Está ahora bien?

Sí porque la preparadora física y el el entrenador controlan bastante las cargas de las jugadoras, ya que lo importante es llegar bien a final de temporada.

¿Notan mucho el cambio de nivel de la liga española a la Euroliga?

Sí que es diferente, pero por ejemplo, a mí me gustó mucho como jugaba la pasada temporada el Uni Ferrol -equipo en el que milita la murciana Ani Calvo- y Araski, que son equipos que conocen sus limitaciones pero que apuestan por la gente joven nacional y que están respondiendo.

Dice que la liga española está subiendo de nivel y que está mejorando la situación, pero Amaya Valdemoro, en una charla que recoge el documental La ñiña del gancho

Es que nosotras somos las reinas de Salamanca. Cada vez que jugamos un partido en casa se llena el pabellón, algo que en pocos equipos de baloncesto femenino pasa. Hombre, estaría bien que tuviéramos los mismos sueldos que los hombres por hacer el mismo trabajo, pero también molaría que tuviéramos las mismas condiciones a nivel de accesibilidad a instalaciones, de preparadores físicos y médicos. Yo no me puedo quejar porque en Salamanca tenemos de todo y cualquier cosa que te pasa estás cubierta, pero estaría bien que ocurriera en todos los equipos.

Y eso que son la mejor generación española de la historia.

Sí, pero al final es como el pez que se muerde la cola, porque no se conoce mucho, la gente no va mucho a los pabellones, no hay dinero y al final se intenta ahorrar en cosas que son realmente importantes, como son la salud, porque si quieres tener a tus jugadoras en buen estado, lo que interesa es que tengamos un buen fisioterapeuta, por ejemplo.

¿Pero notan a nivel nacional más atención de los medios de comunicación?

Durante el verano, cuando estamos en la selección, sí. Cuando nos metimos en las semifinales Marca nos puso en portada y la final la dio por La 1 un domingo por la noche, al que hizo que cuando volvimos a España la gente nos conociera por la calle. Y luego están los patrocinadores, que están apostando más, pero lo que pasa es que acaba el verano y volvemos otra vez a lo mismo.