Hace casi treinta años, en el colegio Salesianos de Cartagena, un joven adolescente de color corría a una velocidad endiablada detrás de un balón de fútbol. Aquél futbolista de técnica discreta llamó la atención de un avispado profesor de Educación Física, Manuel Ángel Luque, que ya había descubierto a varios atletas sobresalientes. Lo que no sabía por entonces este veterano docente es que estaba ante un prodigio, un deportista que marcaría una nueva época en el atletismo nacional, olímpico en Atlanta 96 y Sidney 2000. Ese chico no era otro que Venancio José Murcia, de padre guineano y madre lorquina, nacido y criado en Cartagena (19 de abril de 1976), plusmarquista nacional durante muchos años de 60, 100 y 200 metros lisos.

Han tenido que pasar casi tres décadas para que en la Región haya surgido un nuevo velocista, un chico también llegado desde el balompié, aunque en su caso del pequeño, el fútbol sala, que hasta poco más de cinco años no había tenido ningún contacto con una pista de tartán y que solo conocía el parqué del pabellón de Aljucer, donde jugaba con el filial de ElPozo Murcia. Pero la vida deportiva de Sergio López Barranco, que nació el 5 de julio de 1999, cambió radicalmente cuando de la mano de su hermano mayor, se presentó un día en Alcantarilla y Juan Carlos Abellán, entrenador del Club Atletismo Nutribán, le convenció para que dejara el balón y se dedicara al atletismo. «Se le veía que tenía chispa, pero no era nada del otro mundo», recuerda su técnico.

Pero solo un lustro después, el nieto de Aurelia Marín, deportista incansable que con más de 80 años sigue compitiendo, ha confirmado que es el velocista del futuro. En el reciente Campeonato de Europa júnior ha hecho historia, ya que ha roto una sequía de 18 años sin ningún español en la final de 100 metros de un torneo continental y 25 desde que un atleta lograra un quinto puesto, además de contribuir a que el equipo nacional de relevos 4x100 obtuviera una medalla de bronce con sabor a gesta.

Asimismo, en el primero de los dos años júnior, ha sido doble campeón de España (60 y 100 metros) y ha logrado una mejor marca personal de 10.48, a solo 8 centésimas del récord nacional que está en poder de Alfonso Borreguero. «En el Campeonato de Europa ha sido el atleta más explosivo. Tiene una salida espectacular, empuja muchísimo en los primeros 10 y 15 metros», explica Abellán sobre la gran virtud de su pupilo, que el año próximo, como hacen otros muchos velocistas, también se iniciará en los 200 metros, otra distancia donde puede dar mucho que hablar.

Pero en Grosetto (Italia) el atletismo murciano ha vivido otro momento histórico, ya que por primera vez un pertiguista se convertía en internacional con España. El alcantarillero José Antonio Maldonado Albaladejo, que se quedó a 10 centímetros de su mejor marca personal (5,00 metros) y que está ya a solo 5 centímetros del récord regional pese a estar en edad júnior, realizaba su bautismo al más alto nivel con un vigésimo segundo puesto. Maldonado es el primer fruto de la escuela iniciada por Abellán en una especialidad atlética «técnicamente muy difícil», donde la progresión de los deportistas es más lenta, según afirma el responsable de este área en la Federación Murciana. «Que haya estado en el Europeo ya ha sido un éxito», dice el técnico, quien afirma que su pupilo, que mide 1,80 metros, «lo tiene todo para seguir progresando y ser un destacado pertiguista en el futuro», termina diciendo.