Tenía 17 años y estaba disfrutando de su juventud. Estudiaba y jugaba el fútbol con sus amigos. Esa era su pasión desde niño. Pero el pasado 31 de julio la desgracia se acabó con vida. En Canteras, la barriada donde vivía, un coche se cruzó en su camino cuando conducía una motocicleta y su vida se apagó de forma prematura, demasiado. Era José Antonio Belizón Salmerón, un futbolista jovial de La Vaguada, un chico con gran vitalidad y ganas de comerse el mundo. Este temporada iba a jugar en el equipo juvenil del barrio cartagenero, club al que regresó hace dos campañas después pasar por el Club Deportivo Mediterráneo.

Ayer tarde, en el campo municipal de La Vaguada, se reunieron sus amigos para rendirle un sentido homenaje, cargado de emociones. Los padres de José Antonio estaban allí para recibir todo el cariño que se había ganado su hijo de sus compañeros. Allí estaban los futbolistas que coincidieron con el joven de Canteras en el Mediterráneo, además de los dos conjuntos juveniles de La Vaguada y otro equipo formado por sus amigos. Entre todos recordaron la figura de un joven enamorado del deporte. Entre lágrimas, los padres de José Antonio descubrieron una placa que lucirá siempre en la puerta de entrada del vestuario local con la siguiente leyenda: «La Vaguada no juega con 11, juega con 12». Varios ramos de flores, dos placas y una camiseta firmada por todos los participantes recibieron los padres en un cuadrangular muy especial, donde lo importante no era el fútbol, sino rendir tributo a un chico que se fue demasiado pronto.