Seguro que Paco Belmonte, propietario del FC Cartagena, querrá pensar a lo largo de este verano que esto no es como empieza sino como termina, pero mientras llega o no ese momento, el camino se está convirtiendo en una pequeña 'tortura china' para los intereses del FC Cartagena.

El entrenador albinegro, Alberto Monteagudo, explicaba a la conclusión del último amistoso que si bien no anda excesivamente preocupado por los retrasos en los fichajes, sí que le produce cierta intranquilidad que estos lleguen al equipo en los próximos días con un déficit de tres o cuatro semanas de puesta a punto, lo que postpondría su periodo de adaptación y, por tanto, el equipo se encontaría en inferioridad de condiciones cuando la temporada arranque el próximo 20 de agosto.

En la entidad albinegra reconocen que son muchas las vías abiertas que siguen sin poder cerrarse y cuando los acuerdos no se sellan viene motivado, en determinados casos, porque hay tres protagonistas que deben encontrar ese punto de entendimiento que suele retrasar, en algunos casos hasta la exasperación.

A día de hoy los dirigentes albinegros afrontan dos casos que tienen un denominador común: la relación contractual de los jugadores con sus clubes de origen.

En el caso de Pau Torres, el portero que juega en el Valladolid, la situación tiene visos de resolverse desde hace dos semanas, pero, por contra, todo está como al principio. El portero no cuenta para Luis César, su entrenador, y además el equipo pucelano se acaba de reforzar hace unos días con Masip, guardameta que aterriza procedente del FC Barcelona. Entonces ¿cuál es el problema? Dicen en el club albinegro que Pau Torres tiene claro que quiere venir al Cartagena y que el acuerdo es tácito, pero en Valladolid el presidente no ha firmado todavía el finiquito al jugador. El cancerbero tiene un año más de contrato y si bien lo que pretende es poder jugar en otro club al tener la puertas cerradas en el suyo, tampoco se quiere marchar de Pucela sin haber recibido compensación por dejar de cobrar el año que tiene firmado. En ese tira y afloja se encuentra Pau Torres, que probablemente deberá ceder ante la posición del club y negociar un finiquito a la baja para marcharse.

El FC Cartagena necesita imperiosamente la llegada de un guardameta ya que a día de hoy tan sólo tiene a Marcos como jugador del primer equipo. El joven jugador del filial José Antonio Jiménez está haciendo las veces de segundo portero, pero sus apariciones, al menos en los amistosos, están siedo esporádicas y poco significativas.

Si preocupa la situación de Pau Torres, pues el acuerdo con el Cartagena está cerrado hace dos semanas, también produce desazón el asunto Luis Lara, jugador del Linares. Los medios de comunicación de Jaén han informado que el joven centrocampista tiene varias ofertas sobre la mesa, entre ellas la del Cartagena -además de Mérida, Real Murcia y Zaragoza B-. En un comunicado que el Linares colgaba en su página web decía a sus seguidores, socios y abonados, que Luis Lara Roa «ha comunicado al club su situación de baja temporal por enfermedad común». El futbolista presiona de esta manera para tratar de salir del equipo -que este año jugará en Tercera División-, ante las propuesas que goza de clubes de superior categoría.

En el Cartagena reconocen que es un jugador por el que están interesados para la próxima campaña, pero que no van a presionar al futbolista para que cree una situación límite en su club de origen. «Solo lo firmaríamos si llegáramos a un acuerdo con el Linares», explican los dirigentes albinegros al ser preguntados por esta cuestión. En estos casos, y después de que el propio Linares sufriera el año pasado la salida de Víctor Curto al Real Murcia, parece bastante claro que Lara deberá desembolsar determinada cantidad a su club para que le dé la carta de libertad.

Curiosamente en los dos casos explicados -Pau Torres y Luis Lara- el club de origen es el que pone los impedimentos para dejarlos salir, pero si mientras el portero es el que pide una compensación, en el segundo caso es el Linares el que la exige al futbolista.

Mientras todo se resuelve, el FC Cartagena sigue entrenando con hasta seis jugadores menos de lo que necesita el preparador para arrancar la próxima campaña. Queda poco más de tres semanas y las negociaciones siguen, en muchos casos, en punto muerto.