El atleta murciano Miguel Ángel López defenderá mañana domingo (15.20 horas) su título mundial de 20 kilómetros marcha después de haber pasado «la página de la decepción» de los Juegos de Río, sin sentir «una presión especial por ser el campeón» porque parte «de cero, como los demás».

«Estoy muy tranquilo, con la responsabilidad que supone todo lo conseguido por la marcha española y motivado para continuar esos éxitos y dejar el pabellón de España muy alto, pero no tengo presión por ser el campeón», advirtió el murciano a dos días de su entrada en acción en un circuito que le trae buenos recuerdos de su quinto puesto en los Juegos Olímpicos de 2012.

Para López, que, partiendo de favorito, terminó undécimo en los Juegos de Río, el objetivo aquí se reduce a «darlo todo, porque los resultados dependen de muchos factores». «Vengo a competir al máximo, porque cuando lo he hecho, las cosas han salido bien. Si termino quinto compitiendo bien, me quedaré satisfecho», decía el marchador de Llano de Brujas, ya recuperado del resfriado que sufrió durante el pasado Campeonato de España.

El campeón del mundo aún recuerda los malos momentos de 2016. «Fue un año complicado por problemas físicos. No llegué a encontrar buenas sensaciones y eso, mentalmente, me estaba minando. Solo al final de temporada empecé a encontrarme bien, pero ya había suspendido los exámenes parciales y también el examen final».

López, que llegó a los Juegos de Río como campeón mundial y favorito, recibió un duro golpe anímico. Fue undécimo en su prueba, los 20 kilómetros, y se retiró en los 50, cuando había soñado con ganar dos medallas.

«Pasé la página de la decepción, porque la vida sigue, y en Londres me veo física y emocionalmente mejor», aseguró.

Todavía piensa permanecer en el 20 algunos años más. «Me gustaría llegar en el 20 a los Juegos de Tokio, pero pueden pasar muchas cosas».

Su entrenador, el ciezano José Antonio Carrillo, asegura que López está recuperado mentalmente. «La concentración en Font Romeu (Pirineos franceses) ha ido bien. Solo tuvo un resfriado coincidiendo con el Campeonato de España, no respiraba bien y tuvimos que cambiar el entrenamiento, pero llega en forma. Por primera vez pesa menos de 70 kilos (68,200) en una gran competición», señaló.

«Los últimos entrenamientos han sido buenos, tal vez con peores tiempos que cuando fue campeón mundial en Pekín, pero con bastante mejor ácido láctico», apuntó.

«Lo de Río», a su juicio, «fue producto de un exceso de presión. Todos le colgaban el oro antes de competir. Ahora está mucho mejor a nivel mental. El trabajo está hecho», añadió.

Carrillo sólo tiene una preocupación: que los jueces sean demasiado benévolos con los marchadores británicos. «Si los jueces son como deben ser, no les dejarán terminar porque son lo peor marchando. Coincidieron con nosotros en Font Romeu y cuando vi a uno a lo lejos pregunté: ¿Quién es aquél que viene corriendo?».